viernes, 30 de mayo de 2008

ATAQUES A LA LIBERTAD RELIGIOSA EN TOLEDO


El cardenal arzobispo de Toledo y Primado de España, monseñor Antonio Cañizares, ha pedido "que se respete la auténtica libertad religiosa", a raíz del "escarnio" y "los verdaderos sarcasmos y blasfemias" con las que una cabalgata celebrada en la víspera de la festividad del Corpus Christi en la capital regional intentó "agredir la fiesta del cuerpo de Cristo". Exige la destitución de la concejal responsable. Pincha aquí para pedir la destitución de la concejala de festejos


Durante la homilía de la Santa Misa celebrada en la Catedral Primada con motivo de la Solemnidad del Corpus Christi, el cardenal se refirió así a la cabalgata que la víspera representó por las calles de la ciudad la compañía Morboria Teatro. "Pedimos perdón por los que ayer ultrajaron el cuerpo de Cristo", aseveró monseñor Cañizares, quien agregó que esta fiesta y lo que significa "son más grandes que ese rebajamiento y ese tirarse por los suelos que supone tanto escarnio" como el que se vio ayer. "Perdónales porque no saben lo que hacen", añadió.

En este punto, demandó respeto para la libertad religiosa, convencido de que "son muchos los insultos, los agravios, son muchas las ofensas que está recibiendo la iglesia ante la pasividad de tantos y no puede continuar esta situación". Según dijo, estas palabras no esconden "acritud" y responden al hecho de que "queremos a España y queremos a Toledo y ayer era agredida en su corazón con los insultos".

La tarde anterior, cuando miles de familias toledanas y visitantes de muy diversas procedencias recorrían el itinerario procesional, una mascarada organizada por el Ayuntamiento de Toledo asombró a los visitantes al poner en escena una "procesión alternativa" en la que se hacía escarnio de la Virgen María, aparecían obispos y sacerdotes en brazos de mujeres semidesnudas y un sin fin de vejaciones del mismo estilo contra la sensibilidad de los creyentes de buena fe.

A la Santa Misa en la que el cardenal arzobispo de Toledo se expresó así, asistió la Corporación municipal, encabezada por el alcalde, Emiliano García-Page. Precisamente, el espectáculo criticado por monseñor Antonio Cañizares formaba parte de la programación organizada por la Concejalía de Festejos del Ayuntamiento de la capital con motivo del Corpus Christi.


Sobre este asunto, la presidenta regional del Partido Popular, María Dolores de Cospedal, que presenció la procesión desde los balcones de la Delegación del Gobierno, manifestó, a preguntas de los periodistas, que cualquier agresión contra un credo, sea el que sea, "es digno de crítica".
Fuente Hazteoir. org (http://www.hazteoir.org/node/12509)

miércoles, 28 de mayo de 2008

TESTIMONIO DEL PADRE FABIÁN BARRERA




El padre Fabián Barrera misionero vicentino argentino, fue parte de Camino a Roma en los inicios del programa, en sus vistas a Uruguay para predicar retiros, ha estado siempre en los micrófonos de Radio María, aquí podés escuchar su testimonio, seguramente te edificarás 

http://www.badongo.com/file/9624728

Camino a Roma en retiro (2008)

Retiro 2008, todos trabajando, Guillermo en los controles, Juan Pablo, Cristina y el Padre Fabián Barrera en un momento de su predicación (Wilder de fotógrafo). Trasmisiones de Radio María desde exteriores.





lunes, 26 de mayo de 2008

MONSEÑOR HÉCTOR AGUER: ADORACIÓN, MARCHA Y DESTINO

La solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo es una de las fechas mayores del calendario católico, una de las principales estaciones litúrgicas del año. Como sabemos muy bien, la Iglesia recibe con toda propiedad este nombre con el cual la designamos, que significa convocación, reunión, asamblea. Ekklesia, el sustantivo griego que se transcribe iglesia en castellano, procede de un verbo que significa llamar, convocar, congregar. Una sola familia, un solo pueblo, reunido por el abrazo del Resucitado que tiene las dimensiones universales de la cruz, cobija maternalmente a la gente más dispar, superando todas las barreras, más allá de todos los confines. Reunidos en la fe de los apóstoles, en la esperanza de la gloria, en el amor recíproco y común, el abrazo del Señor unifica a los fieles en un solo cuerpo por la recepción de un único pan.

