viernes, 16 de septiembre de 2011

HANS URS VON BALTHASAR: DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO (A)

En la parábola de los jornaleros de la viña hay que tener en cuenta lo que realmente se quiere mostrar: que Dios en su libre bondad puede muy bien superar la medida d ela justicia distributiva y que de hecho lo hace continuamente. Se pone de relieve su libertad. Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos?Y también su bondad:¡ O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?Ciertamente se puede aplicar la parábola al judaísmo y al paganismo: los judíos han trabajado en la viña desde el amanecer, los paganos, en cambio, vinieron al caer la tarde. pero de hecho los dos pueblos recibieron su salario conforme a una bondad libre y desmesurada de Dios, pues la alianza con Israel era ya la expresión de un comportamiento libérrimo y descordante de bondad por parte de Dios.Más la parábola es significativa para todos los tiempos y para todos los pueblos que quieran comprender el pensameinto fundamental de Jesús.Dios ha superado desde siempre el plano de la mera justicia distributiva y exige por ello que se hago lo mismo en Cristo. "Si no sois mejores que los letrados y fariseos no entraréis en el Reino de lso cielos" (Mt 5,20).

Pero esto no significa precisamente que el amor y la misericordia de Dios sean injustos. La justicia es un atributo de Dios tanto como el amor y la misericordia. Por eso en el sermon de la montaña se insiste en que Jesús no vino a derogar la Ley, sino a darle cumplimiento, y se dice expresamente que ningún precepto de la ley, en la medida en que procede de Dios, puede abolirse (Mt 5,17-19). Toda interpretación del Sermón de la Montaña que desconozca esto -también cuando se trata de la aplicación del amor a los enemigos y del desarme en el ámbito de la sociedad- será siempre una interpretación sesgada. El orden intramundano, tanto público como privado, no es abolido, simplemente es superado mediante el comportamiento de Dios en Cristo y en el comportamiento de los discípulos de Cristo. La primera lectura expresa drásticamente esta superioridad de los pensamientos sobre la idea humana de la justicia y la equidad: los caminos del Señor están tan por encima de los pensamientos humanos como lo está el cielo d ela tierra. Y el pensar y obrar divinos están caracterizados `precisamente como misericordia y perdón, que como gracia seguramente seguramente incluye en sí la exigencia del a conversión; esto, considerado desde le punto de vista de la gracia, no es más que lo justo.

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