martes, 31 de agosto de 2010

MONSEÑOR PABLO GALIMBERTI: UNA O MUCHAS VIDAS?


Hace pocos días escuché a una señora decir que una compañera de trabajo estaba muy interesada con la idea de la reencarnación.

Según esta creencia del hinduísmo, después de la muerte el alma de cada uno va a habitar otro cuerpo humano o un ser inferior (animal o vegetal) de acuerdo a la ley llamada “karma”. También el budismo profesa algo semejante, pero sin otorgarle identidad personal. Esta creencia, muy extendida en las religiones orientales, también es sostenida por la religión afro-brasileña y espiritista Umbanda. Entre las finalidades de la reencarnación, según los umbandistas, estaría la enmienda del pasado y el progreso y realización de misiones importantes.


En muchas ciudades de Occidente han desembarcado cientos de gurúes que difunden e inician en estas creencias; otras veces también son conocidas a través de la práctica del yoga, no en cuanto posturas corporales sino en cuanto ideas que en el curso de tales sesiones, a veces, se proponen.


La idea de escribir esta columna se me avivó cuando leí que la actriz Julia Roberts se había convertido al hinduismo tras haber participado en la película “Comer, rezar, amar”, rodada en parte en India. “Soy hinduista practicante” dijo, añadiendo que la película fue ocasión para ahondar su interés por la meditación yoga y la práctica religiosa en los ashram o espacios donde se imparte la enseñanza del hinduismo.


Soy respetuoso de las personas con otras creencias. Y veo este hecho como un claro signo de que todos los seres humanos estamos “abiertos” a la dimensión religiosa, aunque muchos lo olviden, repriman o lo vivan alternando con otros intereses y proyectos.


La reencarnación no es compatible con la fe cristiana, de acuerdo con las enseñanzas de Cristo, según el cual al final de nuestro único recorrido vital, habrá un juicio y una eternidad, conforme a nuestras obras, puestas en la balanza por un Dios justo y misericordioso. Este final le imprime a nuestra vida un carácter único.


Estas ideas de algunas religiones, también pueden analizarse desde la filosofía. Julián Marías dice que el aspecto irrepetible de la vida humana podría expresarse así: “los días contados” y que esto nos obliga a tener que acertar. Es que si la vida fuera interminable no sería importante errar, porque el tiempo perdido sería indiferente; siempre quedaría otro capítulo para rectificar o volver a empezar.


Pero no sólo se trata de tener “los días contados”; también los tenemos, de algún modo, ordenados. Los días de la vida, dice Marías, más que al dinero se parecen a los cupones en las épocas de racionamiento. Si la riqueza es ilimitada (pensemos en la suposición bastante común que reinaba hasta hace algún tiempo de que las fuentes energéticas y los recursos naturales, como por ejemplo el agua, eran inagotables), no importa errar en lo que se compra con ella; si no sirve o no gusta, se descarta y se compra otra cosa. Pero si los recursos son limitados, esto no es posible. Cuando hay cupones de racionamiento, concluye Marías con su ejemplo, no basta el dinero: hacen falta los cupones asignados a cada posible gasto, y si los he consumido ya no hay posibilidad de rectificación.


Cada porción de la vida gravita sobre todas las demás, de tal modo que cuando nos jugamos un fragmento de la vida, en cierta medida nos estamos jugando la vida entera. La vida es pues irrevocable. Aunque resulta curioso, comprueba Marías (antes de conocer los play station) y seguramente coincidirán muchos lectores de esta columna, nuestra época tiene una tremenda resistencia a aceptar la irrevocabilidad de la vida. El hombre actual no quiere que nada sea irrevocable (los años, envejecimiento, matrimonio, los votos religiosos…). “Lo malo es que esa resistencia es bastante inútil, porque nos guste o no, es así, y cuando se intenta contrariar esta condición, en primer lugar se desvaloriza aquello que se pretende hacer revocable.”


Termino citando a la Madre Teresa que por haber vivido largos años en Calcuta, responde a esa concepción de la vida como sucesivas reencarnaciones. “Voy a pasar por la vida una sola vez, cualquier cosa buena que yo pueda hacer, debo hacerla ahora, porque no pasaré de nuevo por aquí.”


Columna publicada el domingo 20 de agosto de 2010 en el diario “Cambio”

DR. BENIGNO BLANCO: LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO

La humanidad no ha conocido las ideologías hasta final del siglo XIX. A lo largo de toda la historia han existido ideas, planteamientos filosóficos, construcciones intelectuales, pero no ideologías.

Una ideología, como fenómeno moderno, es un sistema omnicomprensivo y cerrado, que da una visión completa del hombre, de la sociedad, de la historia y de todos los sucesos de la vida ordinaria, sobre la base de unos principios muy sencillos. Además, una vez aceptados esos principios, es coherente en sí misma.

Si uno admite los presupuestos de esa ideología, toda su construcción es lógica y coherente. Hay que colocarse fuera para ver sus inconsistencias. Si uno comparte los prejuicios de Hitler sobre la moral, la historia y el papel de los arios y judíos, es coherente matar a millones de judíos, personas inocentes. Si uno comparte la visión de la lucha de clases de Marx, se entienden los 50 millones de muertos del régimen soviético.

En este comienzo del siglo XXI, nos encontramos, sin darnos cuenta de toda su trascendencia, ante uno de los fenómenos más influyentes en toda nuestra cultura, con clara repercusión negativa en la familia y en toda nuestra sociedad. Se trata de la “ideología de género”.

Confrontación ideológica

La ideología de género.

Hoy día, sigue habiendo a escala interplanetaria una confrontación ideológica tan global y omnipresente, como la que existió entre marxismo y libertad en el siglo XX. La actual, es la confrontación entre una concepción de la persona y la sociedad inspirados, aunque sea vagamente, en el humanismo occidental por una parte, y la ideología de género, por otra.

Se trata de dos sistemas cerrados y omnicomprensivos, alternativos y no comunicables. Normalmente, no percibimos esta lucha ideológica como tal, porque muchos de los que viven en la tradición de la cultura occidental no son conscientes de ello; y porque por el otro bando, muchos de los defensores de la ideología de género ocultan que sus planteamientos sean ideológicos, y nos los presentan como iniciativas aisladas defensoras de derechos: el derecho de la mujer a abortar, el derecho de los homosexuales a casarse, el derecho de los transexuales a ser felices e inscribirse en el Registro Civil... Nos presentan como cosas aisladas, lo que –de hecho– es la agenda política de una ideología fuertemente estructurada.

Movimiento feminista de “los 60”

La ideología de género surgió en el seno del movimiento feminista norteamericano a finales de los años 60 del siglo pasado, cuando un grupo de mujeres partidarias empezaron a criticar al feminismo anterior, afirmando que se había equivocado de objetivo, al tener como meta la igualación entre el hombre y la mujer.

Para estas nuevas feministas, que se autodenominaron como de género, el objetivo de la liberación de la mujer no se consigue igualando en derechos a la mujer con el hombre, sino haciendo desaparecer la distinción entre hombre y mujer.

Afirman estas ideólogas que no hay nada natural en la distinción entre hombre y mujer. En su opinión los roles psicológicos, sociales y sexuales asociados a la condición masculina y femenina, son una pura construcción cultural, hecha por el hombre, para “esclavizar” a la mujer

como hembra al servicio de la “función reproductiva”, en beneficio del varón, a través de esa “institución opresora” que es el matrimonio.

Por tanto, si no hay ninguna distinción que sea natural y no cultural entre hombre y mujer, lo que hay que hacer para liberar a la mujer es erradicar, “deconstruir” –suelen utilizar este término, tomado de la filosofía estructuralista - todas las categorías culturales, religiosas, jurídicas y lingüísticas que durante siglos se han puesto en marcha para reforzar –según esta ideología- la distinción antinatural entre hombre y mujer.

Prefieren el término “género” al de “sexo”, porque sexos sólo hay dos. “Género” es un término tomado de la lingüística, y nos lleva al terreno de lo cultural. Para ellas, el “genero” es una construcción personal que cada uno hace libremente; a esa construcción es a lo que llaman “orientación afectivo-sexual”.

Para esta ideología, cada uno se construye su orientación afectivo-sexual de forma autónoma, sin ningún condicionamiento natural, dado que no hay nada natural, para ellos, en materia de sexo y por tanto, construya como construya cada uno su identidad, su orientación afectivo–sexual, todo es igualmente valioso: ser heterosexual, transexual, bisexual, homosexual, es fruto de la autonomía personal de cada uno y, por tanto, igual de valioso. No se puede decir que una de estas orientaciones sea mejor que otra.

Maternidad y matrimonio

¿Qué es, para los ideólogos de la filosofía de género, lo único malo que hay en materia de sexualidad? Aquello, dicen, que fija a la mujer como mujer; es decir, la maternidad, que es lo que hace que la mujer quede consagrada físicamente como mujer, y aquella institución inventada por el varón para esclavizar a la mujer a la maternidad: el matrimonio. Por eso, todos los planteamientos de la ideología de género están imbuidos de verdadera fobia a la maternidad y al matrimonio.

¿Por qué se regula en la nueva ley de identidad de género el derecho de los transexuales a inscribirse en el Registro Civil con el sexo que deseen, al margen de cuál sea su configuración cromosómica y morfológica? Porque la identidad sexual yo la creo a voluntad, no depende de que me opere o no, me corte o me ponga cosas; si yo decido, sea cual sea mi cuerpo, que soy mujer, me inscribo como mujer; y, si yo decido que soy hombre, tengo el derecho a inscribirme como hombre. Es la última idea de la ideología de género: uno elige libremente su sexo, su género y, además, tiene el derecho a que los demás se lo reconozcan así, por la inscripción en el Registro Civil.

Judith Buttler, una de las ideólogas de género que más se lee en la sociedad norteamericana, suele afirmar que la verdadera liberación no está sólo en la construcción autónoma de la propia orientación afectivo-sexual, sino en que los demás te la reconozcan. Yo sólo soy libre cuando decido si soy hombre, mujer, transexual, al margen de mi cuerpo, y, además, para ser libre necesito que los demás me reconozcáis esta elección que he hecho; que seáis obligados a tratarme como yo me veo.

De ahí este intento de acabar con cualquier juicio que distinga moral, jurídica o sociológicamente entre mujeres y hombres; porque hace falta para que la propia liberación se consume, que los demás te tengan que reconocer cómo tú has decidido que eres.

Quizá la definición más precisa que he encontrado, de lo que supone la ideología de género, es una frase que leí en una obra de Ratzinger, cuado era Cardenal todavía: “la ideología de género es la última rebelión de la criatura contra su condición de criatura”. Y se explicaba: el hombre moderno, con el ateísmo, ha pretendido negar la existencia de una instancia exterior que le diga algo sobre la verdad de sí mismo, sobre lo que es bueno y lo que es malo para él; el hombre moderno, con el materialismo, ha intentado negar las exigencias para sí mismo y su libertad, derivadas de admitir su condición de ser también espiritual; y ahora, con la ideología de género, el hombre moderno pretende liberarse ya hasta de las exigencias de su propio cuerpo. El hombre moderno, con la ideología de género, es un ser autónomo que se construye así mismo, es pura voluntad que se autocrea, ya es dios para sí mismo.

Omnipresencia

Pues bien, la ideología de género, en estos momentos, es una ideología omnipresente en todas las agencias de Naciones Unidas, a partir de comienzos de los años 90. Las Agencias de Población de ONU, en concreto, el Fondo para Población, UNICEF, UNESCO, la OMS, han ido cada vez más, en todos sus documentos, elaborando y promulgando para todo el mundo las categorías propias de la ideología de género.

La primera vez que oí hablar de esta ideología, en unos términos que me parecieron tan raros en aquel momento, fue con motivo de la Cumbre de El Cairo, en 1994, sobre Población, y la siguiente, en el año 95, en Pekín, sobre la Mujer, organizadas por Naciones Unidas.

Las conclusiones de ambas cumbres motivaron una reacción a escala planetaria del Papa Juan Pablo II, precisamente para intentar evitar que las declaraciones oficiales de esas Cumbres convirtiesen en doctrina de ONU la filosofía y terminología propias de la ideología de género.

Lo consiguió sólo en parte, y desde entonces se ha seguido avanzando imponiendo esos criterios. Es ya una realidad que desde Naciones Unidas la ideología de género ha pasado a la Unión Europea, y de ahí a las legislaciones de los países que la componen, como es el caso del nuestro en estos momentos.

Hoy día, la ideología de género y la lucha contra la vida van absolutamente unidas. Esta ideología es manejada por las agencias de población de Naciones Unidas como un instrumento de control de natalidad. Como dijo una responsable de políticas de población de NNUU: hoy no queremos controlar la población dentro de los roles de género tradicionales, sino cambiar esos roles de género para controlar la población.

Ahogar el mal en abundancia de bien

Sabiendo las consecuencias negativas para la familia y para toda la sociedad que tiene esta ideología, es urgente iniciar una batalla cultural que contrarreste su expansión. En primer lugar, con nuestra palabra, hablando de tantas cosas valiosas que llenan nuestras vidas y nuestros hogares, sin miedo a exhibirlas ante nuestros conciudadanos, en esta época nuestra que no necesita tanto maestros como testigos, gente que enseñe con su vida cómo merece la pena vivir.

Por otra parte, para convencer con argumentos sociales sólidos hay que formarse, leyendo y escuchando a quienes pueden ayudarnos a tener los criterios claros.

Esto es muy importante en temas que tienen una incidencia tan directa en la felicidad personal, como el matrimonio, la familia y los hijos. Si la gente nos ve a nosotros felices, si la gente nos ve exhibir con normalidad nuestra condición de casados, de padres, de hijos; si la gente nos ve enamorados de la vida, si ve que somos capaces de procrear y no temer a la vida, iremos incidiendo en clave positiva en los demás.

Otra forma de influir positivamente es asociarnos. Uno solo, en una sociedad pluralista como la nuestra, puede un poquito; todos juntos podemos hacer más, y muchos juntos y asociados pueden hacer muchísimo más.

Tenemos todos, sin hacer cosas extrañas, un gran poder. Si toda la gente que vive enamorada de las cosas buenas asumiese esta faceta de responsabilidad social, de defender las cosas buenas, creo que, de verdad, tendríamos la capacidad de cambiar el mundo de manera radical.

miércoles, 25 de agosto de 2010

EL RP FABIÁN BARRERA EN MONTEVIDEO


El Padre Fabían Barrera, amigo de nuestra comunidad, nos visitará en septiembre para compartir con nosotros en camino del seguimiento del Señor y los desafíos anta la Misión en nuestra arquidiócesis.


Viernes 10 de septiembre 18.30 hs. CAPILLA MARÍA REINA DE LA PAZ
Santo Rosario.
Santa Misa. 19.30 hs
Oración por los enfermos. (Imposición de manos).

Sábado 11 de septiembre 15 hs. PARROQUIA PUNTA CARRETAS
Retiro 15 hs
Santa Misa 19.30 hs
Al concluir la misa se hará oración con imposición de manos.

Domingo 12 de septiembre 15 hs. CAPILLA MARÍA REINA DE LA PAZ
Retiro 15 hs
Santa Misa 19.30 hs
Al concluir la misa se hará oración con imposición de manos.

*Confesiones. RP Horacio Bojorge SI
Todos los encuentros son abiertos y gratuitos.

sábado, 21 de agosto de 2010

EL PAPA OTORGÓ ROSA DE ORO AL SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL VALLE

Además de designar al cardenal Francisco Javier Errázuriz como enviado personal para jerarquizar los actos centrales por el centenario diocesano, el papa Benedicto XVI envió la Rosa de Oro para el santuario de Nuestra Señora del Valle, que será entregada el próximo sábado 21 de agosto a las 20.30, durante la celebración de cierre.

La Rosa de Oro es una condecoración otorgada por el Papa a personalidades católicas preeminentes, usualmente reinas. También la recibieron algunas advocaciones de la Virgen María.

Fue creada por León IX en 1049. Como su nombre indica, consiste en un rosal de oro con flores, botones y hojas, colocado en un vaso de plata renacentista en un estuche de oropel con el escudo papal. El Papa la bendice el cuarto domingo de Cuaresma, la unge con el Santo Crisma y se la inciensa, de modo que es un sacramental.

Historia
El obispado de Catamarca emitió un comunicado de prensa en el que difunde información sobre esta singular institución de la rosa de oro, que se remonta al año 1049. Se dice que queriendo el Papa León IX poner bajo el dominio directo de la Santa Sede el célebre monasterio de la Santa Cruz de Alsacia que había sido fundado por sus abuelos y sobre el cual tenía derechos de patronato, el monasterio se obligó por un tratado a enviar todos los años al mencionado Papa y a sus sucesores el cuarto domingo de Cuaresma una rosa de oro o dos onzas del mismo metal. Así se verificó y con este motivo se estableció el ritual de la bendición y de la unción de una rosa de oro con la que se quiso figurar a Cristo representado por el oro, el más noble de todos los metales, y la resurrección del Salvador significada por el bálsamo aromático.

Antiguamente se pintaba la rosa de carmín para representar la sangre que derramó por su pueblo Jesús, pero luego fueron de oro bruñido y el Santo Padre después de bendecirla la llevaba en procesión con la mano izquierda, mientras que iba bendiciendo a los fíeles con la derecha.

El Pontífice acostumbraba enviar todos los años esta rosa a alguna iglesia particular o bien a algún príncipe o princesa de la cristiandad. La República de Venecia poseía cinco rosas en el tesoro de San Marcos, que han desaparecido durante las guerras de Italia, y el papa Gregorio XVI envió la que bendijo en 1834 a la ciudad de Venecia.

El valor simbólico
Pero el valor de la Rosa de Oro no reside en la cantidad del precioso metal ni en las gemas de las que está adornada, sino en su significado. En un libro de autor anónimo publicado en Roma en 1560 se declara su simbolismo.

El académico gerundense Enrique Claudio Girbal, en su tratado sobre la Rosa de Oro publicado en 1880, señala: «Desde la flor sencilla, quizás de los valles de los antiguos tiempos, hasta la rosa cuajada de perlas y pedrería, que algún autor describe en los pasados siglos, el valor material de la sagrada joya varía según las circunstancias y hasta según el gusto de los artistas y de las épocas; lo que es incalculable, y no varía, es el tesoro de misterios que la Rosa encierra. Según enseñan los mismos Soberanos Pontífices en repetidas cartas, esta Rosa significa y declara a nuestro Redentor, el cual ha dicho: “Yo soy la flor del campo y el lirio de los valles”; el oro de que se compone indica que Jesucristo es Rey de los reyes y Señor de los señores, cuyo profundo sentido mostraron ya los Magos, cuando como a Rey, le ofrecieron rendidamente el oro. El fulgor y alto precio del metal y las piedras con que la Rosa está compuesta, significan la luz inaccesible en la que habita el que es Luz de luz y Dios verdadero: el olor de los perfumes que sobre ella vierte en la bendición el Sumo Pontífice, representa en invisible esencia la gloria de la Resurrección de Jesucristo que fue de espiritual alegría para todo el mundo, pues con ella terminó el corrompido ambiente de las antiguas culpas y por todo el universo se esparció el suave aroma de la divina gracia; el color encarnado, de que en otro tiempo se teñía, representa la Pasión de Jesucristo; las espinas ofrecen la santa enseñanza de que en las espinas del dolor puso Jesús todas sus delicias, y recuerdan aquella corona que ensangrentó la cabeza del Redentor. En la Rosa, por último, se figura y simboliza la felicidad eterna».


Destinatarios de la Rosa de Oro
Algunos de los destinatarios de la Rosa de Oro fueron: Alfonso VII, Rey de Castilla, por el Papa Eugenio III en 1148; Luís I de Hungría (Clemente VI, 1348); Juana I, Reina de Nápoles (1368), Enrique VI de Inglaterra (Eugenio IV; 1444), Emperador Federico III y su esposa la Emperatriz Leonor, quienes fueron coronados el Lætare Sunday (1452) y recibieron la Rosa de Oro al día siguiente de Nicolás V; Jacobo III de Escocia (Inocencio VIII, 1486), Isabel la Católica (1500, Alejandro VI), Alejandro Jagellón, Rey de Polonia (Julio I, 1505), Enrique VIII de Inglaterra (Julio II, León X y Clemente VII), Isabel de Borbón (1618, Pablo V), Nuestra Señora de Fátima (1965, Pablo VI), Nuestra Señora Aparecida en Brasil (1967, Pablo VI y 2007, Benedicto XVI) y Nuestra Señora de Luján (entregada personalmente por Juan Pablo II en 1982).+

AICA

P.ELIÉCER SÁLESMAN: MARÍA REINA


Respecto a la Santísima Virgen se pueden repetir las palabras que la Santa Biblia dice hablando de los tiempos del rey Salomón: “A la derecha del trono del rey, fue colocado un trono, para la madre del rey”. En verdad que a la derecha de nuestro rey, Jesucristo, ha sido colocado un trono para la Madre Santísima, que con su hijo reinará eternamente.

A María Reina, se le pueden aplicar las palabras del libro del Apocalipsis: “Una gran señal apareció en el cielo. Una mujer vestida de sol, con la luna bajo los pies y una corona de 12 estrellas sobre su cabeza” (Ap 12,11).

La Iglesia católica proclama 12 veces reina a la Santísima Virgen en las letanías: como Reina de los ángeles, Reina de los Patriarcas y de los profetas, Reina de los apóstoles, de los mártires y de los confesores, Reina de las vírgenes y de todos los santos. Reina de la paz y del Santísimo Rosario. Reina concebida sin pecado original y Reina llevada al cielos. Y nosotros la queremos proclamar Reina de nuestros corazones y nuestras familias.En Colombia el himno oficial de la Virgen de chiquinquirá, patrona del país, le dice: “Reina de Colombia, por siempre serás”.

San Alfonso de Ligorio en su bellísimo libro: “ LAS GLORIAS DE MARÍA” (en el cual explica la salve) dedica dos primeras páginas a hablar de María, Reina de la Misericordia. Dice así:

La Iglesia llama Reina a la Virgen María, porque como dice San Atanasio “Si el hijo es Rey,la madre debe ser llamada Reina” y estimada como tal.

San Bernardino afirma: “desde el momento en que María dio su consentimiento para ser la Madre del Redentor universal, mereció ser constituida Reina del mundo y de todas las criaturas”.

Si es madre del Rey del universo, ¿por qué no puede ser llamada Reina? Dice S. Ruperto.
Cuántas son las criaturas que tienen a Cristo por Rey, otras tantas deben ser las que tengan a María por Reina”, añadió San Bernardino.

¡Oh María- exclamaba el abad Guerric-, tú puedes disponer de todos los bienes del cielo y de la tierra porque eres la madre del Rey de todo lo que existe!
Reina de la Misericordia. Es un consuelo general para todos, saber y recordar que maría es Reina suavísima, clementísima e inclinada a dispensar bienes a nosotros, los miserables.

Sénecas decía que una reina manifiesta tanto más su magnificencia cuanta mayor misericordia demuestra por los necesitados. Y que el fin que se propone una buena reina es el bien de sus súbditos; y que en un reinado ha de procurarse por alimentar pensamientos de compasión y beneficencia a favor de sus vasallos;¿y qué Reina que maría santísima?

A ella no le ha encomendado Dios hacer justicia ni castigar a los pecadores, sino ejercer la compasión y el perdón. Por eso, San Buenaventura enseña que los pobres pecadores podemos esperar confiados en que desde el cielo nos ayuda una Reina llena de compasión y misericordia.

La santa Biblia narra que la reina Esther fue ante el rey Asuero a interceder a favor de su pueblo para que no fuera exterminado. Y obtuvo que el rey revocara la sentencia condenatoria. Si Asuero concedió a Esther el perdón para el pueblo, porque la amaba a ella más que a las demás, también el buen Dios, cuando María Santísima intercede por nosotros, los que merecemos castigos y condenación, le concederá el perdón y la ayuda que necesitamos, porque a ella la ama y la estima más que a todas las demás mujeres de la tierra.

Parece que hay una ley establecida por el Señor: que se emplee especial misericordia en favor de aquellos por quienes intercede María.
Pregunta san Bernardo ¿por qué la Iglesia llama a la Virgen María: “Reina de Misericordia”? y responde que para que todos recordemos a María que reparte los tesoros de la misericordia de Dios, a manos llenas.

Y añade: “¿Acaso es que podrás, oh María, negar el socorro y la ayuda de los miserables, si tú eres la Reina de la misericordia? Y responde que para que todos recordemos a María que reparte los tesoros de la misericordia de Dios, a manos llenas.
Y añade: “¿Acaso es que podrás, oh María, negar el socorro y la ayuda de los miserables, si tú eres la Reina de la misericordia? Cuanto más miserables somos, más dignos somos de su misericordia. Tú eres Reina de la misericordia y yo un pecador muy miserable, por lo tanto soy merecedor de que sientas por mí una especial compasión. Te suplico que sigas trabajando por salvarnos a nosotros los pecadoresa”.

RELIQUIAS DE SAN JUAN BOSCO EN GUADALAJARA

Del 25 al 27 de agosto estará visitando Guadalajara la urna con la reliquia del Santo Patrono de los jóvenes y los estudiantes, con ocasión de celebrarse, en el año 2015, los 200 años (Bicentenario) del nacimiento de San Juan Bosco

“Con ocasión de celebrarse en el año 2015 el Bicentenario del nacimiento de Don Bosco, nuestro querido Rector Mayor, Don Pascual Chávez, ha querido que la imagen del Santo de los jóvenes pase por todas las Inspectorías y países donde los salesianos desplegamos nuestra acción misionera y evangelizadora”, comentó el Padre Luis Antonio Álvarez Barroso, Sacerdote Salesiano, y quien forma parte del comité organizador en nuestra Diócesis.

“Es el deseo de la Congregación de los Salesianos, que este hecho reavive en nosotros el ardor apostólico, renueve nuestro compromiso por trabajar en medio de la juventud pobre y abandonada, y que el testimonio de Don Bosco haga renacer nuestras ansias por la santidad y nuestra vida espiritual. La visita misma significa la misión de Don Bosco, que se hace presente en las ciudades con Familia Salesiana. Además, conviene dejar bien en claro que no es un evento meramente salesiano sino de toda la Iglesia Diocesana”.

Itinerario

Miércoles 25 de agosto:

8 horas Recepción en la caseta de cobro de Zapotlanejo.

8.30 Recepción en la Plaza de los Manguitos, en Tlaquepaque.

9.30 Llegada al Templo de Cristo Resucitado, Tlaquepaque.

12 Llegada a la Parroquia de San Juan Bosco, Guadalajara.

19 Llegada al Templo de María Auxiliadora. A las 20 Hrs., Misa Solemne, y a las 21.30 inicia una Velada Juvenil.

Jueves 26 de agosto:

10 horas Evento en el Auditorio Benito Juárez, con alumnos de los Colegios Salesianos. Se esperan 10 mil muchachos, que saldrán en procesión con destino a la Catedral Metropolitana.

12 Procesión Solemne, desde la Glorieta de la Normal a la Catedral.

14 Llegada a la Catedral.

18 Solemne Eucaristía con el Presbiterio Diocesano. Ahí permanecerá la Reliquia hasta las 21 horas.

21.30 Llegada al Colegio Anáhuac Chapalita, donde se llevará a cabo una Velada Juvenil.

Viernes 27:

8 horas Misa por el 50º Aniversario del Colegio.

10 Se despide la Reliquia, que saldrá rumbo a la Ciudad de Colima.

Importante: Con la presencia de la Reliquia de Don Bosco, puede ganarse Indulgencia Plenaria. ¿Cómo?: Haciendo previamente la Confesión Sacramental, la Eucaristía, orando por las intenciones del Sumo Pontífice, rezando un Padre Nuestro, el Credo, y terminando con las jaculatorias: “San Juan Bosco, ruega por nosotros; María Auxiliadora, ruega por nosotros”.

En el interior de la urna hay una estatua de Don Bosco, que es la réplica de la que se encuentra en la Basílica de María Auxiliadora, de Valdocco (Turín, Italia). Fue vestida por sor Anna Escama y esculpida por Gabriele Garbolino, al igual que los pilares de la base, decorados con baldosas cuadrangulares que representan rostros de jóvenes de todos los Continentes. Dicha base representa un puente sostenido por cuatro pilares sobre los cuales han sido grabadas las fechas relacionadas con el bicentenario, y está decorada con el escudo de la Congregación Salesiana y el lema sacerdotal de Don Bosco “Da mihi animas, caetera tolle” (“Señor, dame almas, y toma lo demás”).

Dulce Natalia Romero Cruz

jueves, 19 de agosto de 2010

CARDENAL J.H.NEWMAN

CAPILLA MARÍA REINA DE LA PAZ


SAN AGUSTÍN: JUAN ERA LA VOZ, CRISTO ES LA PALABRA


Juan era la voz, pero el Señor es la Palabra que en el principio ya existía. Juan era una voz provisional; Cristo, desde el principio, es la Palabra eterna. Quita la palabra, ¿y qué es la voz? Si no hay concepto, no hay más que un ruido vacío. La voz sin la palabra llega al oído, pero no edifica el corazón.

Pero veamos cómo suceden las cosas en la misma edificación de nuestro corazón. Cuando pienso lo que voy a decir, ya está la palabra presente en mi corazón; pero, si quiero hablarte, busco el modo de hacer llegar a tu corazón lo que está ya en el mío.Al intentar que llegue hasta ti y se aposente en tu interior la palabra que hay ya en el mío, echo mano de la voz y, mediante ella, te hablo: el sonido de la voz hace llegar hasta ti el entendimiento de la palabra; y una vez que el sonido de la voz ha llevado hasta ti el concepto, el sonido desaparece, pero la palabra que el sonido condujo hasta ti está ya dentro de tu corazón, sin haber abandonado el mío.

Cuando la palabra ha pasado a ti, ¿no te parece que es el mismo sonido el que está diciendo: Ella tiene que crecer y yo tengo que menguar? El sonido de la voz se dejó sentir para cumplir su tarea y desapareció, como si dijera: Esta alegría mía está colmada. Retengamos la palabra, no perdamos la palabra concebida en la médula del alma.

¿Quieres ver cómo pasa la voz, mientras que la divinidad de la Palabra permanece? ¿Qué ha sido del bautismo de Juan? Cumplió su misión y desapareció. Ahora el que se frecuenta es el bautismo de Cristo. Todos nosotros creemos en Cristo, esperamos la salvación en Cristo: esto es lo que la voz hizo sonar.

Y precisamente porque resulta difícil distinguir la palabra de la voz, tomaron a Juan por el Mesías. La voz fue confundida con la palabra: pero la voz se reconoció a sí misma, para no ofender a la palabra. Dijo: No soy el Mesías, ni Elías, ni el Profeta.

Y cuando le preguntaron: ¿Quién eres?, respondió: Yo soy la voz que grita en el desierto: «Allanad el camino del Señor. » La voz que grita en el desierto, la voz que rompe el silencio. Allanad el camino del Señor, como si dijera: «Yo resueno para introducir la palabra en el corazón; pero ésta no se dignará venir a donde yo trato de introducirla, si no le allanáis el camino.»

¿Qué quiere decir: Allanad el camino, sino: «Suplicad debidamente»? ¿Qué significa: Allanad el camino, sino: «Pensad con humildad»? Aprended del mismo Juan un ejemplo de humildad. Le tienen por el Mesías, y niega serlo; no se le ocurre emplear el error ajeno en beneficio propio.

Si hubiera dicho: «Yo soy el Mesías», ¿cómo no lo hubieran creído con la mayor facilidad, si ya le tenían por tal antes de haberlo dicho? Pero no lo dijo: se reconoció a si mismo, no permitió que lo confundieran, se humilló a si mismo.Comprendió dónde tenía su salvación; comprendió que no era más que una antorcha, y temió que el viento de la soberbia la pudiese apagar.

jueves, 12 de agosto de 2010

BENEDICTO XVI: ASUNCIÓN DE MARÍA SANTÍSIMA

"Venerados hermanos en el episcopado y en el sacerdocio;
queridos hermanos y hermanas:

En el Magníficat, el gran canto de la Virgen que acabamos de escuchar en el evangelio, encontramos unas palabras sorprendentes. María dice: "Desde ahora me felicitarán todas las generaciones". La Madre del Señor profetiza las alabanzas marianas de la Iglesia para todo el futuro, la devoción mariana del pueblo de Dios hasta el fin de los tiempos. Al alabar a María, la Iglesia no ha inventado algo "ajeno" a la Escritura: ha respondido a esta profecía hecha por María en aquella hora de gracia.

Y estas palabras de María no eran sólo palabras personales, tal vez arbitrarias. Como dice san Lucas, Isabel había exclamado, llena de Espíritu Santo: "Dichosa la que ha creído". Y María, también llena de Espíritu Santo, continúa y completa lo que dijo Isabel, afirmando: "Me felicitarán todas las generaciones". Es una auténtica profecía, inspirada por el Espíritu Santo, y la Iglesia, al venerar a María, responde a un mandato del Espíritu Santo, cumple un deber.

Nosotros no alabamos suficientemente a Dios si no alabamos a sus santos, sobre todo a la "Santa" que se convirtió en su morada en la tierra, María. La luz sencilla y multiforme de Dios sólo se nos manifiesta en su variedad y riqueza en el rostro de los santos, que son el verdadero espejo de su luz. Y precisamente viendo el rostro de María podemos ver mejor que de otras maneras la belleza de Dios, su bondad, su misericordia. En este rostro podemos percibir realmente la luz divina.

"Me felicitarán todas las generaciones". Nosotros podemos alabar a María, venerar a María, porque es "feliz", feliz para siempre. Y este es el contenido de esta fiesta. Feliz porque está unida a Dios, porque vive con Dios y en Dios. El Señor, en la víspera de su Pasión, al despedirse de los suyos, dijo: "Voy a prepararos una morada en la gran casa del Padre. Porque en la casa de mi Padre hay muchas moradas" (cf. Jn 14, 2). María, al decir: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra", preparó aquí en la tierra la morada para Dios; con cuerpo y alma se transformó en su morada, y así abrió la tierra al cielo.

San Lucas, en el pasaje evangélico que acabamos de escuchar, nos da a entender de diversas maneras que María es la verdadera Arca de la alianza, que el misterio del templo -la morada de Dios aquí en la tierra- se realizó en María. En María Dios habita realmente, está presente aquí en la tierra. María se convierte en su tienda. Lo que desean todas las culturas, es decir, que Dios habite entre nosotros, se realiza aquí. San Agustín dice: "Antes de concebir al Señor en su cuerpo, ya lo había concebido en su alma". Había dado al Señor el espacio de su alma y así se convirtió realmente en el verdadero Templo donde Dios se encarnó, donde Dios se hizo presente en esta tierra.

Así, al ser la morada de Dios en la tierra, ya está preparada en ella su morada eterna, ya está preparada esa morada para siempre. Y este es todo el contenido del dogma de la Asunción de María a la gloria del cielo en cuerpo y alma, expresado aquí en estas palabras. María es "feliz" porque se ha convertido -totalmente, con cuerpo y alma, y para siempre- en la morada del Señor. Si esto es verdad, María no sólo nos invita a la admiración, a la veneración; además, nos guía, nos señala el camino de la vida, nos muestra cómo podemos llegar a ser felices, a encontrar el camino de la felicidad.

Escuchemos una vez más las palabras de Isabel, que se completan en el Magníficat de María: "Dichosa la que ha creído". El acto primero y fundamental para transformarse en morada de Dios y encontrar así la felicidad definitiva es creer, es la fe en Dios, en el Dios que se manifestó en Jesucristo y que se nos revela en la palabra divina de la sagrada Escritura.

Creer no es añadir una opinión a otras. Y la convicción, la fe en que Dios existe, no es una información como otras. Muchas informaciones no nos importa si son verdaderas o falsas, pues no cambian nuestra vida. Pero, si Dios no existe, la vida es vacía, el futuro es vacío. En cambio, si Dios existe, todo cambia, la vida es luz, nuestro futuro es luz y tenemos una orientación para saber cómo vivir.

Por eso, creer constituye la orientación fundamental de nuestra vida. Creer, decir: "Sí, creo que tú eres Dios, creo que en el Hijo encarnado estás presente entre nosotros", orienta mi vida, me impulsa a adherirme a Dios, a unirme a Dios y a encontrar así el lugar donde vivir, y el modo como debo vivir. Y creer no es sólo una forma de pensamiento, una idea; como he dicho, es una acción, una forma de vivir. Creer quiere decir seguir la senda señalada por la palabra de Dios.

María, además de este acto fundamental de la fe, que es un acto existencial, una toma de posición para toda la vida, añade estas palabras: "Su misericordia llega a todos los que le temen de generación en generación". Con toda la Escritura, habla del "temor de Dios". Tal vez conocemos poco esta palabra, o no nos gusta mucho. Pero el "temor de Dios" no es angustia, es algo muy diferente. Como hijos, no tenemos miedo del Padre, pero tenemos temor de Dios, la preocupación por no destruir el amor sobre el que está construida nuestra vida. Temor de Dios es el sentido de responsabilidad que debemos tener; responsabilidad por la porción del mundo que se nos ha encomendado en nuestra vida; responsabilidad de administrar bien esta parte del mundo y de la historia que somos nosotros, contribuyendo así a la auténtica edificación del mundo, a la victoria del bien y de la paz.

"Me felicitarán todas las generaciones": esto quiere decir que el futuro, el porvenir, pertenece a Dios, está en las manos de Dios, es decir, que Dios vence. Y no vence el dragón, tan fuerte, del que habla hoy la primera lectura: el dragón que es la representación de todas las fuerzas de la violencia del mundo. Parecen invencibles, pero María nos dice que no son invencibles. La Mujer, como nos muestran la primera lectura y el evangelio, es más fuerte porque Dios es más fuerte.

Ciertamente, en comparación con el dragón, tan armado, esta Mujer, que es María, que es la Iglesia, parece indefensa, vulnerable. Y realmente Dios es vulnerable en el mundo, porque es el Amor, y el amor es vulnerable. A pesar de ello, él tiene el futuro en la mano; vence el amor y no el odio; al final vence la paz.

Este es el gran consuelo que entraña el dogma de la Asunción de María en cuerpo y alma a la gloria del cielo. Damos gracias al Señor por este consuelo, pero también vemos que este consuelo nos compromete a estar del lado del bien, de la paz.

Oremos a María, la Reina de la paz, para que ayude a la victoria de la paz hoy: "Reina de la paz, ¡ruega por nosotros!". Amén".

Solemnidad de la Asunción 2006

sábado, 7 de agosto de 2010

MONSEÑOR HÁCTOR AGÜER: DESPUÉS DEL MAL PASO

El Senado de la Nación, entre el 14 y el 15 de julio –es decir, entre gallos y media noche– consumó la alteración del orden familiar que había obtenido ya la sanción de los diputados y dio cabida en la institución matrimonial a la convivencia de personas del mismo sexo. De ese modo, de un plumazo, se ha cambiado la esencia misma del matrimonio. La etimología de esta palabra alude a la matriz, a la madre, a la maternidad, a su custodia y fortalecimiento; el nombre y el concepto se refieren a una realidad a la vez física y espiritual en la que confluyen naturaleza y cultura para constituir un valor propio de la condición humana que está al servicio de la continuidad de la especie. Corresponde al derecho reconocer y tutelar ese valor, no subvertirlo.


La ley sancionada practica una escisión entre el derecho y la moral. Las leyes establecidas por los hombres –el derecho positivo– no deben contrariar valores morales objetivos y universales que se basan en la naturaleza humana y, en definitiva, en el orden establecido por el Creador. En el acto de promulgar una disposición contraria a ese orden la autoridad deja de ser tal y el resultado es una ley inicua, que no tiene carácter de ley sino más bien de violencia. Así lo enseña la tradición católica, expresada con toda claridad por el Beato Juan XXIII en su encíclica “Pacem in terris”. Conviene recordar a este propósito que legitimidad y legalidad no se identifican. Es posible que se introduzca en el cuerpo legal de una nación una disposición injusta, pero ese acto formal no le otorga legitimidad.


En el caso que nos ocupa puede decirse que la misma legalidad ha sido afeada por las circunstancias en las que se ha llegado a la sanción. Pasarán a la historia de esa ruinosa modificación del Código Civil los aprietes, los telefonazos amenazantes y el oportuno regalo de viajes a China. Han llamado la atención los sospechosos cambios de posición, abstenciones o ausencias de diez senadores. El proyecto que tenía media sanción de la Cámara de Diputados mereció serias objeciones jurídicas, fundadas en el orden natural, el derecho positivo argentino y los tratados internacionales que amparan el interés superior de los niños, pero tales reparos no fueron tomados en cuenta. El debate fue tan mediocre que hizo añorar épocas mejores de la cultura


política nacional. Sobresalió por su grosería, su odio a la Iglesia y el agravio al Sumo Pontífice el discurso del jefe de la bancada oficialista, una patética expresión de obediencia debida. En cambio, merecen un reconocimiento la coherencia y el coraje de quienes votaron por el rechazo de la alteración del matrimonio.


Tres cuestiones fundamentales quedan abiertas a partir de aquel mal paso. En primer lugar, la libertad de la Iglesia. ¿Podremos, en adelante, predicar libremente lo que la Biblia, la tradición y el magisterio eclesial enseñan acerca de la sexualidad humana y el matrimonio? ¿Se nos obligará, acaso, a formar a los alumnos de nuestros colegios según la nueva valoración de esas realidades esenciales implicada en la modificación establecida por el Congreso, en contra de la doctrina católica y del sentido común? Es indudable que la libertad de la Iglesia está protegida por la Constitución Nacional y por instrumentos de Derecho Público Internacional, pero ¿no pesará más en los hechos el Plan Nacional contra la Discriminación, promovido por un decreto presidencial de 2005, y el ensañamiento inquisitorial que allí se esboza? Todo puede temerse en un país en el cual no son raras las anomalías jurídicas y judiciales.


Una segunda cuestión es la libertad de los padres para educar a sus hijos según sus convicciones morales y religiosas. Pienso especialmente en los alumnos que concurren a escuelas de gestión estatal. Los contenidos curriculares, en los temas referidos a la concepción del hombre, la función sexual y la estructura de la familia, van quedando plasmados en textos oficiales en los que campea el constructivismo gnoseológico y ético y la ideología de género. Es evidente que se procura inducir un cambio cultural modelando la conciencia de las futuras generaciones argentinas. ¿Se requerirá el consentimiento de los padres y se respetará su decisión respecto de la intervención del Estado en un aspecto tan íntimo de la formación de sus hijos?


La tercera cuestión que queda abierta es la objeción de conciencia que con toda razón podrían oponer funcionarios del Registro Civil, jueces y educadores obligados a aplicar la ley en sus respectivos ámbitos. No existe todavía un reconocimiento amplio y un marco regulatorio general de este aspecto importantísimo de la libertad. Por otra parte, los activistas que han fomentado la alteración del matrimonio, los ideólogos que desde hace tiempo la han planeado y algunos políticos con clara inclinación totalitaria hacen temer la imposición de la dictadura del relativismo. Es ése el posible destino de una democracia que renuncia a valores fundamentales, que son pilares del orden social. Existen memorables experiencias históricas de liberticidio consumado en nombre de la libertad. De una idea perversa de libertad.


+ Héctor Aguer

Arzobispo de La Plata


martes, 3 de agosto de 2010

MONSEÑOR BALDOMERO CARLOS MARTINI: BABEL Y PENTECOSTÉS


La torre de Babel: los hombres dejamos de entendernos

Cuando el hombre quiso ponerse en el lugar de Dios se dio cuenta que estaba desnudo, y perdió todo. Pierde la armonía interior, porque rompió su relación con el Creador. Es el misterio del pecado que hace su entrada en la historia de la humanidad desde el corazón del hombre que quiere apropiarse de los atributos divinos, no aceptando ser un Don. No aceptó ser hombre , quiso hacerse dios. Fue creado libre para amar y elegir libremente, lo verdadero, lo bueno y lo bello , lo que realiza al hombre y eligió el mal. No le creyó a Dios, porque se dejó engañar por el Espíritu del mal. Así también se rompe la armonía de los esposos, se culpan el uno al otro. Se quiebra la fraternidad con la herida de la muerte y se llega a la construcción de la Torre de Babel como símbolo de lo que hace el pecado. El hombre quiere construir el mundo sin Dios y a espaldas de Él. Entonces, dejan de entenderse , comienza el lenguaje del odio, de la guerra, de la injusticia y se rompe la armonía social.


Los hombres de hoy, muchas veces repetimos la historia del pecado original con nuestros pecados personales. El pecado, es la raíz de todos los males que sufrimos y hacemos sufrir. Cuántos hombres son víctimas de otros hombres, en lo físico , lo síquico y en lo espiritual. Muchas son la ambigüedades que se dan pero hoy se destaca el engaño de la New Age y todas su consecuencias, hasta económicas. Quiere hacerle creer al hombre de hoy , lo que la serpiente le hizo creer a los primeros padres: "eres dios" .Además de pretender diluir a Dios en los hombres y en las cosas, es un sincretismo religioso donde se da, una mezcla de errores, de medias verdades y verdades a medias . Se presenta a la querida Madre Teresa con Sai Baba . Se venden a buen precio cursos de "autoperfeccionamiento o autorrealización" en lujosos hoteles , práticas de yoga, de control mental, de meditación profunda etc. La Nueva Era es una espiritualidad sin Dios, aunque lo nombren y sin la Gracia, con un mensaje que confunde y engaña. Sus ideas son incompatibles con la fe de la Iglesia. No todo es igual. No agüemos la Verdad . La Verdad no se negocia.


Pentecostés: "El Espíritu los guiará hasta la verdad completa"

¡Se cumplen las profecías! El "Espíritu prometido viene en ayuda de nuestra debilidad" para conducirnos a la toda la Verdad, a la Verdad completa. Nos dice Jesús : " El Espíritu de la Verdad, recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes" (Jn 16,13-15) y también " El Espíritu Santo , que el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho" (Jn 14,26) "Cuando venga el Paráclito, que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí."(Jn 15,26) El Espíritu Santo viene para que entremos en el Misterio de Jesús y hacernos su Cuerpo, la Iglesia. Los cristianos estamos llamados a no tener otra Verdad que Jesucristo y Jesucristo, crucificado y resucitado. No tenemos otro Salvador que Él y no tenemos otro Señor que Él. Se hizo carne para darnos el Espíritu Santo, ser sus testigos y vivir en comunión para la misión.


"Yo no me avergüenzo del Evangelio, porque es el poder de Dios para salvación de todos los que creen"(Rm1,16).Que nuestro lenguaje no se confunda con el de la NEW AGE, ellos habla de buenas ondas, de energías positivas y negativas , de reencarnación , de extraterrestres de lenguaje "ecológico" un licuado de religiones, etc. Como cristianos tengamos el lenguaje hecho vida, de la simplicidad del Evangelio y busquemos la Verdad en la Buena Noticia que predica la Iglesia desde el primer Pentecostés, es decir con el Poder del Espíritu Santo. El engaño de las ideas de la NUEVA ERA es centrarnos en nosotros, en cambio, el Evangelio nos lleva a centrarnos en Jesucristo , verdadero Dios y verdadero Hombre , en quien se revela e ilumina nuestro misterio. Nuestro seguimiento de Cristo tiene sus exigencias de vida y la clave es el Amor a su estilo, no cualquier amor, sino, el de la entrega hasta la Cruz como la expresión más grande del AMOR. Esta es la fuente de la alegría verdadera y de la auténtica paz, si dejamos actuar al Espíritu en nosotros." Todos los que se dejan conducir por el Espíritu de Dios esos son hijos de Dios"Rm8,14. " No seremos arrastrados por los deseos de la carne"


Que María la Madre del Señor nos ayude a dejarnos llenar del estupor , el que produce el Espíritu y sepamos vivir y dar testimonio siempre de la verdadera Fe católica. Los bendigo de corazón y pido al Espíritu la sabiduría para los gobernantes y que Argentina encuentre el camino de la justicia y la paz.


¡ DIOS ES AMOR!

Mons. Baldomero Carlos Martini,
obispo de San Francisco