miércoles, 26 de febrero de 2014

DIÁCONO JORGE NOVOA : LA ORACIÓN DE ANA ( Madre Samuel)

Conozcamos a Samuel, un hombre de Dios, el último juez y quién ungirá al primer rey de Israél. Conozcamos hoy a sus padre Ana y Elcana

martes, 25 de febrero de 2014

MEDJUGORJE 25 DE FEBRERO 2014



Marija during an apparition


Queridos hijos! Ven, oyen y sienten que en los corazones de mucha gente no está Dios: no lo quieren, porque están lejos de la oración y no tienen paz. Ustedes, hijitos, oren, vivan los mandamientos de Dios. Ustedes sean oración, ustedes que desde el principio mismo han dicho "sí" a mi llamado. Testimonien a Dios y mi presencia, y no olviden, hijitos, Yo estoy con ustedes y los amo. Día a día los presento a todos a mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado. 

lunes, 24 de febrero de 2014

HORACIO BOJORGE SJ: SOBERBIA Y VANAGLORIA


1.- Vamos a tratar juntos estos dos pecados capitales porque están muy unidos entre sí.


La soberbia es el deseo desordenado de excelencia propia. A ella se opone la virtud de la Humildad. El humilde, obedece a Dios, busca su gloria y lo alaba.

* La vanagloria es el deseo desordenado de prestigio, de fama, del aplauso o la admiración de los demás, o simplemente la aprobación, o por lo menos la aceptación de los demás. A ella se opone la virtud de la Modestia. El modesto no busca su propia gloria ni quiere imponerse a otros.

2.- El soberbio lo es en primer lugar frente a Dios, luego se muestra soberbio ante los demás. Y al exigir que los demás reconozcan su superioridad, incurre en vanidad. Y así se hace dependiente, pasando de señor a esclavo y dependiente del ajeno reconocimiento.

3.- El vanidoso lo es frente a los demás. Su vanidad: o bien nace de la soberbia, o bien lo precipita en ella haciéndolo olvidar la gloria de Dios por buscar la propia.

4.- El arquetipo (=modelo primero y principal) de la soberbia es el Ángel malo cuya rebeldía ante Dios se expresa con la frase: "Non serviam" = "No te serviré". La soberbia se manifiesta como desobediencia a Dios. Por lo tanto, en todo pecado, por desobediencia a uno o varios mandamientos que manifiestan la voluntad de Dios, hay soberbia = desobediencia.

5.- A imagen y semejanza del Ángel caído, el Rey perverso del que habla el profeta Daniel, es el prototipo del hombre soberbio. Ese rey: "... obrará a su antojo; se engreirá y se exaltará por encima de todos los dioses y proferirá cosas inauditas contra el Dios de los dioses;... prosperará hasta que haya colmado la medida de la Ira de Dios...se exaltará a sí mismo por encima de todos. En lugar del Dios verdadero, venerará al dios de la guerra, le rendirá culto con oro y plata, piedras preciosas y joyas... y a los que lo reconozcan dios los colmará de honores dándoles el dominio sobre muchos y repartiéndoles la tierra como recompensa" (Daniel 11,36-39).

6.- El arquetipo social o cultural de la soberbia y vanagloria es Babel, como veremos enseguida.

7.- Por el contrario: el arquetipo tanto de la Humildad como de la Modestia, es Jesús: siervo sufriente que viene a hacer la voluntad del Padre y a obedecerle. Y también lo es María

martes, 18 de febrero de 2014

SAN GREGORIO MAGNO: SABER HABLAR Y SABER CALLAR

De la Regla pastoral de San Gregorio Magno, PapaLibro 2, 4: PL 77, 30-3 1

El pastor debe saber guardar silencio con discreción y hablar cuando es útil, de tal modo que nunca diga lo que se debe callar ni deje de decir aquello que hay que manifestar. Porque, así como el hablar indiscreto lleva al error, así el silencio imprudente deja en su error a quienes pudieran haber sido adoctrinados. Porque, con frecuencia, acontece que hay algunos prelados poco prudentes, que no se atreven a hablar con libertad por miedo de perder la estima de sus súbditos; con ello, como lo dice la Verdad, no cuidan a su grey con el interés de un verdadero pastor, sino a la manera de un mercenario, pues callar y disimular los defectos es lo mismo que huir cuando se acerca el lobo.

Por eso, el Señor reprende a estos prelados, llamándoles, por boca del profeta: Perros mudos, incapaces de ladrar. Y también dice de ellos en otro lugar: No acudieron a la brecha ni levantaron cerco en torno a la casa de Israel, para que resistiera en la batalla, el día del Señor. Acudir a la brecha significa aquí oponerse a los grandes de este mundo, hablando con entera libertad para defender a la grey; y resistir en la batalla el día del Señor es lo mismo que luchar por amor a la justicia contra los malos que acechan.

¿Y qué otra cosa significa no atreverse el pastor a predicar la verdad, sino huir, volviendo la espalda, cuando se presenta el enemigo? Porque si el pastor sale en defensa de la grey es como si en realidad levantara cerco en torno a la casa de Israel. Por eso, en otro lugar, se dice al pueblo delincuente: Tus profetas te ofrecían visiones falsas y engañosas, y no te denunciaban tus culpas para cambiar tu suerte. Pues hay que tener presente que en la Escritura se da algunas veces el nombre de profeta a aquellos que, al recordar al pueblo cuán caducas son las cosas presentes, le anuncian ya las realidades futuras. Aquellos, en cambio, a quienes la palabra de Dios acusa de predicar cosas falsas y engañosas son los que, temiendo denunciar los pecados, halagan a los culpables con falsas seguridades y, en lugar de manifestarles sus culpas, enmudecen ante ellos.

Porque la reprensión es la llave con que se abren semejantes postemas: ella hace que se descubran muchas culpas que desconocen a veces incluso los mismos que las cometieron. Por eso, san Pablo dice que el obispo debe ser capaz de predicar una enseñanza sana y de rebatir a los adversarios. Y, de manera semejante, afirma Malaquías: Labios sacerdotales han de guardar el saber, y en su boca se busca la doctrina, porque es mensajero del Señor de los ejércitos. Y también dice el Señor por boca de Isaías: Grita a plena voz, sin cesar, alza la voz como una trompeta.


Quien quiera, pues, que se llega al sacerdocio recibe el oficio de pregonero, para ir dando voces antes de la venida del riguroso juez que ya se acerca. Pero, si el sacerdote no predica, ¿por ventura no será semejante a un pregonero mudo? Por esta razón, el Espíritu Santo quiso asentarse, ya desde el principio, en forma de lenguas sobre los pastores; así daba a entender que de inmediato hacía predicadores de sí mismo a aquellos sobre los cuales había descendido.

lunes, 17 de febrero de 2014

GENEALOGÍA DE JESÚS EN LUCAS


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¿Cuál sería este contenido? El cardenal Danielou lo ha señalado con precisión: «Mostrar que el nacimiento de Jesús no es un acontecimiento fortuito, perdido dentro de la historia humana, sino la realización de un designio de Dios al que estaba ordenado todo el Antiguo Testamento». Dentro de este enfoque, Mateo -que se dirige a los judíos en su evangelio- trataría de probar que en Jesús se cumplen las promesas hechas a Abrahán y David. Lucas -que escribe directamente para paganos y convertidos- bajará desde Cristo hasta Adán, para demostrar que Jesús vino a salvar, no sólo a los hijos de Abrahán, sino a toda la posteridad de Adán. A esta luz las listas evangélicas dejan de ser aburridas y se convierten en conmovedoras e incluso en apasionantes.

Escribe Guardini:
¡Qué elocuentes son estos nombres! A través de ellos surgen de las tinieblas del pasado más remoto las figuras de los tiempos primitivos. Adán. penetrado por la nostalgia de la felicidad perdida del paraíso; Matusalén, el muy anciano; Noé. rodeado del terrible fragor del diluvio; Abrahán, al que Dios hizo salir de su país y de su familia para que formase una alianza con él; Isaac, el hijo del milagro, que le fue devuelto desde el altar del sacrificio; Jacob, el nieto que luchó con el ángel de Dios... ¡Qué corte de gigantes del espíritu escoltan la espalda de este recién nacido!

