miércoles, 24 de agosto de 2011

ENTREVISTA A MONSEÑOR JOSÉ IGNACIO MUNILLA SOBRE LA JMJ


MADRID, miércoles 24 de agosto de 2011 (ZENIT.org).- La consagración de los jóvenes al Corazón de Jesús realizada por Benedicto XVI durante la vigilia de Cuatro Vientos el sábado 20 de agosto en Madrid fue el momento cumbre de la vigésimo sexta Jornada Mundial de la Juventud.

Así lo señala en la siguiente entrevista a ZENIT monseñor José Ignacio Munilla el obispo responsable -junto al de Solsona, monseñor Xavier Novell- del departamento de pastoral de juventud de la Conferencia Episcopal Española.

El obispo de San Sebastián destaca la imprevisible movilización de jóvenes españoles para la JMJ, propiciada a última hora por el testimonio de los jóvenes extranjeros durante los Días en las diócesis previos al gran encuentro de Madrid.

Ahora, invita a releer ahora todos los discursos que el Papa pronunció –y el que no pronunció- durante la JMJ y a buscar un director espiritual como ayuda en el seguimiento de Cristo.

- ¿Qué destaca de la JMJ celebrada en Madrid?

Monseñor José Ignacio Munilla: Durante los meses y las semanas previas a la JMJ, no era previsible una movilización de jóvenes españoles tan grande como la que se ha producido. El número de inscripciones de peregrinos de los demás países era muy numeroso, pero el número de españoles inscritos dejaba bastante que desear.

Pues bien, la explicación de esta masiva asistencia a última hora, que a todos nos ha dejado sorprendidos, la tenemos que buscar, entre otros factores, en la gran animación que los peregrinos venidos de todas las partes del mundo, han realizado en las diócesis españolas, durante los días previos a la JMJ.

Una vez más, la iniciativa de los DED (Días previos en las diócesis), ha resultado ser muy efectiva y pedagógica. La huella que han dejado los jóvenes que venían camino de Madrid, ha sido verdaderamente profunda y efectiva.

- En su opinión, ¿cuáles son las principales novedades que ha ofrecido esta JMJ respecto a ediciones anteriores?

Monseñor José Ignacio Munilla: La dinámica de la JMJ está ya muy consolidada, y el esquema del encuentro de Madrid ha sido muy similar a los anteriores.

Creo que cabría destacar la amplísima oferta de la agenda cultural de esta JMJ, así como el novedoso método de provisión de alimentos, no ya por catering, sino sirviéndose de 2.500 restaurantes de Madrid, lo cual ha contribuido a una mayor integración de los jóvenes en la ciudad.

- ¿Cómo interpreta usted la lluvia de la vigilia nocturna en Cuatro Vientos?

Monseñor José Ignacio Munilla: Es curioso comprobar que esa fuerte tormenta, que nos sorprendió a todos los allí presentes, haciéndonos sentir la debilidad humana ante la naturaleza, introdujo el momento cumbre de la JMJ de Madrid.

Ciertamente, fue un momento de gracia, porque nos hizo ver cómo en un momento el viento nos despojaba de nuestros planes y programaciones, y quedábamos al desnudo ante la grandeza de Dios.

Justamente en ese instante, el Papa decidió suprimir sus palabras y pasar a lo esencial, a la adoración eucarística.

En medio de un silencio de oración impresionante, el Papa pronunció con voz confiada la Consagración de los jóvenes del mundo entero al Corazón de Jesús. Fue el momento cumbre de esta JMJ, que pasará a la historia.

- Ha sido poco comentada esa consagración de los jóvenes al Corazón de Jesús que el Papa realizó. ¿Qué sentido tiene ese gesto?

Monseñor José Ignacio Munilla: El Papa quiso con este gesto subrayar, ante unos jóvenes deseosos de transformar el mundo, que hay que priorizar el “ser” sobre el “hacer”.

¡Sólo los enamorados de Cristo pueden cambiar el mundo! Para poder llevar a cabo esa tarea de transformación del mundo, es necesario “ser de Cristo”, tener intimidad con Él, dejarnos mover por su Espíritu…

El Papa utilizó una sencilla fórmula, presentando a todos los jóvenes ante Jesucristo: “(…) con ardiente plegaria los consagro a tu Corazón, para que arraigados y edificados en Ti, sean siempre tuyos, en la vida y en la muerte. Que jamás se aparten de Ti! (…)”.

