martes, 11 de febrero de 2014

MONSEÑOR DANIEL STURLA: CA RTA A LOS PRESBÍTEROS

Montevideo, 11 de febrero de 2014
Memoria de Nuestra Señora de Lourdes
Queridos Hermanos Presbíteros de la Arquidiócesis de Montevideo:

Comencé el 2014 participando de una misión juvenil en la Parroquia Mater Admirabilis de Jardines del Hipódromo. El 31 de de noche, esperando en el templo la llegada del nuevo año,rezando y pensando en una Palabra de Dios para acompañar el año,  me vino al corazón la hermosa expresión del salmista: “Contaré tu fama a mis hermanos; en medio de la asamblea, te alabaré”. Al día siguiente, al rezar el oficio de lecturas, me llevé la grata sorpresa que el pasajede ese día de la carta a los Hebreos, citaba este versículo del salmo 22.
Hoy quisiera,  en este primer saludo como Arzobispo, recién “salido del horno”, dirigirme a Ustedes, decirles que estuvieron entre los primeros pensamientos que se me agolparon en el corazón, cuando supe la noticia de mi elección por el Papa Francisco.
Quiero expresarles mi anhelo de estar cerca de Ustedes. Mi deseo es encontrarlos en este tiempo, conocerlos más, escuchar sus inquietudes, compartirles las mías. Sé que sólo con la colaboración de cada uno de los sacerdotes de la Arquidiócesis podremos dar, a nuestra querida Iglesia de Montevideo, un renovado impulso evangelizador y misionero, trabajar junto con los consagrados y los laicos para que  “la ciudad se llene de alegría” (cfr Hch 8,8). Nuestra gente,en los distintos barrios y poblados de Montevideo, de un modo especial los jóvenes y los pobres,  necesitan que les “contemos la fama del Señor” y que todos juntos en asamblea (eklesía) “cantemos sus alabanzas”.
Sé de mis límites para llevar adelante esta responsabilidad, pero como Santa Teresa de Jesús, le digo al Señor, como otras veces en mi vida: “o no me mandes entender en estas cosas, o remedias esta necesidad. Tener a Mons. Milton, en esta transición, como Administrador Apostólico; pero más aún, saber que cuento con él como primer colaborador, hermano y amigo, me da mucha paz. Sé que contaré también con el apoyo y consejo de Mons. Nicolás, a quien le agradezco, en nombre de todos, sus quince años de servicio pastoral en Montevideo.
Siempre he tenido buena relación con “la gran nube de testigos” que nos rodea, de la que habla la carta a los Hebreos. Me encomiendo de modo especial a María Santísima, a la que amo desde que me conozco, a nuestros patronos  San Felipe y Santiago, y a los pastores que me precedieron en este servicio, comenzando por el Siervo de Dios Mons. Jacinto Vera. ellos y aUstedes, especialmente a los que están enfermos o atravesando alguna situación de dolor, les pido su oración e intercesión.
Que el Buen Dios y María Santísima nos acompañen en este camino. Abrazo y bendición.

  +Daniel Sturla sdb
      Arzobispo electo de Montevideo

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