Pero no sólo hay luz en esa lista. Lo verdaderamente conmovedor de esta genealogía es que ninguno de los dos evangelistas ha «limpiado» la estirpe de Jesús. Cuando hoy alguien exhibe su árbol genealógico trata de ocultarlo, por lo menos, de no sacar a primer plano las «manchas» que en él pudiera haber; se oculta el hijo ilegitimo y mucho más el matrimonio vergonzoso. No obran así los evangelistas. En la lista aparece -y casi subrayado- Farés, hijo incestuoso de Judá; Salomón, hijo adulterino de David.

Y digo que casi lo subrayan porque no era frecuente que en las genealogías hebreas aparecieran mujeres; aquí aparecen cuatro y las cuatro con historias tristes. Tres de ellas son extranjeras (una cananea, una moabita, otra hitita) y para los hebreos era una infidelidad el matrimonio con extranjeros. Tres de ellas son pecadoras. Sólo Ruth pone una nota de pureza. No se oculta el terrible nombre de Tamar, nuera de Judá, que, deseando vengarse de él, se vistió de cortesana y esperó a su suegro en una oscura encrucijada. De aquel encuentro incestuoso nacerían dos ascendientes de Cristo: Farés y Zara. Y el evangelista no lo oculta. Y aparece el nombre de Rajab, pagana como Ruth. y «mesonera», es decir, ramera de profesión. De ella engendró Salomón a Booz.

Y no se dice -hubiera sido tan sencillo- «David engendró a Salomón de Betsabé», sino, abiertamente, «de la mujer de Urías». Parece como si el evangelista tuviera especial interés en recordarnos la historia del pecado de David que se enamoró de la mujer de uno de sus generales, que tuvo con ella un hijo y que, para ocultar su pecado, hizo matar con refinamiento cruel al esposo deshonrado.

¿Por qué este casi descaro en mostrar lo que cualquiera de nosotros hubiera ocultado con un velo pudoroso? No es afán de magnificar la ascendencia de Cristo, como ingenuamente pensaban los racionalistas del siglo pasado; tampoco es simple ignorancia. Los evangelistas al subrayar esos datos están haciendo teología, están poniendo el dedo en una tremenda verdad que algunos piadosos querrían ocultar pero que es exaltante para todo hombre de fe: Cristo entró en la raza humana tal y como la raza humana es, puso un pórtico de pureza total en el penúltimo escalón -su madre Inmaculada- pero aceptó, en todo el resto de su progenie, la realidad humana total que él venia a salvar.

jueves, 13 de febrero de 2014

ARTURO BARRANCO: CONOCER AL PASTOR

De una reunión de artistas, un declamador muy famoso
deleitaba a los demás recitando trozos de poetas y dramaturgos maravillosos, empezando por Pablo Neruda, Shakespeare y otros. Un sacerdote estaba allí y en un momento de descanso le preguntó si podía declamar el salmo 23 sobre el pastor. El declamador le respondió: Claro que puedo y lo voy a declamar pero, como condición, después de que yo lo declame también usted lo declamará. El sacerdote, extrañado por la propuesta, aceptó. La declamación del artista fue preciosa, entusiasta. Una lluvia de aplausos cerraron su presentación.

Luego fue el turno del sacerdote. Declamó el mismo salmo 23 sobre el pastor. Al terminar, no hubo aplausos, sólo un silencio muy grande, un silencio especial, diríamos espiritual. Tal vez de algún ojo se escapó una lágrima. Pasados unos instantes el declamador se levantó y dijo: "Ustedes acaban de presenciar algo muy grande". Yo declamé el salmo sobre el pastor porque conocía muy bien las palabras, pero él conocía al pastor.

miércoles, 12 de febrero de 2014

MEDJUGORJE: TESTIMONIO MARÍA MARTA ( URUGUAY )





