domingo, 17 de enero de 2016

DIÁCONO JORGE NOVOA: En Caná manifestó su gloria (Jn 2)


San Juan en su evangelio, comienza presentándonos el ministerio público de Jesús con la boda en Caná de Galilea. La ubicación de este hecho en el inicio y como manifestación de Jesús a sus discípulos, es el principio (comienzo) de sus signos. Juan lo define como un signo (v. 11), es decir, como un hecho que en sus apariencias exteriores remite a una realidad más intima, más oculta, inherente en definitiva al misterio mismo de la persona de Jesús.Esta palabra elegida con tanta precisión por el evangelista, expresa acertadamente como los hechos de la vida de Jesús son portadores de la verdad de su misterio, al que remiten y del cual no pueden desvincularse. No son milagros para manifestar poder, son acciones portadoras de un lenguaje de revelación que busca despertar y afirmar la fe, primeramente en los testigos oculares, y dado que su acción permanece en el tiempo, está destinada a iluminar a los hombres de todos los tiempos.

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