
Cuaresma y Pascua
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4° Domingo de Cuaresma - Juan 8,1-41
5° Domingo de Cuaresma - Juan 11, 1-45
Domingo de Pascua - Juan 20,1-9
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Describió de este modo, el objetivo del sexto curso “Exorcismo y Oración de Liberación”, iniciado en Roma el pasado lunes, Giuseppe Ferrari, secretario del Grupo de Investigación e Información Socio-Religiosa (GRIS), que ha organizado junto al Instituto Sacerdos del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, la iniciativa, apoyada por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y por la Congregación para el Clero.
En la lección introductoria, Ferrari advirtió que la resolución de problemas relacionados con el satanismo o la magia “puede ser aplazada u obstaculizada por la poca preparación de aquellos presbíteros que no se sienten capaces o no tienen los instrumentos necesarios para acercarse de un modo adecuado a las exigencias de las personas mencionadas”.
Para esto, es “evidente que solo la formación en profundidad de un número adecuado de sacerdotes permite afrontar con mayor eficacia y distribuidas mejor entre los distintos sacerdotes, las diversas peticiones de intervención, dirigiéndolas hacia los exorcistas, oficialmente encargados, sólo los casos que verdaderamente necesitan su intervención”.
Cuatro elementos
El experto quiso centrarse sobre todo en cuatro aspectos que pueden tener relevancia con respecto a los temas del exorcismo y del satanismo: la legalidad del exorcismo, negatividad y contradicción del ambiente satánico; eficacia de la acción a distancia de maleficios u otras acciones mágicas, comparación entre la figura del exorcista y la del mago o trabajador de lo oculto.
En cuanto al primer punto, destacó que los devotos del satanismo podrían “decir no sentir respetada la propia dignidad de persona por el ejercicio de prácticas que tienden a aplastar la entidad o la energía, como la quieran definir, a la que pretenden dirigir su culto”.
Exactamente por esto, explicó, “hay que evidenciar que el rito del exorcismo respeta plenamente la libertad y la dignidad humana”: “no impone nada a nadie y que no tiene ningún efecto si no hay adhesión de la voluntad de la persona para liberarse de lo que considera malo, es decir de la influencia o acción, sea verdadera o presunta”.
El satanismo, prosiguió Ferrari, “crea un problema social, ético y cultural de gran importancia, pues consigue aprobar una inversión completa de los valores”.
Entre las demostraciones de contradicción, “no se ve como pueda tener una justificación lógica y racional el comportamiento de una persona que incluso no creyendo ni en el demonio, ni en Dios, ni en la Iglesia, ni en el Sacrificio Eucarístico, se compromete de un modo tan fanático en las llamadas 'misas negras'”.
Acerca de los maleficios o acciones mágicas, el experto observó que las actitudes irracionales y supersticiosas “no son de quien cree en un modo racional en la existencia del más allá y en su acción en el mundo material, sino de quien está convencido de poder usar al más allá a su voluntad, y de quien llega a pensar que tiene el poder de sobrepasar las leyes naturales y someterlas a su voluntad, evidenciando implícitamente, y de este modo, una especie de delirio de omnipotencia”.
Ferrari subrayó finalmente “la profunda y sustancial diferencia existente entre el ocultista o mago y el exorcista” indicando que la clave está en “una simple pero significativa pregunta: '¿Quién os manda?'”.
“El exorcista no es sólo el que recibe un mandato explícito del obispo, sino que es, también y sobre todo, un sacerdote, es decir el que tiene el inmenso poder de consagrar el pan y el vino convirtiéndolo en Cuerpo y Sangre de Cristo”. “El mandato del presbítero es un mandato que viene directamente de Cristo a través de la Iglesia”.
Jóvenes y satanismo
El periodista y escritor Carlo Climati se centró en “el satanismo juvenil”, recordando que “el interés de los jóvenes por el mundo del satanismo ha llenado, en estos últimos años, las páginas de los periódicos”.
En este contexto, exhortó a hacerle frente a un tema tan delicado “con espíritu constructivo, sin difundir alarmismos, tratando de examinar la realidad de un fenómeno que obviamente no afecta a la mayoría de los jóvenes, pero que al mismo tiempo no debe ser ignorada”.