En la asamblea litúrgica se realiza en acto la esencia de la Iglesia; con una especial concentración simbólica esto sucede en las grandes solemnidades marcadas, desde la antigüedad, como estaciones de la Iglesia local. Se llama misa estacional la que en esas circunstancias celebra el obispo en su catedral, como gran sacerdote de su grey, rodeado del presbiterio y de los demás ministros, con la plena y activa participación de todo el pueblo santo de Dios. Es la principal manifestación de la Iglesia local y de su unidad.

En la estación litúrgica del Corpus Christi somos convocados y nos reunimos para permanecer juntos ante el Señor, concentrados en la contemplación gozosa de su sacrificio y su sacramento, en la adoración de su presencia. En la lectura de la primera Carta a los Corintios, el Apóstol nos ha recordado la tradición eucarística, la orden que procede del Señor de celebrar los misterios como memorial de su muerte redentora. El breve pasaje del Génesis, el salmo responsorial y el relato evangélico se pueden sintetizar en la siguiente proposición: El que es sacerdote eterno a la manera de Melquisedec nos confió en la Eucaristía, bajo los signos de pan y vino, la actualización perenne de su sacrificio y del banquete espiritual que él mismo prefiguró cuando con cinco panes alimentó hasta la saciedad a cinco mil hombres. El motivo de alabanza que hoy se nos propone –reza la Secuencia, compuesta por Santo Tomás de Aquino- es el pan que da la vida... porque hoy celebramos el día en que se renueva la institución de este sagrado banquete. El banquete es el mismo Cristo.

La Eucaristía es memorial y sacramento de la pascua del Señor, pero también de su encarnación, y de todos los estados de su vida. Celebramos y recibimos a Cristo tal como se encuentra , en la plenitud de su estado glorioso, en el que se recapitulan todos su misterios: su infancia, los méritos de su vida y de su bienaventurada pasión, la dignidad y los tesoros de su condición de Resucitado y de su realeza universal desde la diestra del Padre.

Algunos teólogos y santos han subrayado las analogías entre la institución eucarística y el misterio de la encarnación apelando a la imagen de la alianza nupcial del Verbo, el Hijo de Dios, con los hombres, a los que desposó consigo. En la encarnación ha desposado consigo la naturaleza humana; ha entrado a formar parte de nuestra familia para que nosotros ingresáramos en la suya y participáramos de su condición filial. Somos sus hermanos, en él hijos del Padre. En la Eucaristía desposa nuestras personas en alianza de amor y nos eleva al estado de la unión divina. San Francisco de Sales escribió al respecto: El Salvador no puede ser considerado en una acción ni más amorosa ni más tierna que la de la comunión, en la cual él se anonada, por así decir, y se reduce a comida a fin de penetrar en nuestras almas y de unirse al corazón y al cuerpo de sus fieles. En aquella época, comienzos del siglo XVII, los católicos consideraban con admiración que la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía es un estado humillado y que el acto que la realiza es un acto asombroso de humildad por parte del Señor. Les conmovía hondamente que el Señor se dejara pisotear por los herejes que atacaban las iglesias para profanar el Santísimo Sacramento. Así como a nosotros, en esta época de ignorancia y perversión, debe arrancarnos gestos de dolor y de reparación la inconsciencia de los rateros que violan los sagrarios o se los llevan con su preciosa carga, estimando cosa de poca monta las especies consagradas.

En la estación litúrgica del Corpus Christi podemos aprender, para todo el año, o mejor dicho, podemos robustecer nuestra convicción de fe acerca del valor religioso de la adoración. Para eso, principalmente, nos reunimos hoy y permanecemos ante el Señor, vueltos hacia él.

La adoración comporta un aspecto exterior, físico, material. Por medio de ciertos gestos corporales se manifiesta la actitud interior, la devoción espiritual; no se debe despreciar la compostura, la modestia, la circunspección. Es importante el silencio: cohibir palabras y ruidos para poder introducir la calma en el vértigo tumultuoso de nuestros pensamientos; intenciones y afectos, para recoger nuestras potencias interiores y dedicarnos serenamente a contemplar al Señor, a concentrar en él los impulsos de nuestro corazón. El silencio es la puerta de la vida interior. El lugar no es por completo indiferente. Sin duda, se puede adorar al Señor en cualquier parte, pero vamos especialmente al templo para hacerlo, sobre todo a la capilla del sagrario, porque es ése un lugar consagrado a tal efecto, por los misterios y signos de santidad que allí se contienen, y porque allí nos sumamos al concurso de los hermanos que también adoran. De paso, recordemos que están fuera de lugar en el templo la algarada, los gritos y risotadas, la charla altisonante, como si se estuviera en el mercado, en la plaza o en una cancha de fútbol. La conciencia del misterio tremendo y fascinante de la Eucaristía se refleja en el respeto del lugar y del tiempo sagrados, así como también esa conciencia nos mueve a ponernos de rodillas para confesar nuestra fragilidad y nuestra sumisión ante Dios.

