martes, 27 de abril de 2010

HORACIO BOJORGE SI: PREPARACIÓN PARA LA CONFESIÓN

La Confesión, es:

Confesión de gratitud y alabanza

Confesión de pecados

Confesión de heridas, esclavitudes y luchas. No sólo pido al Señor perdón por mis pecados, también le pido fuerza para luchar, curación para mis heridas, liberación de mis esclavitudes, fortaleza en mis pruebas y fuerza contra las tentaciones.

Examen general de conciencia, para limpiarse y para confesarse mejor.

Presupongo que hay tres pensamientos en mí, es a saber, uno propio mío, que es el que sale de mi pura libertad y querer; y otros dos, que se me ocurren sin que yo lo pretenda y que vienen de afuera [de mi libertad y querer]: uno que viene del buen espíritu, y el otro del malo.

Del pensamiento. Hay dos maneras de merecer en el mal pensamiento que viene de fuera [de mi libertad y querer]: por ejemplo: me viene [=se me ocurre] un pensamiento de cometer un pecado mortal, al cual pensamiento resisto inmediatamente y queda vencido.

La segunda manera de merecer es, cuando me viene aquel mismo mal pensamiento, y yo lo resisto, y me vuelve a venir una y otra vez, y yo siempre resisto, hasta que el pensamiento va vencido; y esta segunda manera es de mayor merecimiento que la primera.

Venialmente se peca, cuando el mismo pensamiento de pecar mortalmente viene, y el hombre le da oído, demorándose algo en él o recibiendo algún deleite sensual, o donde haya alguna negligencia en rechazar al tal pensamiento.

Hay dos maneras de pecar mortalmente: la primera es, cuando el hombre da consentimiento al mal pensamiento, para obrar luego, así como ha consentido, o para ponerlo por obra si pudiese.

La segunda manera de pecar mortalmente es, cuando se pone en acto aquel pecado; y es mayor por tres razones: la primera, por mayor tiempo; la segunda, por mayor intención; la tercera, por mayor daño de las dos personas.

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