viernes, 18 de septiembre de 2015

SAN CIRILO DE ALEJANDRÍA : HOMILÍA EN EL CONCILIO DE EFESO

 San Cirilo de Alejandría con motivo del final del Concilio de Éfeso –año 431-, en el que se proclamó la Maternidad divina de María, nos dejó el más célebre elogio mariano de la antigüedad…

Dios te salve, María, Madre de Dios, tesoro veneradísimo de todo el orbe, antorcha inextinguible, coronade virginidad, cetro de recta doctrina, templo indestructible,habitación de Aquél que es inabarcable, Virgen y Madre, por quien nos ha sido dado Aquél que es llamado bendito por excelencia, y que ha venido en nombre del Padre.
Salve a ti, que en tu santo y
virginal seno has 
encerrado
al Inmenso e Incomprehensible
.
Por quien la Santísima Trinidad es
adorada y glorificada,
y la preciosa Cruz se venera y
festeja en toda la tierra. 
Por quien exulta el Cielo, se alegran los ángeles y
arcángeles, huyen los demonios.
Por quien el tentador fue arrojado del Cielo y
la criatura caída es llevada al Paraíso.
Por quien todos los hombres, aprisionados por el engaño de los
ídolos, llegan al conocimiento de la verdad.
Por quien el santo Bautismo es regalado a los creyentes,
se obtiene el óleo de la alegría, es fundada la Iglesia en todo el mundo,
y las gentes son movidas a penitencia.
¿Y qué más puedo decir?
Por quien el Unigénito Hijo de Dios brilló como Luz
sobre los que yacían en las tinieblas y sombras de la muerte.
Por quien los Profetas preanunciaron las cosas futuras.
Por quien los Apóstoles predicaron la salvación a los gentiles.
Por quien los muertos resucitan y los reyes reinan, por la Santísima Trinidad.
¿Quién de entre los hombres será capaz de alabar como se merece a María, que es digna de toda alabanza? Es Virgen Madre, ¡oh cosa maravillosa! Este milagro me llena de estupor. ¿Quién ha oído decir que al constructor de un templo se le prohíba habitar en él? ¿Quién podrá ser tachado de ignominia or el hecho de que tome a su propia Esclava por Madre? Así, pues, todo el mundo se alegra (...);
También nosotros hemos de adorar y respetar la unión del Verbo con la carne,
temer y dar culto a la Santa Trinidad, celebrar con nuestros himnos a María, siempre Virgen, templo santo de Dios, y a su Hijo, el Esposo de la Iglesia, Jesucristo Nuestro Señor.
A Él sea la gloria por los siglos de los siglos.  Amén.
(Homilía pronunciada en el Concilio de Efeso; A. Hamman, Oraciones de los Primeros Cristianos, Rialp 1956, pag. 300)

RP HORACIO BOJORGE: BATALLA ESPIRITUAL (13)

domingo, 13 de septiembre de 2015

JULIO ALONSO AMPUERO: LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ

14 de septiembre. Exaltación de la Santa Cruz
La fuerza de la cruz
Nm 21,4-9; Fil 2,6-11; Jn 3,13-17
Fuente: Gratis Date



Para los cristianos la cruz es un símbolo frecuente. Más aún, es nuestro signo de identidad. Sin embargo, esto es algo paradójico, Para los romanos era instrumento de suplicio; más aún, de humillación, pues en ella morían los esclavos condenados. Y para los judíos era signo de maldición: «Maldito todo el que sea colgado en un madero» (Gal 3,13; Dt 21,23).

¿Qué ha ocurrido para que la maldición se trastoque en bendición? ¿A qué se debe que la humillación sea lugar de exaltación? El Hijo de Dios se ha dejado clavar en ella. En el patíbulo de la cruz se ha volcado tal torrente de amor («tanto amó Dios al mundo…») que ella será hasta el fin de los tiempos instrumento y causa de redención para todo hombre.

En la cruz Jesús está venciendo al maligno. En ella se destruye todo el pecado del mundo. Desde ella el Hijo de Dios atrae a todo hombre con la fuerza de su amor infinito. Por eso, lo que nos corresponde es mirar a Jesús crucificado y dejarnos mirar por El; creer en El para tener vida eterna; dejarnos amar por El para ser sanados; acoger el torrente de salvación brota de su cruz.

RP. HORACIO BOJORGE: BATALLA ESPIRITUAL

viernes, 11 de septiembre de 2015

F. NGUYEN VAN THUAN: JESÚS NO TIENE BUENA MEMORIA

En la cruz, durante su agonía, Jesús oyó la voz del ladrón a su derecha: «Jesús, acuérdate de mí cuando vengas con tu Reino» (Lc 23, 42). Si hubiera sido yo, le habría contestado: «No te olvidaré, pero tus crímenes tienen que ser expiados, al menos, con 20 años de purgatorio». Sin embargo Jesús le responde: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lc 23, 43). Él olvida todos los pecados de aquel hombre.


Algo análogo sucede con la pecadora que derramó perfume en sus pies: Jesús no le pregunta nada sobre su pasado escandaloso, sino que dice simplemente: «Quedan perdonados sus muchos pecados, porque ha mostrado mucho amor» (Lc 7, 47).


La parábola del hijo pródigo nos cuenta que éste, de vuelta a la casa paterna, prepara en su corazón lo que dirá: «Padre, pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros» (Lc 15, 1819). Pero cuando el padre lo ve llegar de lejos, ya lo ha olvidado todo; corre a su encuentro, lo abraza, no le deja tiempo para pronunciar su discurso, y dice a los siervos, que están desconcertados: «Traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y unas sandalias en los pies. Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida; se había perdido y ha sido hallado» (Lc 15, 22-24).

Jesús no tiene una memoria como la mía; no sólo perdona, y perdona a todos, sino que incluso olvida que ha perdonado.

SE PUEDE ANULAR EL MATRIMONIO?