jueves, 8 de noviembre de 2012


 El bloggero de Dios

"Dicen que el Estado no profesa religión alguna. Yo digo que ya va siendo hora de cambiar"
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Fotos: Juan Manuel López
Por GERARDO TAGLIAFERRO 

Extracto de nota publicada en Montevideo.com, en la siguiente dirección se la puede leer íntegramente: 
http://www.montevideo.com.uy/notnoticias_178794_1.html 

¿Es común que un cura tenga un blog?

(Se ríe) Yo conozco varios. El blog se ha convertido en un medio de comunicación donde hay libertad para todo. Yo trato de aplicar las cosas más fundamentales: que los textos sean cortos, que tengan interés, actualidad...

 Dice que la religiosidad forma parte de la sustancia del hombre, pero vemos un fenómeno de disminución de la práctica religiosa y eso creo que es particularmente evidente en la Iglesia Católica, al menos en Uruguay. ¿A qué lo atribuye?

Benedicto XVI habla de que estamos en la época de la "dictadura del relativismo". O sea que yo interpreto a mi parecer, formando un credo tomado de distintas religiones. Eso creo que forma parte de la cultura en la que estamos. Por eso el 11 de octubre empieza el "año de la fe" en la Iglesia Católica, proclamado por Benedicto XVI, para que profundicemos en el contenido de la fe. Por eso se está haciendo una gran campaña para difundir el "Catecismo de la Iglesia", que lo promulgó Juan Pablo II hace veinte años. Porque es verdad que se va perdiendo la sustancia, los puntos de referencia.

¿No cree que la disminución de la religiosidad tiene que ver con el avance de la ciencia?

Entiendo que la ciencia puede mandar un aparato a Marte, lo que es extraordinario. Pero lo que la ciencia no puede explicar es qué pasa con el más allá. Lo que el hombre no puede evitar es preguntarse: ¿y después qué pasa? La religión responde a las inquietudes fundamentales del hombre que son: ¿para qué estoy en esta vida y qué hay después? Si hay algo después de esta vida y cómo alcanzarlo. La ciencia nunca puede contradecir la fe, son campos distintos. Cuanto más se sabe sobre algo científicamente, más admiración provoca el hecho de conocerlo y también el quién organizó todo esto. Las respuestas no son solo físicas, son metafísicas, van más allá de lo físico. Por eso la religión sigue teniendo lugar. Un tema distinto es el de la moral. No es tan importante la supuesta contradicción entre religión y ciencia, como el modo de vivir. Este es el punto clave. Según el último censo, aumentaron los divorcios 52,7%, disminuyeron los matrimonios... claro, esos son los temas. Hay mucho de: "yo organizo mi religión a mi manera".

¿Y qué cree que está indicando ese distanciamiento entre prácticas de la sociedad y enseñanzas de la religión?

Creo que está indicando que más que adaptarse la enseñanza de la Iglesia a los tiempos, es necesario que los tiempos se adapten a las enseñanzas de Cristo. Estamos viviendo un tiempo donde hay un gran supermercado de religiones a la carta, pero que no responden a lo que la persona es. ¿Es verdad o no que Jesucristo es Dios? Ese es el punto clave, hay que discutirlo. Me encantaría ir al Parlamento a discutir esto (se ríe). Desde el relativismo se me va a responder: depende. No, ¿cómo depende? ¿Es o no es?


¿Por qué la Iglesia condena la conducta homosexual?

La sagrada escritura es para la Iglesia Católica el punto de referencia. Desde el principio, en el Génesis, dice que Dios creó al hombre, al ser humano, varón y mujer. Y les dijo: "creced y multiplicaos". Y siguiendo la lectura queda claro que la homosexualidad no se admite para nada, Sodoma y Gomorra fueron destruidas. El plan original de Dios es hombre y mujer juntos, con vistas a crecer y multiplicarse.

Los sacerdotes no cumplen con el plan de Dios.

Los sacerdotes no cumplimos (se ríe). ¿Por qué la Iglesia Católica a los sacerdotes nos pide en el rito latino el celibato? Porque también hay sacerdotes católicos casados. En el rito latino, que es el que vivimos en Occidente, nos pide eso. Porque Jesucristo fue célibe y sus apóstoles también. Para reflejar mejor ese carácter de entrega total al plan de Dios y siguiendo lo que dice Jesús: "Todo el que deje padre, madre, hermanos, esposa, por mí y por mi nombre, recibirá el ciento por uno y la vida eterna". Esto no quiere decir que los sacerdotes seamos mejores por el celibato, lo importante no es el estado de vida en que uno está sino los hechos, las obras. Sacar adelante una familia es mucho más difícil que vivir en celibato, vamos a entendernos.

Una película de 1994, "Actos privados", planteaba la historia de un cura que es apartado de la Iglesia por homosexual, pero a la vez él mismo se entera de que un padre abusa de su hija y no puede hacer nada porque es secreto de confesión. Es decir: se sanciona una conducta privada, que no hace mal a nadie, y no se puede actuar frente a semejante agresión a una niña. ¿Qué haría usted con ese secreto de confesión?

