Aparecen las
presentados los 4 elencos de carismas que presenta pablo en sus cartas, 1 Cor
12,8-10;1 Cor 12,28-30;Ro 12,6-8; Ef 4,11.
Apóstol : no
designa a los 12, sino a algunos cristianos ardientes que abandonando todo
cuidado humano, se dedican a difundir el reino de Dios, especialmente allí
donde todavía no había sido predicado. En Lc. Aparecerá más restringido el uso
de este nombre.
Evangelista: parece
que tenía la misión de reforzar la obra del apóstol, consolidadndo lo que este
había iniciado.
Profecía: era de
los dones más importantes ( a él dedicará todo el capítulo 14). De él también
hablan los documentos sucesivos (Didajé 10,7; 11,3.7.11; 13,1.3-4.6 Bernabé
16,9; Hermas, Mandato 11,7) La palabra del profeta era de edificación,
exhortación y consolación (I Cor 14,3). Podía también descubrir los secretos
del corazón (ibid.v. 25) y, a veces, anunciar acontecimientos futuros (cfr.
Ágabo en Hch 21,10 ss.)
Sabiduría y conocimiento: debía
tener un fondo común, con alguna divergencia específica. El discurso de
sabiduría podría significar una peculiar iluminación expresada, tal vez, ya por
la misma forma gramatical: diá tou pnéumatos (a través del Espíritu) y no: katá
o en, como se dice de los otros carismas.
Otros opinan que la palabra de sabiduría sería habitual
en el profeta, mientras que a palabra de ciencia cuadraría mejor con el que
enseña. El primero se dirigiría más bien al entendimiento y al corazón; el
segundo preferentemente a la inteligencia y a la erudición. Ambos eran
dirigidos al ministerio de la predicación. La Didajé dirá que el que enseña es
tan honrado como el profeta.
Vienen tres carismas
operativos: fe, curaciones y operaciones de milagros
Esta fe, no es la
adhesión intelectual a una verdad revelada, aún cuando se la presuponga: es más
bien la certeza absoluta de que el poder de Dios intervendrá prodiciosamente en
algún hecho físico, para demostrar su soberanía (Mt 17,19; 21,21; Lc 17,6; Mc
11,22; 1 Cor,13,2)
La realización de milagros
comprende toda suerte de prodigios en el orden físico;mientras que el don
de las curaciones se refiere al cuerpo humano.
Discernimiento de
espíritus: este es complementario de la profecía (así como son
correlativos las lenguas y la interpretación).Era una agudeza especial para
juzgar, entre tantos enemigos del cristianismo primitivo, las disposiciones
mentales del prójimo; servían también para guardarse de los peligros de los falsos
hermanos (II Cor 11,26) y discernir los verdaderos de los falsos profetas (cfr.
I Cor 14,37). Probablemente este carisma era ordinario d elos jefes de la
comunidad, o, al menos, estos recurrirías a los consejos de quienes los
poseían".
Dr. Miguel Barriola en sus apuntes, Temas de iniciación a San Pablo, 1982, pp.129 ss:
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