LOURDES, domingo, 14 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Monseñor Jacques Perrier, obispo de Lourdes y Tarbes, confesó este domingo ante el Papa y ante 190.000 peregrinos que había predicho el nombre del pontífice llamado a suceder a Juan Pablo II, Benedicto.
En sus palabras de saludo al Santo Padre al inicio de la misa de celebración de los 150 años de las apariciones de la Virgen María en Lourdes, el prelado dejó espacio a estas confidencias ante la sorpresa y el interés de los presentes.
En sus palabras de saludo al Santo Padre al inicio de la misa de celebración de los 150 años de las apariciones de la Virgen María en Lourdes, el prelado dejó espacio a estas confidencias ante la sorpresa y el interés de los presentes.
"Una vez en mi vida, recibí el don de la predicción", comenzó diciendo. "Las radios acababan de anunciar que se había elegido a un Papa. Puse la televisión para saber quien tendría la tremenda tarea de suceder al sumamente querido Juan Pablo II. Mientras esperaba, dije a quien estaba conmigo: 'Espero que tome el nombre de Benedicto'".
"Yo no pensaba entonces en san Benito (en francés lleva el mismo nombre que Benedicto, ndt.). No pensaba tampoco en Benedicto XVI, calumniado cuando quiso ser artesano de paz durante la segunda guerra mundial", confesó.
"Al decir: 'espero que tome el nombre de Benedicto' pensaba en nuestro mundo --reconoció--. Nuestro mundo en ocasiones se cree maldito, pues se da cuenta que sus maravillosos descubrimientos pueden rebelarse contra él. Con más frecuencia se cree olvidado, errando sin objetivo bajo un cielo vacío y mudo".
"En este mundo deprimido, la misión de la Iglesia consiste en decir al mundo que es amado y que, a pesar de las heridas, está bendito. El signo supremo de esta bendición es la Cruz, la Cruz gloriosa del Señor que hoy celebramos", concluyó.
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