Es una virtud que nos da ánimo para tender a algo bueno que está muy distante de nosotros, o sea, cuya consecución se hará esperar mucho tiempo.En este sentido, se parece más a la magnanimidad que a la paciencia; pero teniendo en cuenta que, si el bien esperado tarda mucho en llegar, se produce en el alma cierta tristeza y dolor, la longanimidad,que soporta virtuosamente este dolor, se parece más a la paciencia que ninguna otra virtud.
La longanimidad es una virtud que consiste en saber aguardar. Saber aguardar a Dios, al prójimo y a nosotros mismos. En qué?En el bien que de ellos esperamos. Por consiguiente, la longanimidad consiste en evitar la impaciencia que podría causarnos la demora y tardanza de este bien. Saber sufrir esta tardanza, he aquí, en realidad lo que es la longanimidad. Por eso la llaman algunos "larga esperanza".
Es la virtud de Dios, que sabe aguardarnos a todos a nuestra hora; la virtud de los santos, siempre sufridos, siempre pacientes con todos. Grande y admirable virtud, que el apóstol san Pablo coloca entre los doce frutos del Espíritu Santo (Gal 5,22).
No hay comentarios:
Publicar un comentario