Testimonio de María Marta de Urugua


Nací y me crié en Montevideo, Uruguay, dentro de una linda familia Católica practicante. Soy la última de 7 hermanos (uno de ellos fallecido al nacer). Mis padres siempre han sido un gran ejemplo para nosotros como padres y como matrimonio católico. Crecí en un ambiente en que se rezaba y se iba a Misa. A medida que fui entrando en la adolescencia fui perdiendo el gusto por todo lo referente a Dios. Quería vivir todas las emociones del mundo y sentía que la Iglesia no llenaba mis expectativas. A partir de los 16 años comencé esa carrera que creía tanto necesitar. Pasé por muchas etapas: algunas de euforia, en la que salía prácticamente todos los fines de semana y en vacaciones lo hacía todos los días; otras estuvieron cargadas de mucha tristeza, con pensamientos negativos y destructivos hacia mí misma. Gracias a otras amistades que vieron mi situación logré salir de ese círculo vicioso. Mi vida se volvió más estable, fui madurando, estudié y me recibí de maestra pre escolar y maternal, comencé a trabajar y a vivir sola en un apartamento. También intenté conocer a alguien para así poder formar una familia, con la cual yo creía que al fin podría ser feliz. Pero esas relaciones por una u otra razón no funcionaban.
Una amiga muy cercana participaba en un grupo de oración de Medjugorje y me invitó. Le negué las primeras invitaciones porque me parecía muy aburrido. Al final decidí ir al menos una vez para dejarla contenta. Esa primera vez fue muy especial y aún la llevo en mi corazón. No recuerdo el contenido de esa experiencia pero sí los sentimientos que me generaron, me sentí amada, aceptada y lo más fuerte, me sentí buscada y encontrada. Sólo eso bastó para meterme de lleno en ese caminar. A los pocos meses realicé, junto con el grupo de oración, una peregrinación a Medjugorje. Esto enraizó más mi fe y compromiso con Dios.
Aparentemente yo era una chica muy feliz y exitosa con lo que quería, pero por dentro el vacío seguía allí y no lo comprendía ni toleraba. Esa carencia inexplicable la intentaba llenar de cosas mundanas, me resguardé en la vanidad y en la afectividad, poniendo esos dos aspectos por delante del mismo Dios. Mi felicidad momentánea dependía de cómo me sintiera y viera físicamente y de sentirme amada y necesitada. Esos eran mis dos ídolos secretos y tan aceptados por la sociedad y hasta por mí misma. Así fue como en esos años conocí al Padre Francisco Verar, a quien invitábamos para recibir charlas y retiros. Conociendo un poco de su Comunidad sentí un fuerte llamado a entrar en ella, sin saber a ciencia cierta cuál era el motivo.
En esos años conocí mis defectos más profundamente, las miserias y carencias que tenía y que intentaba inconscientemente llenar con apegos mundanos y calmar mi conciencia con la participación en la Iglesia. Ahora puedo ver la vida mediocre que yo llevaba, poniendo a Dios como una actividad más en ella y dándole el tiempo que yo creía justo y necesario. Pero ¿Qué estaba dando? ¿Por qué estaba dando? Y sobre todo, ¿Para quién?  Aprendí a necesitar de Dios y a darme sin excusas ni condiciones. Estando en la Comunidad tuve la dicha de vivir 6 meses en Medjugorje donde María me acompañó y acercó aún más a Su Hijo, viviendo un amor más real y puro. Donde  también vi la importancia de vivir los mensajes, que por poca voluntad e ignorancia, me costaba aceptar y vivir. Medjugorje me ha ayudado a buscar la felicidad donde sé la tengo asegurada, en Cristo Jesús. A buscar el consuelo y apoyo que sé lo tengo asegurado, en los brazos Purísimos de María.
Actual y temporalmente  estoy en Montevideo donde vivo mi fe sin miedos y sobre todo sin máscaras. Buscando día a día la voluntad de Dios en mi vida y poniendo en práctica los mensajes que María da desde hace 32 años en Medjugorje.
María Marta Guynot de Boismenu
Montevideo – Uruguay

 Centro María Reina de La Paz
       Montevideo-Uruguay

martes, 11 de febrero de 2014

MONSEÑOR DANIEL STURLA: CA RTA A LOS PRESBÍTEROS

Montevideo, 11 de febrero de 2014
Memoria de Nuestra Señora de Lourdes
Queridos Hermanos Presbíteros de la Arquidiócesis de Montevideo:

