Padre Misionero de la Caridad, Brian Kolodiejchuk (=BJ): Todo comenzó con una entrevista que me hicieron en The Times, que para ser sinceros era correcta. El problema llegó cuando otros medios en busca de titulares y no de contenidos verdaderos, descontextualizaron frases con el objetivo de vender diciendo que la Madre Teresa no tenía fe.
¿Cuál es la historia de estas cartas?
(BJ): Sabíamos que existían y las hemos ido recopilando a raíz de la causa de beatificación. Son las cartas que Madre Teresa envió al arzobispo de Calcuta y también al padre Picachy, un jesuita que era su director espiritual, que más tarde fue arzobispo y cardenal de Calcuta. En el libro se puede realizar una lectura guiada de las cartas y profundizar en la verdad de lo que la Madre Teresa contaba.
¿Qué descubrimos de Teresa de Calcuta gracias a las cartas?
(BJ): El libro trata tres aspectos escondidos de la vida interior de Madre Teresa. En primer lugar el aspecto del voto privado que ella hizo de que nunca rechazaría nada a Dios. El segundo es que todos sabemos de la vocación de Madre Teresa pero en las cartas ella da detalles del por qué de esa vocación, de cuándo Dios le pidió hacer lo que hacía. Y en tercer lugar está el tema de la oscuridad, su experiencia de oscuridad. Todos estos aspectos de la vida interior de Madre Teresa están relacionados y unos nos hacen entender los otros. No se pueden ver por separado.
¿Cree usted que madre Teresa vivió una crisis de fe?
(BJ): Eso lo dicen los que o no la conocieron o no tienen una experiencia de fe. Lo que Madre Teresa vivió no fue una crisis de fe, sino pruebas de fe. En el nivel del sentimiento sentía soledad, oscuridad pero siempre estaba la promesa que le había hecho a Dios y la vocación que había recibido, así es como ella vivió su fe.
En su relación personal con ella, ¿percibió que pasaba por pruebas en alguna ocasión?
(BJ): Sí. Ella decía que Jesús le dijo que tendría que llevar este sufrimiento en su corazón. Comentaba que había vivido la noche oscura ya cuando estaba con las irlandesas y la había vivido como preparación necesaria para su unión íntima, mística y transformadora con Jesús. Pero como otros santos después de la unión también sintió la oscuridad pero ya no como preparación sino como forma de compartir el dolor de Cristo.
¿Para ella el sufrimiento llevaba a Dios?
(BJ): Para muchos que oyen o leen esos titulares de los que hemos hablado, que Madre Teresa viviera pruebas de fe, supone que eso la empequeñece como Santa, para mi esto no hace más que engrandecerla. No era santa por lo que hacía, muchas personas ayudan a los demás. El distintivo de su santidad es que trabajaba por la salvación y la santificación de los más pobres compartiendo la cruz de Jesús. Y cuando se lee cómo vivía esta cruz se la puede ver como una gran mística, una de las más grandes, una santa muy heróica. Concidió una vez en un hospital con una mujer que se quejaba por que sufría mucho y Madre Teresa le comentó admirada “¡Estás tan cerca de Jesús que casi te puede besar!”.
¿Cree usted que esto es fácil de entender en la sociedad de hoy?
(BJ): Visto está que no. Para ella cuanto más sufría más cerca estaba de Dios. En la sociedad se huye de la cruz y el sufrimiento porque dicen que no tienen sentido pero en unión con Cristo se viven como símbolo del amor. Muchos creyentes también se han escandalizado también con los titulares. No debería ser así, todavía nos falta mucha formación en la vida espiritual. En América la mayoría no tienen idea de lo que es la vocación de un santo o de que pasan pruebas. Aquí en España es más normal, se conocen la vida de San Agustín u otros santos. Espero que con el libro esto cambie.
¿Cómo era la experiencia de Dios de Madre Teresa?