Fue una imagen impresionante del Papa, que nos traía a la memoria la conocida como Oración Sacerdotal de Jesucristo (cf Jn 17), en la que Éste oró al Padre para que no le fuese arrebatado ninguno de los que le habían sido confiados…

- ¿Con qué palabras se queda, de lo que ha dicho el Papa en sus discursos?

Monseñor José Ignacio Munilla: Ya de regreso en nuestras casas, tenemos que hacer un ejercicio de relectura de todos los discursos.

No me cabe duda de que fue providencial que el Papa no pudiese responder a las preguntas de los jóvenes en la vigilia de Cuatro Vientos, porque ello nos obliga más si cabe, a acceder por internet a sus respuestas íntegras y a profundizar en ellas, sin quedarnos con una mera frase a modo de titular.

- ¿Qué reacciones está observando en los jóvenes con los que ha tenido contacto estos días?

Monseñor José Ignacio Munilla: Los jóvenes están impresionados, al mismo tiempo que abiertos a un nuevo itinerario en sus vidas…

En estos días, el consejo que más estoy repitiendo es el siguiente: ¡Buscad un director espiritual para ayudaros en vuestro seguimiento de Cristo! No me cabe duda de que el fruto de esta JMJ será directamente proporcional a la cantidad de acompañamientos espirituales que se inicien.

- ¿Cómo se vive la JMJ como obispo?

Monseñor José Ignacio Munilla: En Sidney viví mi primera JMJ como obispo, y tengo que confesar que en aquella JMJ me costó participar de esta manera, porque eché en falta la cercanía de acompañar como sacerdote a un grupo concreto de jóvenes…

Pero por otra parte, la relación con los demás hermanos obispos durante esos días, es también una ocasión de gracia, ya que habitualmente no tenemos muchas oportunidades de convivir entre nosotros, e intercambiar nuestras impresiones y experiencias diocesanas.

La organización tuvo un gran detalle con todos nosotros, al ofrecernos un magnífico concierto a cargo del Orfeón Donostiarra en el Auditorio Nacional de Madrid, seguido de una cena en el IFEMA. ¡Fue un momento inolvidable!

- ¿Cómo han ido las catequesis de los obispos?

Monseñor José Ignacio Munilla: Las catequesis con los jóvenes son uno de los momentos principales en los que un obispo ejerce su ministerio en la JMJ. Se trata de una oportunidad para tener un contacto muy directo con los jóvenes, y responder en un diálogo abierto y sin filtro alguno a sus dudas y a sus preocupaciones.

Es un método muy sanador de la imagen deformada de los obispos que muchos jóvenes han podido recibir desde los medios de comunicación. Los pastores están cerca de ellos, comparten sus experiencias, les escuchan, y les comunican la Palabra…

Añado a lo anterior que en la ocasión presente, con motivo de la distribución del YouCat(Catecismo para jóvenes) en la mochila del peregrino, hemos tenido la oportunidad de animar a los jóvenes a emprender procesos de formación de calado.

El clima de secularización en el que vivimos nos obliga a hacer un esfuerzo especial para poder dar razón de nuestra fe ante quienes nos rodean…

- El Papa les aconseja a los chicos no dejarse llevar por sus impulsos, que sirvan a los demás y se planteen compromisos de por vida; un obispo iraquí pide a los jóvenes árabes que no emigren de sus países. ¿No son propuestas poco realistas para los jóvenes de hoy?

Monseñor José Ignacio Munilla: Decía el Padre Morales, un santo jesuita ya fallecido: “A los jóvenes, si les pides mucho, dan más; pero si les pides poco, no dan nada”.

Dicho de otro modo, la radicalidad evangélica encuentra un eco muy especial en el corazón del joven, cuando no ha sido “domesticado” o “rendido” al espíritu de este mundo…

O como decía Chesterton: “El catolicismo es la única religión que nos libera de la esclavitud de ser hijos de nuestro tiempo”.

Por Patricia Navas

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