Por supuesto, el elemento principal de la adoración se encuentra en lo interior, en la devoción espiritual, en la prontitud y fervor de la voluntad. En el gesto religioso de la adoración se expresan la fe, la esperanza y la caridad, que constituyen el ámbito vital de nuestra unión con el Señor. En la adoración las virtudes teologales se unifican y se ejercen como disponibilidad: nos ponemos disponibles a la voluntad de Dios. El ad inicial de la adoración indica un movimiento, una marcha, un lanzamiento hacia la máxima cercanía, hacia la intimidad, para quedar pendientes, suspendidos de la Presencia de aquel que nos sostiene, nos rodea, nos penetra con su mirada y con su amor. A su amor respondemos con nuestro amor, en un intercambio de corazones con el Señor; en la entrega a él se consuma la adoración. Benedicto XVI nos lo recuerda con estas palabras: Recibir la Eucaristía significa adorar al que recibimos. Precisamente así, y sólo así, nos hacemos una sola cosa con él y, en cierto modo, pregustamos anticipadamente la belleza de la liturgia celestial (Sacramentum caritatis, 66).

La estación litúrgica del Corpus Christi nos reúne ante el Señor porque hemos marchado hacia él, porque hemos caminado con él; tal es el significado de la procesión. En la Roma cristiana, hace muchos siglos, la procesión formaba parte de la misa estacional. Entonces y también ahora, representa la peregrinación de los fieles por la vida, de la Iglesia por la historia, acompañado al Señor, siempre precedidos y guiados por él, que es el Camino. No marchamos solos: si vamos con el Señor y hacia el Señor, también vamos los unos con los otros y los unos hacia los otros. Como el pueblo de Dios hacia la tierra prometida, podemos atravesar el desierto de la ciudad indiferente, apresurada, hostil, el páramo en que se ha convertido una sociedad que ha perdido el norte de la referencia a Cristo; no tenemos miedo porque él nos conduce. Su presencia eucarística es nube y es fuego, como en el camino del éxodo: la columna de nube no se apartaba del pueblo durante el día, ni la columna de fuego durante la noche (Ex. 13, 22).

La procesión de hoy es un símbolo precioso del destino humano y del verdadero progreso de un pueblo cuando éste sabe hacia dónde se dirige, adónde quiere ir, no sin esfuerzo, pero en concordia, libertad y alegría. En la Argentina de hoy ocurre algo paradojal: nuestro pueblo conserva todavía un fuerte sentido religioso y una referencia de origen a Cristo y a la Iglesia, pero es conducido por la irreligión, y se deja llevar hacia el abismo. Sus representantes y dirigentes avanzan en la destrucción de lo que resta de las tradiciones nacionales, de la propia identidad, para imponer en el ordenamiento jurídico esquemas antinaturales de organización y de vida. La voz del legítimo disenso casi no se deja oír, y cuando se oye no es tenida en cuenta por la prepotencia del poder, que la desprecia, o se pierde en el marasmo y la impasibilidad general. Sólo llama la atención el piquete bullanguero y agresivo. Falta en tantos hombres y mujeres de bien convicción y firmeza para exclamar: ¡esto no puede ser, y no lo vamos a permitir! El Papa nos ha recordado recientemente que existen valores no negociables, vinculados a la coherencia eucarística a la cual está llamada objetivamente nuestra vida, valores de los que depende el futuro de la sociedad: el respeto de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de educación de los hijos y la promoción del bien común en todas sus formas (Sacramentum caritatis, 83).

Los cristianos llevamos por el mundo el tesoro de nuestra vida eucarística. El encuentro con el Señor que se cumple en la liturgia y en el cual la Iglesia se renueva incesantemente, es también fuente y modelo, en el orden secular, para la comunidad de los hombres. La gracia eucarística que actúa en cada cristiano está destinada, como un germen misterioso y eficaz, a penetrar capilarmente en el mundo, para cambiarlo desde dentro y conducirlo al Señor en la procesión del verdadero progreso. La fuente y el modelo es la adoración, porque sólo en la adoración puede madurar una acogida profunda y verdadera. Y precisamente en este acto personal de encuentro con el Señor madura luego también la misión social contenida en la Eucaristía y que quiere romper las barreras no sólo entre el Señor y nosotros, sino también y sobre todo las barreras que nos separan a los unos de los otros (Benedicto XVI, 22 de diciembre de 2005).