(BJ): Su experiencia personal fue siempre privada y era debido a dos hechos principalmente. Ella creció y venía de un país donde las cosas personales son privadas, y por otro lado también pensaba que si contaba mucho, la gente se fijaría más en ella y no en lo que Dios hacía a través de ella. Por eso cuando le decían Madre Teresa qué cosas más maravillosas hace, ella respondía “Es Obra de Dios. No soy más que un lápiz de Dios”. Por su sencillez escondía la profundidad de su Santidad.
¿Se veía en algun momento como santa?
(BJ): Ella dijo una vez una frase que se lee al comienzo del libro: “Si alguna vez soy santa, seré una santa de la ‘oscuridad’. Continuamente estaré ausente del Cielo para iluminar y llevar a la luz a aquellos que viven en la oscuridad en la tierra”. Con esto nos quería indicar que su postulado no acababa con la muerte y que trabajaría siempre por iluminar y dar luz.
¿Cómo se debe entender esta oscuridad de la que habla?
(BJ): Es la oscuridad de no creer y aun más la de no sentirse amados, la de aquellos que sienten la soledad. Ella decía que la pobreza más grande era la de no ser amado, querido o vivir en soledad. En el plano de los sentimientos se sintió así, vivía una pobreza material pero también vivió una pobreza interior que le hacía sentirse no amada, rechazada.
El título del libro Come Be My Light (Vén sé mi luz), ¿a qué hace referencia?
(BJ): Madre Teresa comenta que fue lo que Dios le dijo cuando le pide dar la vida en esa vocación.
El martes asistirá a un visionado de la película The Legacy (El legado) sobre la vida de Madre Teresa, ¿cuál cree usted que es ese legado?
(BJ): Por un lado está su obra. Las estadísticas y la realidad muestran que ésta no ha hecho más que crecer con el tiempo. Hay más vocaciones, unas mil más desde su muerte. Hay más de 700 casas, y lo/as Misioneros/as de la Caridad están presentes en unos 134 países. Eso significa que hay más pobres atendidos y más gente que ayuda. Pero también está su legado como Santa de la Oscuridad que era su deseo, el de iluminar a los que no creen o no se sienten amados, que es un postulado que ella aceptó para toda la vida.
Después de su trabajo como postulador en el proceso de beatificación de la Madre Teresa de Calcuta y con todo lo que ha vivido, ¿qué es para usted un santo?
(BJ): Creo que es una persona que está unida a Dios totalmente, no parte o casi del todo. Toda su vida está entregada y abandonada totalmente a Dios. La mayoría le decimos a Dios hasta dónde ha de llegar, cuáles son los límites a donde puede acceder en nuestra vida o lo que nos puede pedir. Para un Santo no, los Santos como están entregados totalmente, van donde Dios les pida y si es más cerca de la Cruz, mejor, porque éste es el gran amor de su vida.
¿Qué ha aprendido de los sentimientos?
(BJ): Madre Teresa siempre nos decía que no nos fiáramos mucho de nuestros sentimientos, no sólo en el plano de la relación con Dios, también en las personales (con amigos, entre una pareja...). La vida no es cuestión de lo que se siente, se trata de AMOR, y el AMOR habla de lo que he decidido y afirmo con mi voluntad.
¿Cuándo conoció a Madre Teresa?
(BJ): Tenía 21 años, y estaba en Roma para ir a visitar a mi hermana que es Hermana de la Caridad, era el año 1977. En ese momento se ordenaban un grupo de hermanos contemplativos y en la misa, Madre Teresa les colocaba una cruz con un alfiler en la camisa. Tras la ceremonia mi hermana me presentó a la madre y ella me impuso tambien la cruz, a mi. Yo no entendía lo que significaba aquello, y me quedé muy sorprendido. Al día siguiente en una conversación privada se lo pregunté y desde aquel momento empezó mi camino vocacional como parte de esta gran familia.
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