miércoles, 3 de agosto de 2011

OBISPO DE SPRINGFIELD (ILLINOIS) PROPONE LA ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL EN SU DIÓCESIS

El obispo de Springfield, Illinois (EU), monseñor Thomas Paprocki, está convencido de la importancia de la Oración a san Miguel Arcángel que el Papa León XIII compuso el 13 de octubre de 1884, después de que Dios le concediera una visión de los trabajos de Satanás por destruir a la Iglesia y perder a las almas, y de cómo el príncipe de los ángeles lo contrarresta.

El obispo de Springfield, Illinois (EU), monseñor Thomas Paprocki, está convencido de la importancia de la Oración a san Miguel Arcángel que el Papa León XIII compuso el 13 de octubre de 1884, después de que Dios le concediera una visión de los trabajos de Satanás por destruir a la Iglesia y perder a las almas, y de cómo el príncipe de los ángeles lo contrarresta. El pontífice ordenó que dicha oración se rezara de rodillas en todos los templos del mundo al finalizar cada Misa. Pero a raíz del concilio Vaticano II dejó de ser obligatoria para volverse simplemente opcional, lo que, por desgracia, se tradujo en que muy pronto dejó de ser rezada en todos lados.

El obispo Paprocki ha decidido reintroducirla en su diócesis a partir del pasado Jueves Santo. Para ello ha recordado a los presbíteros el significado y la historia de la Oración a san Miguel Arcángel. Desde entonces, y según instrucciones del pastor de almas, en aquella diócesis siempre se reza después de la despedida y antes del canto de salida de todas las Misas. Dice Paprocki: «Una de las mejores tretas de Satanás está en su camuflaje, en hacernos creer que no existe. No creer en Satanás y en las fuerzas del mal nos deja incapaces de resistir. Por eso es bueno recordar la Oración a san Miguel Arcángel. Tenemos que recordar que cada vez que oramos trabajamos para derrotar a nuestros enemigos reales, no los demás, sino al diablo y sus demonios».Aquí est la oración para quienes deseen encomendarse a la protección de san Miguel:


San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder es nuestra humilde súplica. Y tú, oh príncipe de la milicia celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para perdición de las almas. Amén.

No hay comentarios: