El joven es alguien que
tiene a flor de piel el futuro, se
proyecta en sus conversaciones y pensamientos permanentemente hacia el.
El futuro, incluso podríamos decir que está presente en su propia imagen, es
una promesa que se torna visible y palpable.
Jesús tiene muchas cosas
para decirte en lo referente a tu futuro. Él tiene una palabra para las
decisiones más importantes de tu vida.
Decía Madre Teresa a los jóvenes: “Debemos recordar que hemos sido creados para
cosas más grandes, no sólo ser un número en este mundo, no sólo para ir
obteniendo diplomas y grados, este trabajo y este otro trabajo. Fuimos creados
con un fin: amar y ser amados”.
Te has preguntado esto?
Señor, que piensas de esta decisión que voy a tomar, en orden a la carrera que
quiero seguir? Cuáles son mis motivaciones para tomar por este camino?
El Señor tiene una palabra
sobre las decisiones que atañen a tu futuro, pero que inciden en tu presente, y
quiere compartir contigo lo que piensas de tu noviazgo. Por qué lo has elegido
a él o a ella? Qué cosas pueden cimentar la relación sólidamente?
“Encuentra a Jesús y
encontrarás la paz. Y cómo encontrar a Jesús? Él nos lo ha puesto muy fácil: “
Ámense unos a otros como yo los he amado” (Jn 13,34; 15,12)...qué hermoso es
pensar que todo lo que hagamos por los demás, se lo hacemos a Él: para
facilitarnos el amor entre nosotros, para hacerlo más sencillo, Él ha dicho:
“lo que hagas al más pequeño...” (Madre Teresa)
Jesús
tiene una palabra para ti. No lo dejes al margen de tus decisiones. Si
construimos nuestro futuro sin Él, se tornan demasiado frágiles nuestros
propósitos. Dice la Escritura: “en vano edifican los constructores si el Señor
no edifica con ellos”. Dios es un Dios de vivos, no de muertos. Él tiene una
palabra para ti.
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