En efecto, como lo proclama el Papa, –porque son suyas las palabras que acabo de citar– en la Eucaristía se contiene una misión social: mostrar que el manantial primero del amor es el corazón del Señor, muerto y resucitado por nosotros, por la salvación del mundo, y que ese amor es, a su vez, el principio de la verdadera fraternidad, de la amistad social y de la paz. La mesa de la Eucaristía es un anticipo del festín del cielo, pero también la profecía anticipatoria de una tierra mejor, cuando el corazón del Señor sea efectivamente corazón del mundo y todos los pueblos sean sus discípulos.

viernes, 23 de mayo de 2008

OLIMPÍADAS DE LA FE. CHINA RELEGA A LA VIRGEN DE SHESHAN


En la jornada de oración anunciada por el Papa, se prohíben las peregrinaciones al más importante santuario mariano chino.
por Sandro Magister

ROMA, 22 de mayo de 2008 – En este mes de mayo, a lo largo de dos días, tiene lugar la primera de las jornadas anuales de oración por la Iglesia en China, anunciadas por Benedicto XVI en su carta de hace un año atrás a los católicos chinos.
Tradicionalmente, cada 24 de mayo, miles de católicos de toda China van en peregrinación al santuario de Seshan, dedicado a María “auxilio de los cristianos”, situado en un cerro atiborrado de color verde, a 50 kilómetros al sur de Shanghai (ver foto).

Para la festividad de este año estaba prevista una afluencia más grande, de al menos 200 mil fieles. Pero no será así, no sólo a causa del terrible terremoto que días pasados se ha cobrado varias vidas en Sichuan y provocado dificultades en todo el país.
Los principales obstáculos a la peregrinación han sido interpuestos deliberadamente por las autoridades chinas, en particular por la Asociación patriótica que controla la vida religiosa. Las diócesis más cercanas al santuario – las de Shanghai, Wenzhou y Ningbo – han sido intimadas a no organizar visitas colectivas de fieles, y durante todo el mes de mayo se le ha prohibido a los hoteles y albergues recibir peregrinos católicos. Se permiten las visitas individuales sólo a quienes – por su cuenta y riesgo – se registran en la diócesis de Shanghai y piden autorización.
En un instructivo de cinco puntos, la Asociación Patriótica ha intimado a todas las diócesis para que organicen celebraciones marianas sólo en sus respectivos territorios, sin dirigirse a Sheshan.
El instructivo ha sido rubricado por el Consejo de obispos chinos, un organismo fantoche no reconocido por la Santa Sede. En uno de los cinco puntos se formulan las intenciones de la oración: por la paz, por el Papa, por el éxito de las Olimpíadas y por buenos resultados para los atletas chinos. Estas últimas intenciones suenan como una burla. En efecto, las próximas Olimpíadas no constituyen en China una ampliación de los espacios de libertad religiosa, sino más que nada un endurecimiento de los controles por “razones de seguridad”.
En particular, luego de las revueltas tibetanas, se desalienta o impide todo reagrupamiento de personas – inclusive en torno a un santuario mariano –, pues ello es considerado por las autoridades chinas como una fuente de peligros. Además, en algunos dirigentes chinos existe la voluntad de obstaculizar la jornada de oración querida por el Papa, precisamente porque crearía una unidad mayor dentro de la Iglesia china: entre los católicos con reconocimiento oficial y los católicos clandestinos, y entre todos éstos y la Iglesia de Roma.

jueves, 22 de mayo de 2008

CARLOS IAFIGLIOLA: SERVIR A CRISTO EN EL ÁMBITO DE LA POLÍTICA


Carlos Iafigliola tiene 45 años, a los 19 años tiene un fuerte encuentro con Jesús en la parroquia de Belén, allí aparecen los dos grandes pilares de su vida, el Señor y su esposa Any, llevan 20 años de casados y tienen 2 hijas, Mariana y Noelia.


Militó en su juventud fuertemente en el ámbito estudiantil, y actualmente lo hace en el mundo de la política, ha fundado la Corriente Social Cristiana. Carlos siente que su voz cristiana, es muchas veces, una piedra en el zapato….Visitó el miércoles Confesiones , la propuesta de Radio María en Uruguay...

