lunes, 26 de enero de 2009

CARD. ANTONIO CAÑIZARES: ESCALADA DEL GOBIERNO SOCIALISTA ESPAÑOL CONTRA LA FAMILIA

-En una cultura como la que se impone en España, en Europa y en todo Occidente, con una fuerte carga ideológica secularista, ¿puede afirmarse que es en el ámbito de la familia donde este secularismo se manifiesta de modo más evidente y agresivo?

-Cardenal Antonio Cañizares: Pienso que no es la familia el ámbito donde se genera ese secularismo, sino que es el ámbito que más lo está sufriendo. La familia en España es en concreto una familia cristiana, aun cuando no sea practicante. Aún cuando esté muy sacudida por los vientos de la secularización, por todo el poder mediático que difunde una ideología relativista. Hay unos recursos en la familia española todavía muy valiosos y estamos aún a tiempo de que recupere su verdad. Pero es cierto también que la familia española, por las presiones de ese poder mediático, por las legislaciones tan agresivas en su contra, está sufriendo un fuerte relativismo, que estriba en vivir fuera de la verdad que la constituye, con lo cual las personas caen muchas veces en situaciones lamentables.

-Sus declaraciones han descargado fuertes responsabilidades en el Gobierno socialista por lo que sucede con la familia.

-Cardenal Antonio Cañizares: En los últimos años hemos asistido a una escalada contra la familia por parte del Gobierno socialista ayudado por otras fuerzas políticas y otros poderes o grupos como el del imperio gay o el de ciertas ideologías y organizaciones feministas, que intentan imponer la ideología de género. España ocupa uno de los últimos lugares de Europa en política familiar, el de menos ayuda a la familia; es, junto con Grecia, la nación europea con más bajo índice de natalidad, donde la población juvenil más a decrecido en los últimos 25 años y donde más se ha incrementado el número de abortos en los últimos diez años; ocupa el tercer lugar en el crecimiento de rupturas matrimoniales en la última década. Y, simultáneamente, ha ido más lejos que ningún otro país de la Comunidad Europea en materia legislativa contraria y dañosa para la familia.

Una vez más hay que decir que el futuro de la familia depende de que ésta pueda vivir su verdad, de que supere el relativismo al que se le empuja. La familia podrá ser educadora y transmisora de la fe si supera ese relativismo. Si no lo supera, continuará en una crisis, crisis de fe que arraiga en una crisis de verdad, porque no tiene fundamento principal para apoyarse y vivir con toda esperanza lo que es.

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