Comencé el 2014 participando de una misión juvenil en la Parroquia Mater Admirabilis de Jardines del Hipódromo. El 31 de de noche, esperando en el templo la llegada del nuevo año,rezando y pensando en una Palabra de Dios para acompañar el año,  me vino al corazón la hermosa expresión del salmista: “Contaré tu fama a mis hermanos; en medio de la asamblea, te alabaré”. Al día siguiente, al rezar el oficio de lecturas, me llevé la grata sorpresa que el pasajede ese día de la carta a los Hebreos, citaba este versículo del salmo 22.
Hoy quisiera,  en este primer saludo como Arzobispo, recién “salido del horno”, dirigirme a Ustedes, decirles que estuvieron entre los primeros pensamientos que se me agolparon en el corazón, cuando supe la noticia de mi elección por el Papa Francisco.
Quiero expresarles mi anhelo de estar cerca de Ustedes. Mi deseo es encontrarlos en este tiempo, conocerlos más, escuchar sus inquietudes, compartirles las mías. Sé que sólo con la colaboración de cada uno de los sacerdotes de la Arquidiócesis podremos dar, a nuestra querida Iglesia de Montevideo, un renovado impulso evangelizador y misionero, trabajar junto con los consagrados y los laicos para que  “la ciudad se llene de alegría” (cfr Hch 8,8). Nuestra gente,en los distintos barrios y poblados de Montevideo, de un modo especial los jóvenes y los pobres,  necesitan que les “contemos la fama del Señor” y que todos juntos en asamblea (eklesía) “cantemos sus alabanzas”.
Sé de mis límites para llevar adelante esta responsabilidad, pero como Santa Teresa de Jesús, le digo al Señor, como otras veces en mi vida: “o no me mandes entender en estas cosas, o remedias esta necesidad. Tener a Mons. Milton, en esta transición, como Administrador Apostólico; pero más aún, saber que cuento con él como primer colaborador, hermano y amigo, me da mucha paz. Sé que contaré también con el apoyo y consejo de Mons. Nicolás, a quien le agradezco, en nombre de todos, sus quince años de servicio pastoral en Montevideo.
Siempre he tenido buena relación con “la gran nube de testigos” que nos rodea, de la que habla la carta a los Hebreos. Me encomiendo de modo especial a María Santísima, a la que amo desde que me conozco, a nuestros patronos  San Felipe y Santiago, y a los pastores que me precedieron en este servicio, comenzando por el Siervo de Dios Mons. Jacinto Vera. ellos y aUstedes, especialmente a los que están enfermos o atravesando alguna situación de dolor, les pido su oración e intercesión.
Que el Buen Dios y María Santísima nos acompañen en este camino. Abrazo y bendición.

