lunes, 29 de diciembre de 2014
viernes, 26 de diciembre de 2014
MEDJUGORJE 25 DE DICIEMBRE 2014

Queridos hijos! También hoy, les traigo en mis brazos a mi Hijo Jesús, y a Él le pido la paz para ustedes y la paz entre ustedes. Oren y adoren a mi Hijo, para que en vuestros corazones entre su paz y su alegría. Oro por ustedes para que cada vez estén más abiertos a la oración. Gracias por haber respondido a mi llamado.”
martes, 23 de diciembre de 2014
DIÁCONO JORGE NOVOA: UNA NOCHE EN BELÉN...

La gente agolpada de forma poco habitual, en la tranquila Belén, intentaba ubicarse en algún sitio. El censo decretado por el Emperador, había congregado a los descendientes de David, que venidos desde los más inescrutables rincones de Israel, buscaban un lugar para descansar.
Eran tantos y estaban tan apresurados, que en medio del día que moría lentamente, llegaba la noche amenazante para los visitantes circunstanciales que buscaban alojamiento. En esa persistente búsqueda, el NO había caído una y otra vez, sobre el matrimonio de María y José.
Era un NO que se asociaba a la noche. Un NO de puertas cerradas para los visitantes, pues, "en la posada no había lugar para ellos", y en medio de tantos NO, con la sensación de abandono y orfandad que producen. Surge la pregunta; ¿quién velará por nosotros? Pues, este inhóspito recibimiento presagiaba un rechazo. Ante el multiforme NO del hombre a Dios, se aproxima el eterno SI de Dios que avanza presuroso entre las situaciones humanas que obstaculizan su realización. El SI eterno desembarcó en el si temporal de María y José, encontrando un hueco con forma de hogar, en donde recalar para quedarse con nosotros. Cálidamente preparado por Dios desde la eternidad en María.
La noche, lentamente y en forma imperceptible, comenzó a ser invadida por una luz peculiar, que no tiene su origen en la que refleja la luna. Los pastores que cuidaban "por turnos el rebaño" se pusieron en camino, atraídos por aquel espectáculo maravilloso, pudiendo comprobar con sorpresa, que la luz venía de un establo. Y era tan potente, que la estrella que se había posado sobre él, parecía una vela mortecina a punto de extinguirse.
A mediada que los intrigados pastores se aproximaban, crecían los interrogantes sobre lo que estaban presenciando, ¿qué habrá dentro de la cueva que produce esa luz potente?
Los pastores al entrar en aquel recinto sagrado sintieron, como Moisés, que la tierra que pisaban era santa. La luz misteriosa la irradiaba el Niño. Era una luz tan amable, con un fulgor comparable al del sol, en el que la pobreza del establo había cobrado un brillo sin igual. Su Madre era en aquel establo la Luna, invadida por la acción de su Hijo, irradiaba una luz tan dulce como su rostro. En medio del silencio sagrado, María y José recordaban lo anunciado por el profeta Isaías: "En medio de la noche brilló una gran Luz…".
Los rostros en torno al Niño se llenaron de asombro y admiración. Las voces endebles de los hombres fueron socorridas por los coros angélicos que glorificaban a Dios. A medida que los pastores iban llegando, se arrodillaban, y se decían suavemente uno a otro, "venid adoremos al Niño".
La noche no pudo contener tanta Luz, de esta Gloria da testimonio la Iglesia. En medio de la noche de todos los tiempos, " brilla una gran luz ". Adoremos al Señor con un silencio lleno de esperanza que embargue nuestro corazón. Venid amigos, adoremos al Señor.
Para todo peregrino que no entra en el establo, la pregunta que éste suscita permanece sin respuesta. Los que observan desde fuera Belén, no comprenden su Belleza Eterna. Tal vez, podamos acercarnos humildemente a su Verdad, y adorar al Niño con los magos y pastores, contemplando el rostro dulce de su Madre y la nobleza sutil que se desliza en la mirada de José su custodio. Al encontrarlo en el pesebre podemos intentar inclinarnos ante él, para beber de su secreto gozo, de su verdad inefable y de su silencioso encanto.
"La noche no interrumpe tu historia con el hombre, la noche es tiempo de salvación"
MONSEÑOR JAIME FUENTES: QUÉ LE DIRÉ A MI DIOS EN ESTA NAVIDAD?
¿QUÉ LE DIRÉ A MI DIOS EN NAVIDAD?+ Mons. Jaime Fuentes
Obispo de Minas
¿Qué le diré a mi Dios el único que existe
que nació justamente en Navidad
(como me dijo una nena con cara de sabihonda)
para perdonar los pecados de los hombres
y enseñarnos el camino del cielo?
¿Qué le diré a Jesús dormido en los brazos de su Madre bendita entre las mujeres como duermen todos los niños acunados por sus benditas madres?
Además de otras cosas que no vienen a cuento
siento que tengo que pedirle un poquito de luz
de la UTE del cielo para ver con ojos nuevos el misterio del amor
del matrimonio inseparable hasta la sepultura.
Jesús Niño duerme en los brazos de María
Jesús Hombre enseña a los hombres con amor de hermano
Jesús Dios nos juzgará por supuesto
nada da lo mismo nada es igual
porque somos criaturas y vamos al muere
porque sólo Él es Dios y vida eterna.
Jesús Niño Jesús Hombre
vivió en familia y aprendió lo elemental
a decir mamá y papá
a comer y a rezar y a agradecer
a trabajar y a servir y a descansar.
Santa vida ordinaria colmada de besos
y de algunas lágrimas
de menudos servicios ocultos
que los hace cualquiera
y los hizo Dios-con-nosotros.
Un niño su padre y su mamá
una familia más
son ellas las que salvarán
la cordura de este mundo loco.
Le pediré a Jesús un borrador
para limpiar de raros pensamientos
las intenciones de algunos ideólogos
que corrompen las almas de los niños.
Dicen que nadie nace sexuado dicen;
que tenemos el derecho de elegir lo que seremos dicen;
que es lo mismo la mujer que hace de hombre dicen.
Y al revés.
Dicen que no hay que discriminar
y estoy de acuerdo faltaría más
entonces que no rechacen al que piensa distinto
viva la diversidad.
Le pediré a mi Dios en Nochebuena
que les dé sabiduría a los que mandan
y un poco de coraje ¡caramba!
a los padres de los niños.
Los reciben de Dios
papá y mamá
una obra de arte serán por arte de ellos
¿y dejarán que algunos la deshagan
sin decir ni pío?
Porque Jesús Dios es un niño eterno
que nace cada día
¡Feliz Navidad!
martes, 16 de diciembre de 2014
RANIERO CANTALAMESSA: PAZ A LOS HOMBRES QUE AMA EL SEÑOR
Una antigua
costumbre prevé para la fiesta de Navidad tres misas, llamadas respectivamente
«de medianoche», «de la aurora» y «del día». En cada una, a través de las
lecturas que varían, se presenta un aspecto distinto del misterio de forma que
se tenga de él una visión por así decirlo tridimensional. El evangelio de la
Misa de medianoche se concentra en el evento, en el hecho histórico. Se
describe con una desconcertante sencillez, sin ostentación alguna. Tres o
cuatro líneas de palabras humildes y corrientes para describir el
acontecimiento, en absoluto, más importante en la historia del mundo: la
llegada de Dios a la tierra.
La tarea de mostrar el significado y el alcance de este
acontecimiento lo confía, el evangelista, al canto que los ángeles entonan
después de haber dado el anuncio a los pastores: «Gloria a Dios en lo alto del
cielo y paz en la tierra a los hombres que ama el Señor». En el pasado esta
última expresión se traducía de manera distinta: «Paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad». Con este significado la expresión entró en el canto
del «Gloria» y se hizo habitual en el lenguaje cristiano. Tras el Concilio
Vaticano II se suele indicar con ella a todos los hombres honestos, que buscan la
verdad y el bien común, sean o no creyentes.
Pero se trata de una interpretación inexacta y por ello
actualmente en desuso. En el texto bíblico original se trata de los hombres a
los que ama Dios, que son objeto de la buena voluntad divina, no que ellos tengan buena voluntad. De este
modo, el anuncio resulta todavía más consolador. Si la paz se otorgara a los
hombres por su buena voluntad, entonces se limitaría a pocos, a los que la
merecen; pero como se otorga por la buena voluntad de Dios, por gracia, se
ofrece a todos. La Navidad no apela a la buena voluntad de los hombres, sino
que es anuncio luminoso de la buena voluntad de Dios hacia los hombres.
La palabra clave para entender el sentido de la proclamación
angélica es por lo tanto la última, la que habla del «querer», del «amor» de
Dios hacia los hombres, como fuente y origen de todo lo que Dios ha comenzado a
realizar en Navidad. Nos ha predestinado a ser sus hijos adoptivos «según el
beneplácito de su voluntad», escribe el Apóstol; nos ha dado a conocer el
misterio de su querer, según cuanto había establecido «en su benevolencia» (Ef 1,5.9). Navidad es la suprema
epifanía de aquello que la Escritura llama la filantropía de Dios, o sea, su
amor por los hombres: «Se ha manifestado la bondad de Dios y su amor por los
hombres» (Tito 3, 4).
