viernes, 27 de marzo de 2015

ENCUENTROS CON JESÚS -28 DE MARZO

ENCUENTROS CON JESÚS 

PARROQUIA MARÍA REINA DE LA PAZ 
SÁBADO 28 DE MARZO- 16 HS

Eres tú uno de sus discípulos?

16 hs: Adoración y santo Rosario
 17 hs Predicación
Eres tú uno de sus discípulos?
18 hs Paseo con el Santísimo
19 hs Santa Misa

          Habrá posibilidad de confesarse.
Luego de la Misa habrá imposiciñon de manos.

(Se trasmitirá en directo por Radio María en Uruguay)
Podrás escucharlo por internet.

jueves, 26 de marzo de 2015

MEDJUGORJE 25 DE MARZO

Medjugorje-Gospa“Queridos hijos, también hoy el Altísimo me permite estar con ustedes y guiarlos por el camino de la conversión. Muchos corazones se han cerrado a la gracia y hecho oídos sordos a mi llamado. Ustedes, hijitos, oren y luchen contra las tentaciones y contra todos los planes malvados que el diablo les ofrece a través del modernismo. Sean fuertes en la oración y con la cruz en las manos, oren para que el mal no los utilice y no venza en ustedes. Yo estoy con ustedes y oro por ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

miércoles, 25 de marzo de 2015

DIÁCONO JORGE NOVOA: LA ANUNCIACIÓN


La Santísima Virgen recibe por la salutación angélica la invitación de Dios a ser la Madre del Salvador. Ella contesta humildemente: "he aquí la esclava del Señor..."

martes, 24 de marzo de 2015

DIÁCONO JORGE NOVOA: LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR


El 25 de marzo celebramos  el misterio de la Encarnación. La milenaria promesa de salvación de Dios, se acerca a la realidad humana, para imprimir en la historia de los hombres, una “fuerza de salvación” en  dirección de la casa del Padre.

 Esta poderosa acción de Dios ordenada a la salvación de los hombres, debe ser recibida en el mundo,  y encuentra en  la pequeñez de María la disponibilidad necesaria, para  esta decisión suya de “acampar” entre nosotros. En el seno de la Virgen se vinculan para siempre el cielo y la tierra, realizándose "el sublime intercambio". Dios comienza a gestarse humanamente, en la carne y la sangre de la Hija de Israel.  

  Lo que acontece, no tiene referencia alguna posible con lo actuado por Dios en los acontecimientos de la Antigua Alianza, es la irrupción de lo definitivo, que se caracteriza por la novedad de unión entre el cielo y la tierra. Lo eterno y lo temporal se vinculan para siempre, y es María, la puerta para el cielo que desciende.Así, Dios comienza a establecer lo nuevo, son María y Jesús principios de la nueva humanidad, en donde el cielo y la tierra viven en perfecta armonía. María como Madre de los creyentes, nos enseña a vivir esta nueva relación que recibimos en el Bautismo, somos templos de la Santísima Trinidad. 

domingo, 8 de marzo de 2015

PAPA FRANCISCO: 13 DE MARZO, 24 HORAS CON JESÚS

El Papa Francisco en su Mensaje - fechado en el Vaticano, el 4 de octubre de 2014 Fiesta de san Francisco de Asís -  , desea que se celebre en toda la Iglesia el próximo 13 de marzo, que coincide con el segundo aniversario de su elección pontificia, la iniciativa «24 horas con el Señor», cuyo lema este año es «Dios rico en misericordia». El cardenal Sturla ha enviado un carta a las parroquias para que las comunidades plasmen este dese del Santo Padre con distintas iniciativas..

En la Parroquia María Reina de La Paz, luego de la Misa del 13 a las 19 Hs quedará expuesto 24 horas el Santísimo Sacramento para que los fieles acompañen a Jesús adorándolo y dando cumplimiento al pedido del Santo Padre Francisco.


Si te interesa sumarte, en la parroquia está la lista que permite ir cubriendo las 24 horas...

MONSEÑOR JOSEFINO RAMÍREZ: SU PRECIOSÍSIMA SANGRE


Exaltación de la Santa Cruz, 14/9/93

Querido padre Tomás:

Un vez me mostraron una moneda de bronce del siglo III, aparentemente insignificante pero me sorprendí al saber que valía US$ 3000 dólares, debido a que estaba sellada con la cara de Constantino. Y justo en ese día tenía que dar una charla sobre el Santísimo Sacramento.

La Eucaristía brota de la pasión de Cristo. Cuando nos acercamos al santísimo Sacramento nos acercamos a la Cruz. Durante aquella hora presentamos al Corazón Eucarístico de Jesús aquellas almas más necesitadas de su Misericordia. Durante nuestra hora santa, aquellos más necesitados de su Misericordia son sellados y señalados con la preciosísima sangre de Jesús. Esto incluye a los que han de morir en ese día. Se salvan los sellados con la sangre de Jesús.