  +Daniel Sturla sdb
      Arzobispo electo de Montevideo

ENTREVISTA MONSEÑOR STURLA ARZOBISPO DE MONTEVIDEO

lunes, 10 de febrero de 2014

PAPA FRANCISCO: PEDIR TRES GRACIAS

(RV).- (Audio)  En la Misa presidida esta mañana en la casa de Santa Marta, el Papa Francisco reflexionó sobre el misterio de la muerte, invitando a pedir a Dios tres gracias: morir en la Iglesia, con esperanza y dejando la herencia de un testimonio cristiano.
En su homilía, el Papa comentó la primera Lectura del día que relata la muerte de David, luego de una vida dedicada al servicio a su pueblo. Francisco subrayó tres cosas: la primera es que David muere “en el regazo de su pueblo”. Vive hasta el final “su pertenencia al Pueblo de Dios. Había pecado: él mismo se llama ‘pecador’, pero ¡jamás dejó el Pueblo de Dios!”:
“¡Pecador si, traidor no! Y ésta es una gracia: permanecer hasta el final en el Pueblo de Dios. Tener la gracia de morir en el regazo de la Iglesia, en el regazo del Pueblo de Dios. Y éste es el primer punto que quisiera subrayar. Pedir también para nosotros la gracia de morir en casa. Morir en casa, en la Iglesia. ¡Ésta es una gracia! ¡Esto no se compra! Es un regalo de Dios y debemos pedirlo: ‘Señor, ¡hazme el regalo de morir en casa, en la Iglesia!’. Pecadores sí, ¡todos, todos lo somos! Pero traidores ¡no! Corruptos ¡no! ¡Siempre dentro! Y la Iglesia es tan madre que también nos quiere así, tantas veces sucios, pero la Iglesia nos limpia: ¡es madre!”.
Segunda reflexión: David muere “tranquilo, en paz, sereno” en la certidumbre de andar “al otro lado con sus” padres. “Ésta – afirmó el Santo Padre – es otra gracia: la gracia de morir en la esperanza, en la conciencia” que “en la otra parte nos esperan; al otro lado la casa continúa, continúa la familia”, no estaremos solos. “Y ésta es una gracia que debemos pedir – observó – porque en los últimos momentos de la vida sabemos que la vida es una lucha y el espíritu del mal quiere el botín”:
“Santa Teresita del Niño Jesús decía que, en sus últimos años, en su alma había una lucha y cuando ella pensaba al futuro, a aquello que le esperaba después de la muerte, en el cielo, sentía como una voz que decía: ‘Pero no, no seas tonta te espera la oscuridad. ¡Te espera sólo la oscuridad de la nada!’. Así dice. Es la voz del diablo, del demonio, que no quería que ella se confiase en Dios. ¡Morir en la esperanza y morir confiándose en Dios! Y pedir esta gracia. Pero confiarse en Dios comienza ahora, en las pequeñas cosas de la vida, también en los grandes problemas: confiarse siempre en el Señor y así uno adquiere esta costumbre de confiarse en el Señor y crece la esperanza. Morir en casa, morir en la esperanza”.
La tercera reflexión del Pontífice fue sobre la herencia que deja David. Hay “tantos escándalos sobre la herencia” – recordó el Obispo de Roma – “escándalos en las familias, que dividen”. David, en cambio, “deja la herencia de 40 años de gobierno” y “el pueblo consolidado, fuerte”. “Un dicho popular - continuó - dice que todo hombre debe dejar en la vida un hijo, debe plantar un árbol y debe escribir un libro: ¡ésta es la mejor herencia!”. Por lo tanto invitó a preguntarse: “¿Qué herencia dejo yo a aquellos que vienen tras de mí? ¿Una herencia de vida? ¿He hecho tanto bien que la gente me quiere como padre o como madre? ¿He plantado un árbol? ¿He dado la vida, sabiduría? ¿He escrito un libro?”. David deja esta herencia a su hijo, diciéndole: “¡Tú sé fuerte y demuéstrate hombre. Observa la ley del Señor, tu Dios, avanzando por sus caminos y siguiendo sus leyes!”:
“Ésta es la herencia: nuestro testimonio de cristianos dejado a los demás. Y algunos de nosotros dejan una gran herencia: pensemos en los Santos que han vivido el Evangelio con tanta fuerza, que nos han dejado como herencia un camino de vida y un modo de vivir. Éstas son las tres cosas que me vienen al corazón con la lectura de este pasaje sobre la muerte de David: pedir la gracia de morir en casa, morir en la Iglesia; pedir la gracia de morir en la esperanza, con la esperanza; y pedir la gracia de dejar una bella herencia, una herencia humana, una herencia hecha con el testimonio de nuestra vida cristiana. ¡Que San David nos conceda a todos nosotros estas tres gracias!”. (RC-RV)

domingo, 9 de febrero de 2014

DIÁC. JORGE NOVOA: EL APOCALÍPSIS Y SU BIENAVENTURANZA...


El libro del Apocalípsis a lo largo de la historia de la humanidad ha sido un libro muy comentado, ha contribuido a ello el carácter misterioso de su lenguaje, que suscita curiosidad. El hombre desea, como dice san Pablo a los Corintios en el himno a la caridad (I Cor 12-13), “conocer las cosas secretas con toda clase de conocimientos”.

La industria del cine, también se ha ocupado de ayudar a la distorsión cultural, que a la sola mención de su nombre, piensa en catástrofes, desastres y conmociones cósmicas. Reconocemos que el escenario presentado esta sembrado de visones complejas y escalofriantes, pero la acentuación unilateral de esta dirección, distorsiona la “verdad” que Dios quiere revelarnos en esta profecía.

