A través de los movimientos eclesiales y las nuevas comunidades, miles de personas han realizado un camino de encuentro con Jesucristo vivo y han descubierto la alegría de ser Iglesia. Este encuentro personal con el Resucitado que ha pasado por la Cruz y que insufla el Espíritu Santo es el evento que transforma a la persona en discípulo, haciéndole descubrir la belleza y la fuerza de Su Palabra.
A partir de esta experiencia nace en el corazón del discípulo de Cristo la necesidad vital de alimentarse de la Palabra de Dios y al mismo tiempo se siente impulsado a encontrarla en una lectura orante de la Sagrada Escritura, en la Liturgia Eucarística, y en el compromiso misionero de testimoniar la Palabra con firmeza y valor, es decir, con parresía.
En la experiencia de la Comunidad Católica Shalom, el discípulo recorre a nivel personal y comunitario un itinerario formativo sistemático y orante, y su relación con las Sagradas Escrituras se produce a la luz de la Tradición viva de la Iglesia y según la orientación de Su Magisterio. De esta forma alimenta su inteligencia y su corazón y la Palabra de Dios se vuelve la fuerza poderosa que cambia su vida, a nivel personal, comunitario y social, empujándolo de modo urgente a la misión.
Estamos convencidos de que, en realidad, alcanzamos la plena comprensión de la Palabra de Dios cuando, por la fuerza del Espíritu, la ponemos en práctica en nuestra vida cotidiana y la compartimos con los demás. La Palabra acogida y transmitida con fe convierte al discípulo en un testigo.
Es impresionante ver cómo el contacto con el testigo alimentado por la Palabra, por la oración y por la Eucaristía, se puede transformar en una experiencia con Cristo mismo, en un encuentro capaz de cambiar la vida.
Hoy contemplamos una multitud que sufre de hambre y sed de la Palabra de Dios.¡ Estos rostros nos piden que vayamos a su encuentro y, como testigos apasionados, con parresía y creatividad, les hagamos amar y conocer en profundidad la Palabra que se hizo carne! Es esta nuestra única respuesta. Gracias
A partir de esta experiencia nace en el corazón del discípulo de Cristo la necesidad vital de alimentarse de la Palabra de Dios y al mismo tiempo se siente impulsado a encontrarla en una lectura orante de la Sagrada Escritura, en la Liturgia Eucarística, y en el compromiso misionero de testimoniar la Palabra con firmeza y valor, es decir, con parresía.
En la experiencia de la Comunidad Católica Shalom, el discípulo recorre a nivel personal y comunitario un itinerario formativo sistemático y orante, y su relación con las Sagradas Escrituras se produce a la luz de la Tradición viva de la Iglesia y según la orientación de Su Magisterio. De esta forma alimenta su inteligencia y su corazón y la Palabra de Dios se vuelve la fuerza poderosa que cambia su vida, a nivel personal, comunitario y social, empujándolo de modo urgente a la misión.
Estamos convencidos de que, en realidad, alcanzamos la plena comprensión de la Palabra de Dios cuando, por la fuerza del Espíritu, la ponemos en práctica en nuestra vida cotidiana y la compartimos con los demás. La Palabra acogida y transmitida con fe convierte al discípulo en un testigo.
Es impresionante ver cómo el contacto con el testigo alimentado por la Palabra, por la oración y por la Eucaristía, se puede transformar en una experiencia con Cristo mismo, en un encuentro capaz de cambiar la vida.
Hoy contemplamos una multitud que sufre de hambre y sed de la Palabra de Dios.¡ Estos rostros nos piden que vayamos a su encuentro y, como testigos apasionados, con parresía y creatividad, les hagamos amar y conocer en profundidad la Palabra que se hizo carne! Es esta nuestra única respuesta. Gracias
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