Escuchelo aquí:

http://www.badongo.com/file/9777480



PEPE: ANUNCIAR A JESUCRISTO POR LA MÚSICA


Pepe es un joven de 24 años que anuncia a Jesucristo por la música, es el vocalista de Kerygma SI, una banda que ya ha grabado su primer CD con notable impacto entre los jóvenes católicos. Pepe visitó CONFESIONES, ya podés escucharlo .. http://www.badongo.com/es/file/9620893 contiene 3 canciones de Kerygma SI...

Tiene un don muy particular en la composición de temas. Pertenece a la parroquia de San Ignacio de Loyola, y piensa que es muy importante, para los jóvenes, los “modelos” que anuncian a Jesucristo. En su camino espiritual, se nutre de la Eucaristía y el Santo Rosario…En breve podrás escuchar este testimonio… Junto a Pepe, esta nuestro operador y técnico en Montevideo, Guillermo (sonriente) oriundo de Melo.

jueves, 8 de mayo de 2008

DIÁCONO FERNANDO RODRÍGUEZ: TODO CUESTA MUCHO ESFUERZO, PERO AL FINAL, TODO VALE LA PENA


El diácono permanente Fernando Rodríguez nació en un hogar en el que se predicaba a Dios con el ejemplo, su padre imprimió una onda huella en su corazón, quien antes de partir al encuentro con el Padre, le dijo: “hijo todo cuesta mucho esfuerzo, pero al final, todo vale la pena”. Se casó con Lujan luego de 12 años de noviazgo, llevan 27 años de casados y tienen 5 hijos, y hace suya la frase de Mark Twain. “donde está ella está mi Edén”. En su oración le pide a Dios que le conceda tener un corazón puro…. http://www.badongo.com/file/9840615
Escuchalo aquí, tu vida se edificará y te reconocerás en este corazón creyente, agradecido y nostálgico que camina hacia su destino eterno... CONFESIONES los miércoles por la noche en Radio María en Uruguay...

EL ACTOR JIM CAVIEZEL Y SU ESPOSA KERRI, ADOPTAN DOS NIÑOS DISCAPACITADOS


WASHINGTON D.C., 02 May. 08 (ACI).-El actor Jim Caviezel, conocido por su papel de Jesús en la cinta La Pasión de Cristo, declaró en una entrevista que adoptó a dos niños chinos con serias discapacidades y su matrimonio ha recibido numerosas bendiciones gracias a estos hijos. El actor señaló que se animó a revelar este hecho para alentar a las familias a considerar la adopción.
Según recoge la agencia LifeSiteNews.com, Caviezel declaró al conglomerado cristiano Christophers que un amigo lo retó a ser consecuente con la postura pro-vida que profesa y adoptar un niño con discapacidades. Este amigo, le dijo que si lo hacía, también abrazaría la causa pro-vida.Caviezel y su esposa Kerri viajaron a China y decidieron adoptar a Bo, un niño de cinco años de edad, abandonado desde pequeño en un tren, y al que le habían diagnosticado un tumor en el cerebro. Los Caviezel acompañaron a Bo en su operación y tratamiento. Cuando se recuperó, optaron por adoptar a una niña china, también enferma.El amigo que lo retó no cumplió su parte, pero el actor asegura que esto nunca le importó. "El gozo que recibimos a través de Bo es enorme", sostuvo.Caviezel confiesa que tomaron "el camino difícil. Pero de eso trata la fe para mí, la fe es acción. Es el samaritano. No se trata de decir lo que uno es sino de hacerlo y hacerlo sin llamar la atención sobre uno mismo. Les cuento esto solo porque quiero alentar a otras personas" a adoptar niños.

El actor confesó que al principio tenía mucho miedo ante la adopción. "Uno siente temor, pero no tiene idea de las bendiciones que puede recibir si opta por la fe", indicó.Interrogado sobre los desafíos de ser una figura católica pública en Hollywood, Caviezel afirmó que "es parte de la cruz que uno acepta al creer en Él. Todos tenemos el deseo de ser queridos, pero deberíamos pedirle a Dios el deseo de la humildad"."No recibimos premios Oscar por La Pasión pero ¿alguien cree que eso es importante para Dios?", cuestionó.

El actor asegura que aún hoy lo reconocen en la calle por su papel de Jesús de La Pasión de Cristo y mucha gente le dice que la película los ayudó a recuperar su vida de fe. "Eso me da mucha esperanza y alegría", aseguró.