martes, 2 de septiembre de 2008

OLIVIA: TESTIGO DE AMOR POR LA EUCARISTÍA

Un grupo de religiosas de la congregación Hermanitas de los Ancianos Desamparados que partió el pasado año desde Valencia para fundar un asilo en Chissano (Mozambique) atiende en la actualidad a una joven que carece de piernas y que gateaba cuatro kilómetros todos los domingos para asistir a misa en la ciudad africana.Las religiosas han promovido ya la compra por parte de un benefactor de la congregación de una silla de ruedas para la joven, llamada Olivia, de 25 años de edad, quien la estrenó recientemente, el día de su bautizo, según han explicado a la agencia de noticias de la archidiócesis de Valencia AVAN fuentes de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.

Antes de disponer de la silla de ruedas, "la arena del camino le quemaba las palmas de las manos en la época más calurosa del año", pero aun así acudía gateando a la eucaristía, "dando un testimonio de superación y de fe heroico". Las religiosas, al poco tiempo de desplazarse hasta Chissano, coincidieron con Olivia en un camino de la localidad africana tras "ver a lo lejos que algo se movía serpeando" y comprobar, "para nuestra sorpresa, que era una joven".

"Pudimos entablar conversación con ella a través de una señora que pasaba por allí y que nos traducía al portugués lo que ella nos relataba" en dialecto changana. En la atención de la joven discapacitada también colabora el párroco de Chissano, quien atiende pastoralmente "un territorio muy extenso y con infinidad de feligreses con graves necesidades por estar discapacitados y no tener recursos económicos o apoyos familiares", han señalado las mismas fuentes.

Para preparar a Olivia para recibir el sacramento del Bautismo, el sacerdote envió de forma periódica a un catequista hasta el domicilio de la mozambiqueña. En la ceremonia, un benefactor de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados ejerció como padrino y, después, dispuso su casa para organizar un convite.
(FUENTE: ZENIT)

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