En cierta ocasión vi a Satanás que tenía prisa y estaba buscando a alguien entre las hermanas, pero no la encontraba.Sentí en el alma la inspiración de ordenarle en el nombre de Dios que me dijera a quién buscaba entre las hermanas. Y me confesó, aunque de mala gana: Busco las almas perezosas.
Cuando volví a ordenarle en el nombre de Dios que me dijera a qué almas del convento tenía más fácil acceso, me confesó otra vez de mala gana que: A las almas perezosas y ociosas. Noté que actualmente no hay tales almas en el convento. Que se alegren las almas fatigadas y abrumadas por el trabajo.
FUENTE: DIARIO DE SANTA FAUSTINA (N. 1127)
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