El satanismo, destacó, “busca derrocar y destruir los valores universales que están inscritos en el corazón de todo ser humano” y “crear confusión entre los jóvenes para construir una especie de sociedad al contrario en la que el bien se convierte en mal y el mal en bien”.
“Esta idea se representa perfectamente a través de un símbolo típico de los satanistas: la cruz invertida, que significa la inversión de los valores del Cristianismo”, observó.
El satanismo tiende, además, “a difundir entre los jóvenes un sentido de pesimismo, de rendición, de oscuridad, de desesperación”, representando “la muerte de la esperanza” y empujándoles a creer “que la vida es un especie de jungla en la que vencen sólo los más fuertes”.
Por esta razón, es necesario “ayudar a los sacerdotes, maestros, padres, educadores a hacer una obra de prevención entre los jóvenes, para que las nuevas generaciones no sean víctimas de determinadas tendencias peligrosas”.
San Agustín, In Ioannem tract., 15
Lo cual es verdadero, ya se trate del agua material o ya de aquella que ésta representa; porque el agua está en el pozo, y las pasiones del mundo en una profundidad oscura, de donde las sacan los hombres con la vasija de sus pasiones. Porque el que no realiza los deseos, no puede llegar a los placeres. Y cuando alguno llega hasta los placeres de esta vida, ¿no tiene sed de nuevo? Luego el que bebe de esta agua tendrá sed otra vez. Mas si recibe agua de mí, no tendrá sed eternamente. ¿Y cómo tendrán sed otra vez los que estén embriagados por la abundancia de la casa de Dios? ( Sal 35). Prometía, por lo tanto, cierto alimento y la saciedad del Espíritu Santo.
Crisóstomo, ut supra
Véase cómo aquella mujer era conducida poco a poco a la altura de los grandes misterios. Porque primeramente creyó que el Salvador era algún malvado de los judíos. Después, oyendo decir "agua viva", creyó que se trataba del agua material. Después, diciendo que se trataba de cosas espirituales, creyó, en verdad, que podía haber una agua capaz de apagar para siempre la sed. Aunque todavía no sabía qué agua sería ésta, la pedía creyendo que sería mejor que todas las aguas materiales. Por esto añade: "La mujer le dijo: Señor, dame esa agua para que no tenga sed ni venga aquí a sacarla". En este concepto le cree superior al patriarca Jacob, de quien tenía formada una opinión tan alta.
San Agustín, ut supra
O de otra manera: aún se fijaba en lo material aquella mujer. Se complacía en no tener sed y creía que era esto lo que el Señor le había ofrecido, pero en sentido material. Dios había concedido en una ocasión a su siervo Elías que no tuviese ni hambre ni sed en el espacio de cuarenta días. Y el que puede hacer esto por cuarenta días, ¿no podría darlo para siempre? ( 1Re 19). Complacida, pues, con tal obsequio, le ruega que le dé agua viva. Por esto sigue: "La mujer le dijo: Señor, dame esa agua para que no tenga sed ni venga aquí a sacarla". La pedía por evitarse el trabajo, porque, como persona débil, rehusaba el trabajar. Ojalá que hubiese oído: "Venid a mí todos los que trabajáis y estáis cargados, y yo os aliviaré" ( Mt 11,28). Y esto lo decía Jesús para que ya no trabajase; pero ella aún no lo entendía. Finalmente, quiso el Señor que le entendiese. Por esto sigue: "Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido y ven acá". ¿Qué es esto? ¿Acaso quería darle aquella agua por medio de su trabajo? Pero ella aún no lo entendía; quería enseñarla por medio de su marido, así como dice el Apóstol, refiriéndose a las mujeres: "que si alguna quiere aprender pregunte a su marido en su casa" ( 1Cor11,35). Pero lo que allí se dice era para cuando no estuviese Jesús que enseñe. Mas como el mismo Señor era el que estaba presente, ¿qué necesidad había de hablarle por medio de su marido? ¿Acaso habló por medio de su marido a María Magdalena, que estuvo sentada junto a los pies del Salvador?