Una noche en la iglesia de San Miguel, acababa de terminar mi hora santa cuando a las cuatro de  mañana llegó una mujer en un taxi. Ella quería que hablase con su hijo que estaba a su lado. Me dijo que una voz le había despertado diciéndole que fuera a la iglesia de san Miguel. Se levantó justo a tiempo pues su hijo estaba a punto de suicidarse. Desde la visita a san Miguel él comenzó a mejorar y ahora está bien.

Otra noche, Nonette se encontraba en la Capilla rezando desde las 2 hasta las 3 hs, una hora antes que la mía. hacía tres semanas que había encomendado al Corazón de Jesús a un hombre que estaba destruyendo la moral de muchas de sus amigas. Ella incluía a este hombre en su oración porque sabía que Jesús también lo amaba. Ella terminaba su oración pidiendo a Jesús que trajera a ese hombre a la Capilla para así tener la certeza de su conversión.

Al término de las tres semanas, mientras ella rezaba en el mismo lugar, oyó a alguien que sollozaba: al darse vuelta vio que era ese mismo hombre.Él le explicó que por tres semanas su mente había estado muy confundida. Lo que poco antes había pensado que estaba bien,ahora le parecía que estaba mal. No podía dormir. Esa noche estuvo manejando por toda la ciudad. Cuando pasó por la iglesia de san Miguel, vio luz dentro. La luz era atrayente e invitadora. decidió entrar. Lo que encontró no fue la condena de sus pecados sino que experimentó la tieran misericordia del Santísimo Sacramento.Por eso sollozaba.

Cuando llegué a las tres, para mi turno de adoración, él me contó su historia.Oí su confesión, le dí la absolución y desde entonces recibe la comunión diariamente. La hora santa de Nonette fue de más valor que la cara de Constantino en aquella moneda. La preciosísima sangre de Jesús selló su alma y no pudo escapar d ela gracia y la misericordia de Dios.

Querido amigo, si supiéramos el valor de una hora santa, nunca dejaríaos pasar un solo día sin hacerla.El Santo Padre dice que la adoración sirve para hacer reparación por los males del mundo: No ha límite en el valor de una hora santa, porque los mérito de Cristo son infinitos.Por eso el padre John Hardon SJ señala que es absolutamente imposible exagerar el valor de una sola hora de oración en presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento.

Jesús dijo: "Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí" (Jn 13,32). Con cada hora santa que hagamos atraemos a la parroquia y al mundo entero, las gracias que Jesús obtuvo para nosotros en el calvario. El triunfo de la Cruz es la misericordia que obtenemos del Santísimo Sacramento que sella a todos y a cada uno con la preciosísima Sangre de Jesús.

Fraternalmente tuyo en su Amor Eucarístico

viernes, 6 de marzo de 2015

PAPA FRANCISCO: QUÉ SIGNIFICA SER MUNDANOS?

Ser mundanos significa perder el propio nombre hasta tener los ojos del alma «oscurecidos», anestesiados, hasta el punto de ya no ver a las personas que nos rodean. Sobre este «pecado» el Papa Francisco puso en guardia en la misa que celebró el jueves 5 de marzo, por la mañana, en Santa Marta.


«La liturgia cuaresmal de hoy nos propone dos historias, dos juicios y tres nombres», destacó inmediatamente el Papa Francisco. Las «dos historias» son las de la parábola del rico y del mendigo Lázaro, narrada por san Lucas (16, 19-31). En especial, afirmó el Papa, la primera historia es «la del hombre rico que vestía de púrpura y de lino finísimo» y «se concedía placeres», en tal medida que «banqueteaba cada día». En realidad el texto, precisó el Papa Francisco, «no dice que haya sido malo»: más bien «era un hombre de vida acomodada, se daba a la buena vida». En el fondo «el Evangelio no dice que se divirtiera en abundancia»; su vida era más bien «una vida tranquila, con los amigos». Tal vez «si tenía a los padres, seguramente les enviaba bienes para que tuviesen lo necesario para vivir». Y quizá «era también un hombre religioso, a su estilo. Recitaba, tal vez, alguna oración; y dos o tres veces al año seguramente iba al templo para ofrecer los sacrificios y daba grandes donativos a los sacerdotes». Y «ellos, con esa pusilanimidad clerical le agradecían y le hacían tomar asiento en el sitio de honor». Esto era «socialmente» el sistema de vida del hombre rico presentado por san Lucas.