Frente a ello, el libro se inicia proclamando una Bienaventuranza, destinada a los que leen y escuchan la profecía (1,3). Quienes son Bienaventurados? Los que “leen y escuchan” la Palabra de Dios, que viene a revelar al hombre, las cosas conocidas por Él. A esta apertura inicial, y a modo de inclusión, la complementa la bienaventuranza que cierra esta profecía (22,7), y que anuncia la necesidad de “guardar” esta palabra comunicada. Aparecen, expresadas las tres acciones que Dios reclama al hombre, en la bienaventuranza inicial y final (1,3; 22,7): leer, escuchar y guardar.

A estos dos anuncios de bienaventuranzas, que abren y cierran el libro del Apocalípsis debemos agregar otros cinco más, completando la cifra simbólica siete, que sabemos hace referencia en el libro: a plenitud, totalidad y cifra perfecta. Con ella, se manifiesta una dimensión de plenitud a la que se alude en el libro, queriendo expresarnos que ella en su totalidad es una “Bienaventuranza”.

Dios quiere consolar, guiar y fortalecer a su Pueblo que está padeciendo la persecución. El destinatario es la Iglesia, su Pueblo, presente en las “iglesias locales” a las que se dirige esta Palabra, y sometido a la persecución cruenta, que puede debilitar la fe y distorsionar la mirada creyente sobre la lectura de los signos de los tiempos.


Esta profecía tiene un contenido histórico, y otro escatológico. Dios responde concretamente, en esa encrucijada histórica, a esos cristianos perseguidos que viven en el Imperio Romano hacia fines del siglo I (90-96). San Ireneo escribe: "El libro de la Revelación apareció un poco antes de la persecución del emperador Domiciano” (81-96 d.C). Pero, también la Palabra de esta profecía, se eleva paradigmáticamente, y se convierte en clave de comprensión de la acción de Dios, en el la historia y en su consumación, y la confrontación (batalla) con las “fuerzas del mal” que resisten activamente.
El libro da inicio a “la acción”, los cristianos en medio de la persecución, pueden desorientarse pensando que los destinos de la humanidad están en manos del azar, o que vamos hacia una meta incierta, la Palabra de ésta profecía viene en auxilio de estas posibles desviaciones para animarnos a perseverar en la fe en medio de las persecuciones, con paciencia y fortaleza, orando insistentemente en el Espíritu: “Ven Señor Jesús” …

miércoles, 5 de febrero de 2014

F.X. NGUYEN VAN THUAN: HAY QUE DISTINGUIR ENTRE DIOS Y LAS OBRAS DE DIOS




«Durante mi larga tribulación de nueve años de aislamiento en una celda sin ventanas –contaba el propio Nguyên Van Thuân–, iluminado en ocasiones con luz eléctrica durante días enteros, o a oscuras durante semanas, sentía que me sofocaba por efecto del calor, de la humedad. Estaba al borde de la locura. Yo era todavía un joven obispo con ocho años de experiencia pastoral. No podía dormir. Me atormentaba el pensamiento de tener que abandonar la diócesis, de dejar que se hundieran todas las obras que había levantado para Dios. Experimentaba una especie de revuelta en todo mi ser».





«Una noche, en lo profundo de mi corazón, escuché una voz que me decía: "¿Por qué te atormentas así? Tienes que distinguir entre Dios y las obras de Dios. Todo aquello que has hecho y querrías continuar haciendo: visitas pastorales, formación de seminaristas, religiosos, religiosas, laicos, jóvenes, construcción de escuelas, misiones para la evangelización de los no cristianos..., todo esto es una obra excelente, pero son obras de Dios, no son Dios. Si Dios quiere que tú dejes todas estas obras poniéndote en sus manos, hazlo inmediatamente y ten confianza en Él. Él confiará tus obras a otros, que son mucho más capaces que tú. Tú has escogido a Dios, y no sus obras"».

sábado, 1 de febrero de 2014

DIÁCONO JORGE NOVOA: LA PRESENTACIÓN DE JESÚS Y LA PURIFICACIÓN DE MARÍA


A los 40 días, según prescribía la ley, María presentó a Jesús en el Templo. Los bautizados hemos sido consagrados a Dios, y cada día debemos vivir según esta vocación.