martes, 10 de febrero de 2009

Padre Matthew Habiger: Votar por los políticos que están a favor del aborto es a todas luces un pecado

¿Puede un católico consciente votar por un político que tiene un reconocido historial de apoyo al aborto? ¿Es pecado votar por un político que vota a menudo a favor del uso de fondos públicos para matar niños por nacer, o que promueve el aborto de alguna otra manera?

Mi posición es que a todas luces es pecado votar por un político así. Examinamos este asunto. Apelaré a los argumentos que se basan en la autoridad y citaré las consecuencias de dicho voto.

Todo católico debe saber que el aborto es un grave mal, y como tal, no debe ser apoyado jamás. En la "Declaración sobre el Aborto Procurado", (Cardenal Seper, Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fé, 1974), hay una sección sobre la "Moralidad y la ley" (No. 19-23). "El hombre no deberá jamás obedecer una ley que sea en sí misma inmoral y tal es el caso de una ley que admitiera en principio la legalidad del aborto.Tampoco deberá tomar parte en las campañas publicitarias que apoyen tal ley, o votar a favor de dicha ley. Más aún, no deberá colaborar en su aplicación. Es por ejemplo, inadmisible, que los doctores o enfermeras se vean obligados a colaborar estrechamente, teniendo que escoger entre la ley de Dios y su situación profesional".(22)

El Papa Juan Pablo II en Evangelium Vitae afirma: "Declaro que el aborto directo, esto es, el aborto voluntario empleado como un fin o un medio, siempre constituirá un grave desorden moral, puesto que es la muerte deliberada de un ser humano inocente. Ninguna circunstancia, propósito o ley de ninguna naturaleza podrá jamás hacer lícito un acto que es intrínsicamente ilícito, puesto que es contrario a la ley de Dios que está escrita en cada corazón humano, está dictada por la razón misma y proclamada por la Iglesia" (EV 62C).

"El Código de la Ley Canónica de 1917 castiga al aborto con la excomunión. La ley canónica ya revisada continúa su tradición al decretar que una persona que se practica el aborto, automáticamente (latae sententiae) incurre en la excomunión (Canon 1398). La excomunión afecta a todos aquellos que cometen este crimen conociendo el castigo que conlleva y, por tanto incluye a los cómplices sin cuya ayuda no habría podido ser cometido el crimen (Canon 1329).

"Con esta sanción, la Iglesia deja claro que el aborto es un crimen muy grave y peligroso, e incentiva a los que lo cometen a buscar sin tardanza, el camino de la conversión. En la Iglesia, el propósito de la excomunión es concientizar plenamente a una persona de la gravedad de un pecado especifico, y de promover una auténtica conversión y el arrepentimiento" (EV62B).

Se podría argumentar que el voto es una forma muy remota de cooperar con el aborto. Pero en realidad, ¿es tan remota? El legislador que vota a favor del aborto es obviamente un cómplice formal. Comparte tanto en la intención del acto, como en el apoyo material al acto. Si yo voto por dicho candidato, sabiendo muy bien que va a ayudar a proporcionar fondos públicos para el aborto o a continuar con el proceso de facilitarlo, entonces lo estaré ayudando.

Es un hecho que cuando los fondos comienzan a escasear para las clínicas de aborto, los que practican los abortos despiden a su personal, lo cual reduce el número de abortos. A diferencia del movimiento pro vida, la industria del aborto no recluta voluntarios desinteresados que están dispuestos a trabajar sin ganar ningún beneficio comercial. Si los presupuestos se reducen, el personal se reduce. Si el negocio del abortista no es rentable, éste lo cierra.

No es lógico pensar que, puesto que el candidato X ha tomado una posición adecuada sobre otros temas tales como la economía, las relaciones en el exterior, la defensa, etc., pero no se opone al aborto, se puede votar por él "en conciencia." El aborto tiene que ver con el primero y más esencial derecho humano, sin el cual no queda nada de qué hablar.

¿Es esta una manera muy estricta de pensar? ¿No es lo suficientemente matizada o no le hace justicia a las complejidades de la sociedad pluralista? Considérelo a la luz de otro aspecto. ¿Serían los votantes considerados y tolerantes con un político racista? ¿O constituiría ese defecto en el candidato razón suficiente para que fuera considerado indigno de un cargo público? ¿Por qué debemos ser intolerantes cuando se trata de racismo, pero no si se trata de la matanza de bebés por nacer? El aborto no es simplemente otro "tema", es un asunto de vida o muerte, el principal asunto de derechos humanos de nuestra época.

En su homilía en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción el 21 de enero de 1996, el Cardenal Bernard Law dijo:

    "Los que estamos aquí hemos sido retados por las palabras del Santo Padre, quien nos pide que estemos conscientes de que nos encontramos ante un enorme e impresionante enfrentamiento entre el bien y el mal, la muerte y la vida, la cultura de la muerte y la cultura de la vida. Nos encontramos no sólo ante este conflicto, sino en medio de él; todos lo compartimos y estamos involucrados en él. Todos tenemos la responsabilidad ineludible de escoger incondicionalmente la vida".

"Es a esto a lo que están llamados los católicos: a estar incondicionalmente a favor de la vida. No hay ambigüedad en las palabras del sucesor de Pedro. Ser católico significa ser incondicionalmente pro vida. Apoyar el aborto, propugnar el derecho a escoger el aborto, no puede ser considerada de ninguna manera una opción católica.

"Muchos de nosotros hemos escondido el Evangelio de la Vida debajo de la canasta de la comodidad es lo que respeta a la política. Qué escandaloso resulta ver cómo los votos católicos apoyan a aquellos que están en contra del Evangelio de la Vida. Es fácil criticar a los políticos católicos que están en contra de la vida. ¿No creen que necesitamos preocuparnos mucho más por el número cada vez mayor de votantes católicos que no desafían a estos políticos?

"Nuestra tarea en la fe está clara y es intimidante mis hermanos y hermanas. Debe de aclararse muy bien desde los púlpitos, en las aulas, en las salas de conferencias de nuestros colegios y universidades, en la prensa católica, en la manera en que votamos,que ser católico es ser incondicionalmente Pro vida".

Es un escándalo el que algunos prominentes políticos católicos voten a favor de proyectos que proveen fondos para el aborto o lo promueven de otro modo. Sus nombres deberían ser divulgados, ellos deben ser expuestos a la vergüenza pública y amonestados, para que cesen en el mal y regresen a Dios.

Votar por un candidato como éste es participar voluntariamente en sus acciones. Es un pecado que exige arrepentimiento.

Fuente: Publicado en inglés en el HLI Reports, abril de 1996 de Human Life International.

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