martes, 9 de febrero de 2010

LA POTENCIA Y EL ACTO

El cambio, necesidad de la noción de potencia

Pero dirá alguno: ¿no constituirá esto un puro juego de palabras, sin verdadero significado? De ningún modo, y para comprenderlo bastará dejar por un instante la abstracción metafísica y dar una ojeada al mundo.


El cual aparece, ante todo, como una mezcla de movimiento de elementos. Todo cambia en la naturaleza: unas estaciones suceden a otras, y los seres vivientes se nos ofrecen constantemente apareciendo, creciendo y muriendo. Ahora bien, ¿qué es el cambio? Si intentamos, no representárnoslo de una manera sensible, sino analizarlo con la inteligencia, se nos ofrece (caso curioso) como una mezcla de ser y de no ser. Una cosa que cambia, por ejemplo la nieve que se licua, es, a un tiempo, nieve y no nieve, agua y no agua ¿No habrá aquí una violación del principio de no-contradicción? Según este principio,¿no debe una cosa ser lo que es, sin poder, al mismo tiempo, dejar de serlo?¿ Además, para que el agua provenga de la nieve, no es preciso que la nieve fuera ya agua? De lo contrario, nosotros tendríamos tal ser, el agua, que dimanarías de un absoluto no-agua, si es lícito expresarse en estos términos ¿Pero no es esto hacer dimanar el ser del no ser, e identificar lo que es con lo que no es? Para ser agua no era necesario sino que la nieve continuase siendo lo que ya era.

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