jueves, 19 de julio de 2012

SAN AGUSTÍN : PASTORES QUE SE APACIENTAN A SÍ MISMOS

«Hemos escuchado esta lectura que se nos ha proclamado, y me he propuesto comunicaros algo sobre ella. Me ayudará el Señor para decir la verdad, si renuncio a decir mis propias ocurrencias. Pues si dijéramos algo que sale de nosotros, seríamos pastores que nos apacentamos a nosotros mismos, no a las ovejas; pero si lo que os predicamos viene de Él, será Él quien os alimenta, sea quien sea el que os hable.

 Esto es lo que dice el Señor Dios: ¡Ay, pastores de Israel, que se apacientan sólo a ellos! ¿No son a las ovejas a las que deben apacentar los pastores? (Ez 34, 2). Es decir, los pastores no se deben apacentar a sí mismos, sino a las ovejas. Ésta es la principal razón por la que se acusa a estos pastores: porque se apacientan a sí mismos, y no a las ovejas.

¡Quiénes son los que se apacientan a sí mismos? Aquellos de los que dice el Apóstol: Todos los que buscan su interés, y no el de Jesucristo (Filp 2, 21). Efectivamente, nosotros, a los que el Señor nos ha constituido en este lugar, por pura dignación suya, y no por nuestros méritos, de lo que le debemos dar estrecha cuenta, reunimos en nosotros mismos dos realidades: una, que somos cristianos; otra, que somos obispos. El ser cristianos redunda en beneficio nuestro; el ser obispos lo es por vuestro bien. Son muchos los cristianos que, sin ser obispos, llegan hasta Dios, caminando quizá por un camino más fácil, y tal vez más expedito, por cuanto que llevan una carga menor. Nosotros, por el contrario, además de que somos cristianos, por lo que debemos dar cuenta a Dios de nuestra vida, somos también obispos, por lo que debemos dar cuenta a Dios de nuestra administración. A vosotros os expongo este problema para que os compadezcáis de nosotros y oréis por nosotros».

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