Hablar, hablar y hablar. Muy fuerte y cariñosamente, comprendiendo todo, porque desde el momento en que una persona se va a confesar se entiende que hay un síntoma de arrepentimiento. A partir de allí poner todos los medios a revertir esa conducta, animándole a que vuelva a hablar, irlo llevando para tratar de ayudarlo, porque realmente es una situación terrible.

 Las denuncias que hubo en los últimos años sobre pedofilia en la Iglesia, ¿qué están indicando?

Son excepciones, leí hace un tiempo que es el 0,9% de los sacerdotes. Están hablando de que los sacerdotes también somos hombres y que estamos dentro de un ambiente cultural. Leí hace muy poco un artículo del periodista italiano Vittorio Messori donde él decía: "un momento, esto ha ocurrido y sigue ocurriendo en todos los ambientes". Bueno, que se manifieste también en los sacerdotes es gravísimo, pero forma parte de todo un clima. Benedicto XVI ha dado normas muy claras en el sentido de sacar a la luz los casos que hay y aplicar las sanciones correspondientes, retirando del sacerdocio a quien ha cometido una barbaridad de ese estilo.

Hace unos meses, en una entrevista al padre Mateo Méndez le preguntaba si sufría tentaciones y me contestó: "todos los días". Le hago la misma pregunta.

Bueno, gracias a Dios no he tenido ninguna metida de pata. Pero el sacerdote es un hombre como cualquiera. A un hombre casado le siguen gustando todas las mujeres, y si sirve la anécdota, un sacerdote español amigo mío, cuando le decían lo difícil que sería mantener el celibato, contestaba: "la diferencia entre tú, que estás casado, y yo, es solo una: para mí están prohibidas todas las mujeres, para ti todas menos una". Entonces, no magnifiquemos el asunto. Soy hombre, me gustan las mujeres, no tengo problema en decirlo, pero vivo en forma normal, sin hacer pavadas.

Pero la persona casada no tiene que reprimir su sexualidad, la vive. El sacerdote sí.

La virtud de la castidad es una gracia de Dios, que hay que pedir. Yo me ordené sacerdote a los 28 años, ya sabía lo que hacía, tenía conciencia clara de las reglas del juego, no me supone ningún esfuerzo represor conmigo mismo. El sacerdote tiene ayuda de Dios para ir adelante en su vida de todos los días. Yo soy un viejo de 67 años a esta altura (se ríe).
¿Qué es el demonio?

¿El demonio? (se ríe) Es un gran misterio, pero real. El demonio aparece en el libro del Génesis como tentador. Su gran tentación es ser igual a Dios. Lo que enseña la Iglesia es que es un ángel que fue creado bueno pero allí hubo una prueba en la cual se definió en contra de Dios. Tiene una inteligencia enormemente superior a la humana, capaz de crear grandes disturbios en las personas, en la sociedad, y parecería que está trabajando bien.

En "El evangelio según Jesucristo", Saramago plantea un diálogo final entre Dios, Jesucristo y el diablo, en el que éste le pide a Dios que lo acepte de nuevo. Y Dios le dice algo así como: "No, porque si tú dejás de existir, ¿qué sentido tengo yo?"

Sí, yo lo cambiaría: no puede ya volver a su lado porque la elección que hizo fue definitiva y para siempre. En ese sentido, la fantasía de Saramago le jugó un mal partido. No puedo imaginar que al final habrá un blanqueo general y que todo vale lo mismo. El demonio en un momento va a ser vencido, en el fin del mundo es lo que dice Jesucristo. Se trata en definitiva de ahogar el mal en abundancia de bien y para eso necesito la ayuda de Dios.
 
El padre Elizaga, célebre por sus exorcismos, dijo en una entrevista que le hice hace algunos años que "muchas personas que la ciencia manda a un psiquiatra se curarían con un exorcismo". ¿Está de acuerdo?

No tengo experiencia en exorcismos, el que sabe es él. Pero que hay endemoniados sí, eso cualquier sacerdote lo percibe. No hablo de endemoniados como en la película "El exorcista", pero sí de convivencia con el demonio, conviven con el demonio.

¿Por qué Dios hace milagros en algunas situaciones y no en otras?

Sí... es complejo eso. No tengo respuesta. Si supiéramos, seríamos Dios. En todo lo que se refiere a Dios hay que partir de un principio de humildad fundamental. Si Dios cupiera en mi cabeza o se adaptara a lo que yo puedo entender, entonces sería un Dios en el que yo no creería, porque sería a mi imagen y semejanza. Y soy yo el que fui creado a su imagen y semejanza, con una gran diferencia: él es Dios.

¿Tiene ganado el paraíso?

(Se ríe) Eso no lo sabré hasta el último instante. Hay que ganar la medalla de oro y hay que correr con todo. No lo puede decir nadie, hasta el último momento tengo la posibilidad de equivocarme, de hacer un disparate, de no ser fiel a Dios. Nadie está asegurado y todos somos capaces de grandes equivocaciones y de grandes heroísmos también.



Montevideo Portal / Gerardo Tagliaferro
Fotos: Juan Manuel López

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