BHUBANESHWAR, miércoles 1 de octubre de 2008 (ZENIT.org).- Una mujer cristiana fue asesinada a golpes en Orissa este martes, mientras que su marido y sus dos hijas lograron huir, informa hoy la agencia Asianews. Con esta muerte, son ya 60 los cristianos asesinados en la India desde que comenzó la ola de violencia, el pasado 24 de agosto.
Esta última muerte se produjo al asaltar un grupo de radicales, de madrugada, a los habitantes de tres aldeas, quemando las casas de los cristianos con cócteles molotov, ante la pasividad de la policía. Varias personas resultaron heridas, y entre los más graves hay un niño de 8 años.
Según los datos ofrecidos hoy por esta agencia, procedentes del All India Christian Council, además de los muertos, hay más de 18.000 heridos, 178 iglesias destruidas, más de 4.600 casas quemadas y 13 escuelas y centros sociales dañados. Además, más de 50.000 cristianos han huido de sus pueblos y se han refugiado en campos o en la selva.
La ola de violencia, lejos de remitir, se agrava día a día, como ha puesto de manifiesto en un comunicado el secretario general de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC), monseñor Orlando B. Quevedo, arzobispo de Cotabato.
En este mensaje, escrito en nombre de los obispos de toda Asia, monseñor Quevedo muestra la preocupación por la violencia desatada contra los católicos y los cristianos del resto de las confesiones. Lo que más preocupa, afirman, es la inacción de las autoridades locales y nacionales, a quienes piden "urgentemente" que paren las agresiones y condenen a sus responsables.
"Es trágica la imagen que está dando hoy el que una vez era un país de gran armonía y tolerancia religiosa, arruinada por una minoría de extremistas", añade el mensaje.
El pasado domingo, cerca de 400 personas se manifestaron en Nueva Delhi para exigir al Gobierno acciones para frenar la violencia extremista. La Conferencia Episcopal India, por boca de uno de sus portavoces, Dominic Emmanuel, expresó la "profunda preocupación" por el desinterés mostrado por las autoridades ante la situación de los cristianos.
El jueves de la semana pasada, los fundamentalistas incendiaron en Kandhamal la casa de las Misioneras de la Caridad, la orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta
Por Inma Álvarez
La ola de violencia, lejos de remitir, se agrava día a día, como ha puesto de manifiesto en un comunicado el secretario general de la Federación de las Conferencias Episcopales de Asia (FABC), monseñor Orlando B. Quevedo, arzobispo de Cotabato.
En este mensaje, escrito en nombre de los obispos de toda Asia, monseñor Quevedo muestra la preocupación por la violencia desatada contra los católicos y los cristianos del resto de las confesiones. Lo que más preocupa, afirman, es la inacción de las autoridades locales y nacionales, a quienes piden "urgentemente" que paren las agresiones y condenen a sus responsables.
"Es trágica la imagen que está dando hoy el que una vez era un país de gran armonía y tolerancia religiosa, arruinada por una minoría de extremistas", añade el mensaje.
El pasado domingo, cerca de 400 personas se manifestaron en Nueva Delhi para exigir al Gobierno acciones para frenar la violencia extremista. La Conferencia Episcopal India, por boca de uno de sus portavoces, Dominic Emmanuel, expresó la "profunda preocupación" por el desinterés mostrado por las autoridades ante la situación de los cristianos.
El jueves de la semana pasada, los fundamentalistas incendiaron en Kandhamal la casa de las Misioneras de la Caridad, la orden fundada por la Madre Teresa de Calcuta
Por Inma Álvarez
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