Si Dios baja a la tierra por el altar de la sierra, baja en Minas y en abril. Santiago Chalar tenía mucha razón: en estos días de otoño, las sierras minuanas son una paleta de verdes y amarillos realmente divina.
Chalar tenía razón por otro motivo. El jueves es 19 de abril, la fiesta grande de la Virgen del Verdún, y es la reina del cielo, la Madre de Dios (no es más que Él, se entiende: pero es su reflejo...) la que bajará a atender a sus hijos: escuchará sus penas y recibirá sus gratitudes. Verá a miles de hombres y mujeres, mayores, niños y adolescentes, subiendo el cerro; muchos de ellos y ellas descalzos, ofreciéndole a la Virgen esa dificultad para subrayar su petición o su agradecimiento.
(Una periodista, hace un tiempo, viendo a una señora mayor bajando del cerro descalza, le preguntó con aire frivolón: - Abuela, ¿y usted por qué va así, qué le pidió a la Virgencita?... Y la abuela, apenas mirándola y adivinando que no la iba entender: - ¡Sacrificio, m'ija, sacrificio!).
1 comentario:
Gracias por recordarnos que Maria esta siempre con nosotros, sus hijos
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