Islamabad (Pakistán), 2 Mar. 11 (AICA) | ||
El ministro paquistaní para las Minorías, Shahbaz Bhatti, un confeso católico que defendió a la cristiana Asia Bibi –condenada a muerte- y que reclamaba la revisión de la ley antiblasfemia, fue asesinado hoy por un grupo de hombres armados en Islamabad, capital de Pakistán. Según la agencia internacional Zenit, unos hombres enmascarados detuvieron su vehículo, en una calle de Islamabad, obligaron a Shahbaz Bhatti a bajar del mismo y dispararon sobre él durante dos minutos. Bhatti no llevaba escolta. El político, de 42 años, que acababa de ser confirmado en su cargo, había sido amenazado de muerte en varias ocasiones, por haber defendido a Asia Bibi, la mujer cristiana acusada de blasfemia, y por haber pedido una revisión de las leyes antiblasfemia vigentes en el país. El propio Bhatti, en varias intervenciones públicas, había hablado del peligro que corría y de las amenazas de que estaba siendo objeto, especialmente después del asesinato del gobernador del Punjab, Salman Taseer, por oponerse a la ley antiblasfemia. "Sé que podría ser asesinado si continúo mi batalla, pero no tengo miedo”, había dicho públicamente. En declaraciones a Radio Vaticano del 5 de enero, tras la muerte de Taseer, Shahbaz Bhatti aseguró que no tenía miedo a las amenazas. “Creo que el descubrimiento de la violencia no puede crear miedo y no puede detenernos de levantar la voz en favor de la justicia y de la protección de las minorías y de las personas inocentes de Paquistán.”, afirmaba. Expresiones de pesar y dolor por el crimen La Santa Sede expresó hoy su preocupación por la noticia del asesinato del ministro de las Minorías. El portavoz de la Santa Sede, padre Federico Lombardi, en declaraciones a la prensa, afirmó que “el asesinato del ministro paquistaní para las minorías” constituye “un nuevo acto de violencia de terrible gravedad”. “Esto demuestra qué oportunas son las intervenciones del Papa a propósito de la violencia contra los cristianos y contra la libertad religiosa en general”. “Bhatti – prosiguió el portavoz vaticano – era el primer católico en desempeñar un cargo semejante. Recordemos que había sido recibido por el Santo Padre el pasado mes de septiembre y había dado testimonio de su compromiso por la convivencia pacífica entre las comunidades religiosas de su país”. “A la oración por la víctima, a la condena por el incalificable acto de violencia, a la cercanía a los cristianos paquistaníes tan afectados por el odio, se une el llamamiento para que todos se den cuenta de la urgencia dramática de la defensa de la libertad religiosa y de los cristianos objeto de violencia y persecución”, concluyó. Otras reacciones El presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, y el primer ministro Syed Yusuf Raza Gilani condenaron el asesinato, mientras que el ministro de exteriores italiano Franco Frattini expresó personalmente y en nombre del Gobierno italiano “la más firme condena por el bárbaro atentado” que ha costado la vida a Bhatti, una persona que “se había distinguido por su visión y por su compromiso por construir una sociedad basada en el diálogo y la tolerancia hacia todas las minorías y las diversas religiones”. Para monseñor Joseph Coutts, obispo de Faisalabad y vicepresidente de la Conferencia Episcopal paquistaní, hoy “es una jornada verdaderamente negra para los cristianos en Paquistán”, una “noticia terrible que nos pone a todos en una situación de gravísima emergencia”. “Los cristianos no sólo están tristes, sino también enfurecidos, tendremos que hacer algo para organizarnos por nosotros mismos”, agregó, en declaraciones a la agencia italiana SIR. “Este homicidio demuestra que ni siquiera un ministro está a salvo”. En declaraciones a la agencia Asianews, monseñor Anthony, obispo de Islamabad-Rawalpindi, que conocía a Shahbaz Bhatti desde la infancia, recordó las recientes palabras del ministro cuando confirmó su cargo, de que habría combatido “hasta la última gota de su sangre”. “El se lo jugó todo, mantuvo una postura firme y ha pagado el precio con su sangre”, afirmó el prelado. “Lo que ha sucedido debería abrir los ojos a las minorías y al Gobierno. ¿Cuánta sangre tendrá que derramarse aún para entender que se ha colmado la medida?”.+ |