Está luego «la segunda historia, la de Lázaro», el pobre mendigo que estaba ante la puerta del rico. ¿Cómo es posible que ese hombre no se diese cuenta que debajo de su casa estaba Lázaro, pobre y hambriento? Las llagas de las que habla el Evangelio, destacó el Papa, son «un símbolo de las numerosas necesidades que tenía». En cambio, «cuando el rico salía de casa, tal vez el coche con el que salía tenía los cristales oscuros para no ver hacia fuera». Pero «seguramente su alma, los ojos de su alma estaban oscurecidos para no ver». Y así el rico «veía sólo su vida y no se daba cuenta de lo que sucedía» a Lázaro.

Al fin de cuentas, afirmó el Papa Francisco, «el rico no era malo, estaba enfermo: enfermo de mundanidad». Y «la mundanidad transforma las almas, hace perder la conciencia de la realidad: viven en un mundo artificial, construido por ellos». La mundanidad «anestesia el alma». Y «por eso, ese hombre mundano no era capaz de ver la realidad».

Por ello, explicó el Papa, «la segunda historia es clara»: hay «muchas personas que conducen su vida de forma difícil», pero «si yo tengo el corazón mundano, jamás comprenderé esto». Por lo demás, «con el corazón mundano» no se pueden comprender «la carencia y la necesidad de los demás. Con el corazón mundano se puede ir a la iglesia, se puede rezar, se pueden hacer muchas cosas». Pero Jesús, en la oración de la última Cena, ¿qué pidió? «Por favor, Padre, cuida a estos discípulos», de modo «que no caigan en el mundo, no caigan en la mundanidad». Y la mundanidad «es un pecado sutil, es más que un pecado: es un estado pecaminoso del alma».

«Estas son las dos historias» presentadas por la liturgia, resumió el Pontífice. En cambio, «los dos juicios» son «una maldición y una bendición». En la primera lectura, tomada de Jeremías (17, 5-10) se lee: «Maldito quien confía en el hombre, y busca apoyo en las criaturas, apartando su corazón del Señor». Pero esto, puntualizó el Papa Francisco, es precisamente el perfil del «mundano que hemos visto» en el hombre rico. Y «al final, ¿cómo será» este hombre? La Escritura lo define «como un cardo en la estepa: no verá llegar el bien, “habitará en un árido desierto” —su alma es desierta— “en una tierra salobre, donde nadie puede vivir”». Y todo esto «porque los mundanos, en verdad, están solos con su egoísmo».

En el texto de Jeremías está luego también la bendición: «Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua», mientras que el otro «era como un cardo en la estepa». Y, luego, he aquí «el juicio final: nada es más falso y enfermo que el corazón y difícilmente se cura: ese hombre tenía el corazón enfermo, tan apegado a este modo de vivir mundano que difícilmente podía curarse».

Después de las «dos historias» y los «dos juicios» el Papa Francisco volvió a proponer también «los tres nombres» sugeridos en el Evangelio: «son los del pobre, Lázaro, Abrahán y Moisés». Con una ulterior clave de lectura: el rico «no tenía nombre, porque los mundanos pierden el nombre». Son sólo un elemento «de la multitud acomodada que no necesita nada». En cambio un nombre lo tienen «Abrahán, nuestro padre, Lázaro, el hombre que lucha por ser bueno y pobre y carga con numerosos dolores, y Moisés, quien nos da la ley». Pero «los mundanos no tienen nombre. No han escuchado a Moisés», porque sólo necesitan manifestaciones extraordinarias.
«En la Iglesia —continuó el Pontífice— todo está claro, Jesús habló claramente: ese es el camino». 

Pero «al final hay una palabra de consuelo: cuando ese pobre hombre mundano, en los tormentos, pidió que mandasen a Lázaro con un poco de agua para ayudarle», Abrahán, que es la figura de Dios Padre, responde: «Hijo, recuerda...». Así, pues, «los mundanos han perdido el nombre» y «también nosotros, si tenemos el corazón mundano, hemos perdido el nombre». Pero «no somos huérfanos. Hasta el final, hasta el último momento existe la seguridad de que tenemos un Padre que nos espera. Encomendémonos a Él». Y el Padre se dirige a nosotros diciéndonos «hijo», incluso «en medio de esa mundanidad: hijo». Y esto significa que «no somos huérfanos».

«En la oración al inicio de la misa —dijo por último el Papa Francisco— hemos pedido al Señor la gracia de orientar nuestro corazón hacia Él, que es Padre». Y así, concluyó, «continuamos la celebración de la misa pensando en estas dos historias, en estos dos juicios, en los tres nombres; pero, sobre todo, en la hermosa palabra que siempre se pronunciará hasta el último momento: hijo».