«Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a que hora de la noche iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su casa.Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre.
«¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?
Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: “Mi señor tarda”, y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los borrachos,vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe,le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el llanto y el rechinar de dientes.
Qué supone "estar preparados"? "Velad". Aquí aparece sintetizada la enseñanza del Señor. Preparados para qué? El texto no deja lugar a dudas, para el encuentro con el Señor. Reparemos en algunos detalles importantes, a los efectos de poder prepararnos adecuadamente para el encuentro con el Señor.
Se sugiere que su realización pueda ser repentina, imprevista e inesperada ,dice el texto " en el momento que no penséis" . Todos sabemos que estamos orientados al encuentro con el Señor,antes o después, en la juventud, madurez o senectud, pero lo cierto es que llegará para todos, incluso para los que no lo reconocen o no creen en Él. La acentuación de la enseñanza esta dada por la forma en que me preparo para ese encuentro .Soy consciente de ese momento en mi existencia y de su importancia?
El cristiano se prepara para el encuentro con su Señor, viviendo cristianamente, el ejercicio de la vida bautismal que hemos recibido nos dispone de la mejor forma para recibirlo. No se trata de hacer algún curso intensivo, o de imaginarnos una suerte de vigilancia permanente, a modo de guardia de un cuartel, para no ser sorprendidos. La imagen propuesta, ayuda a los efectos de reconocer lo imprevisto de su llegada, pero conocemos al que llegará de esa manera. No es un ladrón desconocido que nos asecha, es el buen Pastor que nos carga sobre sus hombros.
Crecer en la fe, esperanza y caridad nos prepara para aguardar adecuadamente al Señor, esto nos vuele, según la expresión del texto," siervos fieles y prudentes". El siervo fiel y prudente administra las bienes de su Señor, no los dilapida ni utiliza arbitrariamente, porque tendrá que dar cuentas a él. Incluso creciendo en la comprensión de nuestra tarea, sabemos que los hijos han recibido todo del Padre, y cuidan su obra amorosa, no como asalariados sino como herederos del reino.
Esta enseñanza nos permite comprometernos en rezar y ayudar a otros, para que se preparen para el encuentro. Muchos caminan en esta dirección sin estar preparados, no viven como hijos sino como esclavos, a merced de sus pasiones desordenadas, dilapidan los bienes de la hacienda del Señor, en sus propios caprichos y desenfrenos. El bien de la vida, la amistad, la familia y tantas cosas, de las que se sirven egoístamente para " usar y tirar", en lugar de servir a los bienes dados por el Señor nos servimos de ellos.
Pero la enseñanza también repara sobre una categoría interesante, aparecen representados aquí algunos creyentes, porque le llaman Señor y saben que vendrá, a los que llama hipócritas, pues debido a su demora viven indignamente su condición de "seguidores". Cuantos piensan, de las cosas de Dios hablemos más adelante, y lo dejan para el período de la jubilación o para cuando estén enfermos. Hipócritas, simulan ser servidores de Señor, con su labios lo reconocen como tal, pero con sus vidas niegan ese reconocimiento.
Nos preparamos para tantas cosas en la vida, y a veces descuidamos prepararnos para la más importante, no reparamos que la mejor preparación es vivir cristianamente todos lo días, en las pequeñas y grandes cosas que El Padre quiera dispensarnos. Servidor bueno o hipócrita?
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