En el Ave María, el original griego no tiene verbo, osea que dice: "Ho Kirios metá sú" que significa: "El Señor, contigo." Parece más natural usar la expresión: "está" porque el contexto en que aparece esta misma expresión en otros pasajes sugiere la presencia y el auxilio de Dios para una misión o vocación determinada.
Así por ejemplo, cuando Dios le dice a Abrahám que estará con él (Génesis 26,24), o cuando asegura lo mismo a Jacob (Génesis 31,3), o cuando hace recuento de que "ha estado" con Israel (Deuteronomio 2,7; 20,1; 31,6), en todos esos casos se trata de un resultado arduo que precisamente por su dificultad ha requerido la presencia especial y una acción más visible o cercana de Dios. Lo mismo se ve aún más claramente en el libro de los Jueces, precisamente por el carácter de "embajadores de la voluntad divina" que tienen esos personajes. Es así que Josué (Josué 1,9; 3,7) y Gedeón (Jueces 6,12) escucharon este mensaje consolador y así recibieron nueva fuerza. No es distinto el caso de David (1 Samuel 7,37; 2 Samuel 7,3) , Salomón (1 Crónicas 22,11; 28,20) y Jeremías (Jeremías 1,8).
Todo ello indica que la expresión "El Señor... contigo" alude, en la Biblia, a una presencia que auxilia, consuela y fortaleza con vistas a la misión, y todo ello queda mejor expresado en español con el verbo "estar." Algunas personas quisieran el verbo "ser" porque les parece más rotundo y más permanente, pero digamos que la evidencia bíblica no respaldo mucho esa manera de hablar, sino que más bien nos lanza a la contemplación de la misión única de la Virgen Madre.
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