Vino a Nazará, donde se había criado y, según su costumbre, entró en la sinagoga el día de sábado, y se levantó para hacer la lectura. Le entregaron el volumen del profeta Isaías y desenrollando el volumen, halló el pasaje donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor. Enrollando el volumen lo devolvió al ministro, y se sentó. En la sinagoga todos los ojos estaban fijos en él. Comenzó, pues, a decirles: «Esta Escritura, que acabáis de oír, se ha cumplido hoy.»
Isaías había profetizado que el Espíritu reposaría con toda su plenitud de dones sobre el Mesías, solamente Aquel que lo posea en plenitud, podrá darlo sin medida, esto acontecerá en Pentecostés, el Espíritu será enviado sobre María y los apóstoles.Santo Tomás de Aquino remarca como los profetas recibieron el Espíritu con "medida", y por ello profetizaron parcialmente, Cristo por el contrario "sin medida".
El Señor en el bautismo del Jordán ha sido ungido para la misión, ha descendido sobre Él, el Espíritu Santo y la voz del Padre lo han señalado como su Hijo muy amado, al que hay que escuchar. Este texto lo encontramos al inicio de la vida pública del Señor, la misión salvífica del Hijo de Dios se lleva a cabo en la potencia del Espíritu Santo, Jesús es "consagrado con unción". El Bautista dará testimonio de esta verdad,diciendo " yo he visto el Espíritu, descender desde el cielo como paloma y posarse sobre Él".
Los frutos de esta acción que estaban profetizados por Isaías, ahora se visibilizan en las palabra y obras de Cristo: anunciar la Buena Nueva, proclamar la liberación , dar la libertad a los cautivos y proclamar el año de gracia del Señor.
Su presencia, mensaje y obra son la Buena Noticia de Dios para la humanidad, se encuentra contenida la verdad sobre nuestra existencia y nuestro destino. Fatal sería pensar que se trata de una alternativa más entre otras, para alcanzar la meta, de ella no podemos prescindir. Somos depositarios de una palabra de salvación para un mundo que naufraga entre sueños y utopías.No debemos callar, si hemos sido alcanzados por esta Buena Noticia, estamos llamados a comunicarla con nuestras palabras y obras.
El Mesías tiene la potestad de conceder la libertad a todos los que están esclavizados de diversas maneras, los que viven bajo el imperio del pecado y sus consecuencias. El Señor trae la libertad verdadera. Vino a comunicarnos la dignidad de hijos libres, que luchan por dominar sus pasiones desordenadas, viviendo la enseñanzas del Señor.
El hombre bajo el imperio del pecado, gobernado por las ambiciones desmedidas, los egoísmos, la soberbia o la lujuria se enceguece y pierde su dominio. No vemos claramente y confundimos el bien y el mal, llamamos mal al bien y bien al mal, padeciendo trágicamente sus consecuencias. Jesús quiere liberarte de la ceguera, esa que embota tu corazón y que muchas veces rechaza su mano tendida amigablemente.
Qué es el año de gracia al que se alude? Tenían los judíos una serie de momentos en el tiempo, llamados años de gracia, en los que se perdonaban no solamente la ofensas sino que se restituían incluso los bienes perdidos por las familias.
Dios con Jesús, inaugura este tiempo de perdón, un año de gracia que durará hasta su retorno, gracia generosa que desciende del cielo, devolviéndonos la dignidad de hijos perdida. Esta acción de Cristo se realiza hoy entre nosotros.
Jesús tiene una Buena Noticia para ti, que si la aceptas por la fe, obrará la liberación que seguramente estás buscando de tantos males que te esclavizan.
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