martes, 28 de julio de 2015

DIÁCONO JORGE NOVOA: EL PODER DEL AMOR O AMAR EL PODER?

Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder.
No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor,y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo;de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.» (Mt 20,25-28)

Es importante conocer el contexto de esta enseñanza de Jesús. La madre de los hijos del Zebedeo, ha pedido al Señor, un puesto de honor para sus hijos, se expresa  esto con la idea de sentarse a la "derecha  e izquierda" en su Reino. Los discípulos al enterarse de esta súplica inadecuada, se molestan y reaccionan equivocadamente. Jesús entonces realiza esta enseñanza, para que no sea así entre los suyos. Su comunidad no se maneja con las reglas del "mundo".

El centro de atención de su enseñanza, gira en torno a dos extremos, por un lado aparecen los "jefes de la naciones", o los "grandes", que  dominan" como señores absolutos" y "oprimen con su poder". Y, frente a estos y sus comportamientos, están "los suyos", que deberán vivir en el servicio humilde y sencillo a los demás.

 Jesús con esta enseñanza, permite comprender lo que supone ser "grande"o "el primero", y como esto, se contrapone con lo que viven aquellos que se sirven del poder para volverse "señores absolutos".Estas enseñanzas establecen las relaciones que deben vivirse entre los discípulos del Señor.

La comunidad de Jesús, siempre sufrirá la tentación de estructurar sus relaciones de convivencia como los hacen los "jefes de las naciones" o los"grandes". Influencias, estrategias puramente humanas, ambiciones, reconocimientos, vanidades, la gloria del mundo y tantas otras mezquindades del corazón humano golpearan a la puerta de la comunidad de Jesús, que propone el servicio humilde ,a ejemplo suyo,para ser "el primero" en la comunidad.

Se trata de una batalla permanente, entre " poder servir" y "servirse del poder", que exige una conversión constante del corazón. Reza el Salmo: " crea en mi un corazón puro,  renuévame con espíritu firme "... Será una labor permanente el revisar las intenciones del corazón, y contar con buenos hermanos, que por gozar de distintos privilegios, baten las palmas para aplaudir lo que habría, con caridad , que corregir.

En todos los estamentos eclesiales, habrán comportamientos como los de la madre del Zebedeo, que deben ser corregidos, si queremos ser la comunidad de Jesús y no un "partido el mundo".

Jesús es el modelo, su vida es la clave que abrirá las puertas para ser una comunidad que sirve. Estas enseñanzas del Señor, no tratan de invalidar el ejercicio de la autoridad, legítimamente establecida por Él en su comunidad, sino de entregar el modo en que ella se ejerce. La Iglesia no es una democracia, y debe cuidarse de no ser una anarquía, y sus miembros a veces encandilados, por estas formas de organización, inconscientemente las instrumentan para la comunidad de Jesús.

La comunidad del Señor está al servicio de la salvación de los hombres, pero sabe, que la puerta es "estrecha y el camino angosto", y debe servir a esta verdad, tanto como amar a los hombres por los que se entregó su Señor.

El amor al Señor es el fundamento de todo servicio eclesial. Ser servidores humildes en la viña del Señor, hijos de la humilde esclava, que con paciencia oran y adoran, como la Esposa que lo aguarda, como la esposa que lo sirve, buscando en todo, como diría un gran santo, amar y servir.

No hay comentarios: