Sabemos que, después de haber recibido esta misión, Moisés preguntó a Dios su nombre. Y recibió la respuesta: 'Yo soy el que soy'. En la tradición exegética, teológica y magisterial de la Iglesia , que fue asumida también por Pablo VI en el 'Credo del Pueblo de Dios' (1968), esta respuesta se interpreta como la revelación de Dios como el 'Ser'
En la respuesta dada por Dios: 'Yo soy el que soy', a la luz de la historia de la salvación se puede leer una idea más rica y más precisa. Al enviar a Moisés en virtud de este Nombre, Dios -Yahvéh- se revela sobre todo como el Dios dela Alianza : "Yo soy el que soy para vosotros'; estoy aquí como Dios deseoso de la alianza y de la salvación, como el Dios que os ama y os salva. Esta clave de lectura presenta a Dios como un Ser que es Persona y se auto-revela a personas, a las que trata como tales. Dios, ya al crear el mundo, en cierto sentido salió de su propia 'soledad', para comunicarse a Sí mismo, abriéndose al mundo y especialmente a los hombres creados a su imagen y semejanza (Gen 1, 26). En la revelación del Nombre 'Yo soy el que soy' (Yahvéh), parece poner de relieve sobre todo la verdad de que Dios es el Ser-Persona que conoce, ama, atrae hacia sí a los hombres, el Dios de la Alianza.
En la respuesta dada por Dios: 'Yo soy el que soy', a la luz de la historia de la salvación se puede leer una idea más rica y más precisa. Al enviar a Moisés en virtud de este Nombre, Dios -Yahvéh- se revela sobre todo como el Dios de
En el coloquio con Moisés prepara una nueva etapa de
Conversando con Moisés al pie del monte Horeb, Dios -Yahvéh- se presenta como 'el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob', es decir, el Dios que había hecho una Alianza con Abrahán (Cfr. Gen 17, 1-14) y con sus descendientes, los patriarcas, fundadores de las diversas estirpes del pueblo elegido, que se convirtió en Pueblo de Dios.
Sin embargo, las iniciativas del Dios de
He aquí las palabras del Libro del Éxodo: 'Yo soy el Señor, tu Dios, que te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre. No tendrás otro Dios que a mí' (Ex 20, 2-3). En el Deuteronomio encontramos la fórmula fundamental del 'Credo' veterotesta-mentario expresado con las palabras: 'Oye, Israel: el Señor es nuestro Dios, el Señor es único' (6, 4; cfr. 4, 39-40).
Isaías dará a este 'Credo' monoteísta del Antiguo Testamento una magnífica expresión profética: 'Vosotros sois mis testigos -diceYahvéh- mi siervo, a quien yo elegí, para que aprendáis y me creáis y comprendáis que soy yo. Antes de mí no fue formado Dios alguno, ninguno habrá después de mí. Yo, yo soy el Señor, y fuera de mí no hay salvador. Vosotros sois mis testigos, dice Yahvéh, y yo Dios desde la eternidad y también desde ahora lo soy' (Is 45, 22).
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