sábado, 21 de septiembre de 2013

DIÁCONO JORGE NOVOA: SÍGUEME

"Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme.» El se levantó y le siguió.
Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos".


San Mateo es uno de los doce,fue  llamado por el Señor cuando estaba realizando su tarea cotidiana, era recaudador de impuestos. El texto breve y concreto lo podemos dividir en dos parte: a) la vocación de Mateo b) Jesús en la casa de Mateo comiendo con publicanos y pecadores.

El relato de la vocación  de san Mateo es sencillo y  concreto, nos narra el "paso del Señor"por su vida , con esta expresión se designa  la acción por la cual el Él busca  a los hombres, es Dios, quien con su iniciativa sale al encuentro del hombre pecador, incluso se arriesga a recibir del hombre el rechazo, su amor se dona incondicionalmente exponiéndose  a no ser correspondido.

El Señor  "pasa" cerca nuestro, por nuestras tareas cotidianas, haciéndose presente en las realidades sencillas de nuestra vida, así ocurre con Mateo, que se encuentra trabajando, recaudando impuestos. Esta verdad atestiguada en las Sagradas Escrituras, y en la vida de tantos hombres y mujeres de todos los tiempos, nos enseña que  Dios está buscándonos . Dios se acerca, nunca se aleja , es el hombre pecador quien dándole la espalda decide alejarse de Él.  Este "paso del Señor" es un tiempo de gracia y salvación, que nos alcanza con su verdad y luz  para interpelarnos.

Sígueme es la palabra poderosa,que en labios de Jesús arranca a los hombres de las mediocridades de la vida, del sinsentido y el pecado. Dirá san Jerónimo," si la piedra imán tiene fuerza para atraer al hierro, cuánto más el Señor de todas las criaturas podía atraer a sí a los que El quería". No por imposición, sino por el esplendor de  su belleza, que arrebata el corazón que es capaz de percibirla. La belleza del Señor tiene una capacidad de irradiación y atracción que cautiva los corazones de los hombres.

Finalmente reconozcamos la respuesta de Mateo,  dice  San Juan Crisóstomo: "así como admiráis la virtud del que llama, admirad también la obediencia del que es llamado". Resplandece la prontitud y disponibilidad de este recaudador de impuestos que dejó todo para seguirlo. Muchos están llamados a responder  con esta radicalidad, deben dejarlo todo y seguirlo. La radicalidad supone no "anteponer nada a Cristo" y su voluntad para mi vida, esta exigencia del seguimiento rige para todos sus discípulos.

La palabra sígueme aparecerá muchas veces pronunciada en nuestras vidas, Pedro la oirá al final de la existencia terrena de Jesús, luego de la traición, ella se posará sobre las situaciones más diversas que tengamos que enfrentar, invitándonos a continuar en el  camino. Sígueme, es para ti  una invitación amorosa del Señor , es  la aventura más apasionante que puedas imaginarte, hay que animarse a decirle, " habla que tu siervo escucha".

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Qué hermoso encuentro entre Jesús y Mateo! Mateo quizás muy acostumbrado a recibir otras clases de miradas,miradas de prejuicio y de desprecio,de rechazo por su oficio, encuentra una mirada redentora, de amor y misericordia sobre su vida. Una mirada y un llamado: "Sígueme",donde comenzó la vida nueva de Mateo.Una respuesta de Mateo sin titubeos, que reconoció en Áquel que lo llamaba un amor infinito.Una vez más el Señor nos enseña a mirar a los demás.
Me conmovió mucho este pasaje y quería compartir algo de lo meditado.

Daniela