Sólo después de haber contemplado la «buena voluntad» de Dios
hacia nosotros podemos ocuparnos también de la «buena voluntad» de los hombres:
de nuestra respuesta al misterio de la Navidad. Esta buena voluntad se debe
expresar mediante la imitación de la acción de Dios. Imitar el misterio que
celebramos significa abandonar todo pensamiento de hacer justicia solos, todo
recuerdo de ofensas recibidas, suprimir del corazón todo resentimiento aún
justo, y ello respecto a todos. No admitir voluntariamente ningún pensamiento
hostil contra nadie; ni contra los cercanos ni contra los lejanos, ni contra
los débiles ni contra los fuertes, ni contra los pequeños ni contra los grandes
de la tierra, ni contra criatura alguna que existe en el mundo. Y esto para
honrar la Navidad del Señor, porque Dios no ha guardado rencor, no ha mirado la
ofensa recibida, no ha esperado a que otro diera el primer paso hacia Él. Si
esto no es posible siempre, durante todo el año, por lo menos hagámoslo en
tiempo de Navidad. Así ésta será de verdad la fiesta de la bondad.
miércoles, 10 de diciembre de 2014
JUAN PABLO II: VIRGEN DEL ADVIENTO

Ruega por nosotros,
Madre de la Iglesia.
Madre de la Iglesia.
Virgen del Adviento,
esperanza nuestra,
de Jesús la aurora,
de Jesús la aurora,
del cielo la puerta.
Madre de los hombres,
de la mar estrella,
llévanos a Cristo, de la mar estrella,
danos sus promesas.
la de gracia llena,
del Señor la esclava,
del mundo la Reina.
Alza nuestros ojos,
hacia tu belleza,
hacia tu belleza,
¡Amen!
viernes, 5 de diciembre de 2014
jueves, 4 de diciembre de 2014
DIÁCONO JORGE NOVOA: VENDRÁ COMO LADRÓN POR LA NOCHE...
En este archivo de audio, meditamos sobre la segunda carta de Pedro,en ella los falsos maestros preguntan burlonamente, ¿dónde quedó su Venida? El apóstol enseña a su comunidad lo que Dios ha revelado por su Hijo Jesucristo...
El vendrá, y por ello, hay que prepararse.. Cómo debo prepararme?
SI TÚ SUPIERAS- 770 AM- RADIO ORIENTAL- 18 A 19 HS
HANS URS VON BALTHASAR: II DOMINGO DE ADVIENTO (CICLO B)

Is 40,1-5.9-11 ; 2P 3,8-14 ; Mc 1,1-8
miércoles, 3 de diciembre de 2014
CARDENAL G.DANNELS: ESPERANZA Y CARIDAD

El que confía y espera en Dios debe entregarse enteramente a los hombres como Él. La esperanza se vuelca en la caridad. Esto supone un delicado equilibrio entre dos actitudes: esperar en la confianza y remangarse para entrar en acción. El cristiano se parece al que está sentado en el borde de una silla. Está sentado sobre aquello que dispone de un apoyo seguro: la esperanza. Y en el borde de la silla, porque está dispuesto a levantarse y pagar personalmente. La "poltrona del holgazán" no forma parte del mobiliario.
No se otorga una confianza plena a Dios si no se le ama. Y no se puede amar a Dios si no se ama al prójimo. Así la fe conduce a la esperanza y la esperanza conduce al amor.
Por otra parte nunca esperamos para nosotros mismos. La esperanza no alcanza su término mientras no se extiende a todos los hombres dentro del universo ¿Cómo puedo esperar el cielo con alegría si sé que allí me encontraré completamente solo?
Fe, esperanza y caridad son las tres grandes virtudes que no pueden prescindir una de otra. La fe ve lo que ya existe, la esperanza nos propone lo que vendrá; la caridad ama lo que existe, la esperanza se ocupa ya de lo que será. En nuestro tiempo,¿la esperanza seguirá siendo la virtud más grande?Como quiera que sea, las tres se mantienen recíprocamente en equilibrio y las tres son necesarias.
martes, 2 de diciembre de 2014
SAN JUAN PABLO II: VIENE EL SEÑOR
Adviento
quiere decir Dios que viene, porque quiere que «todos los hombres sean
salvos y vengan al conocimiento de la verdad» (1 Tim 2, 4). Viene porque
ha creado al mundo y al hombre por amor, y con él ha establecido el
orden de la gracia. Pero viene «por causa del pecado», viene «a pesar
del pecado», viene para quitar el pecado.
Por eso
no nos extrañamos de que, en la noche de Navidad, no encuentre sitio en
las casas de Belén y deba nacer en un establo (en la cueva que servía de
refugio a los animales).
Pero lo más importante es el hecho de que Él viene.
El
Adviento de cada año nos recuerda que la gracia, es decir, la voluntad
de Dios para salvar al hombre, es más poderosa que el pecado.
CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO Y LA DISCIPLINA DE LOS SACRAMENTOS: EL ADVIENTO

- espera-memoria de la primera y humilde venida del Salvador en nuestra carne mortal; espera-súplica de la última y gloriosa venida de Cristo, Señor de la historia y Juez universal;
- conversión, a la cual invita con frecuencia la Liturgia de este tiempo, mediante la voz de los profetas y sobre todo de Juan Bautista: "Convertios, porque está cerca el reino de los cielos" (Mt 3,2);
- esperanza gozosa de que la salvación ya realizada por Cristo (cfr. Rom 8,24-25) y las realidades de la gracia ya presentes en el mundo lleguen a su madurez y plenitud, por lo que la promesa se convertirá en posesión, la fe en visión y "nosotros seremos semejantes a Él porque le veremos tal cual es" (1 Jn 3,2)
La piedad popular es sensible al tiempo de Adviento, sobre todo en cuanto memoria de la preparación a la venida del Mesías. Está sólidamente enraizada en el pueblo cristiano la conciencia de la larga espera que precedió a la venida del Salvador. Los fieles saben que Dios mantenía, mediante las profecías, la esperanza de Israel en la venida del Mesías.
A la piedad popular no se le escapa, es más, subraya llena de estupor, el acontecimiento extraordinario por el que el Dios de la gloria se ha hecho niño en el seno de una mujer virgen, pobre y humilde. Los fieles son especialmente sensibles a las dificultades que la Virgen María tuvo que afrontar durante su embarazo y se conmueven al pensar que en la posada no hubo un lugar para José ni para María, que estaba a punto de dar a luz al Niño (cfr. Lc 2,7).
Con referencia al Adviento han surgido diversas expresiones de piedad popular, que alientan la fe del pueblo cristiano y transmiten, de una generación a otra, la conciencia de algunos valores de este tiempo litúrgico.
La Corona de Adviento
La colocación de cuatro cirios sobre una corona de ramos verdes, que es costumbre sobre todo en los países germánicos y en América del Norte, se ha convertido en un símbolo del Adviento en los hogares cristianos.
La Corona de Adviento, cuyas cuatro luces se encienden progresivamente, domingo tras domingo hasta la solemnidad de Navidad, es memoria de las diversas etapas de la historia de la salvación antes de Cristo y símbolo de la luz profética que iba iluminando la noche de la espera, hasta el amanecer del Sol de justicia (cfr. Mal 3,20; Lc 1,78).
Las Procesiones de Adviento
En el tiempo de Adviento se celebran, en algunas regiones, diversas procesiones, que son un anuncio por las calles de la ciudad del próximo nacimiento del Salvador (la "clara estrella" en algunos lugares de Italia), o bien representaciones del camino de José y María hacia Belén, y su búsqueda de un lugar acogedor para el nacimiento de Jesús (las "posadas" de la tradición española y latinoamericana).
Las "Témporas de invierno"
En el hemisferio norte, en el tiempo de Adviento se celebran las "témporas de invierno". Indican el paso de una estación a otra y son un momento de descanso en algunos campos de la actividad humana. La piedad popular está muy atenta al desarrollo del ciclo vital de la naturaleza: mientras se celebran las "témporas de invierno", las semillas se encuentran enterradas, en espera de que la luz y el calor del sol, que precisamente en el solsticio de invierno vuelve a comenzar su ciclo, las haga germinar.
Donde la piedad popular haya establecido expresiones celebrativas del cambio de estación, consérvense y valórense como tiempo de súplica al Señor y de meditación sobre el significado del trabajo humano, que es colaboración con la obra creadora de Dios, realización de la persona, servicio al bien común, actualización del plan de la Redención.
La Virgen María en el Adviento
Durante el tiempo de Adviento, la Liturgia celebra con frecuencia y de modo ejemplar a la Virgen María: recuerda algunas mujeres de la Antigua Alianza, que eran figura y profecía de su misión; exalta la actitud de fe y de humildad con que María de Nazaret se adhirió, total e inmediatamente, al proyecto salvífico de Dios; subraya su presencia en los acontecimientos de gracia que precedieron el nacimiento del Salvador. También la piedad popular dedica, en el tiempo de Adviento, una atención particular a Santa María; lo atestiguan de manera inequívoca diversos ejercicios de piedad, y sobre todo las novenas de la Inmaculada y de la Navidad.
Sin embargo, la valoración del Adviento "como tiempo particularmente apto para el culto de la Madre del Señor" no quiere decir que este tiempo se deba presentar como un "mes de María".
En los calendarios litúrgicos del Oriente cristiano, el periodo de preparación al misterio de la manifestación (Adviento) de la salvación divina (Teofanía) en los misterios de la Navidad-Epifanía del Hijo Unigénito de Dios Padre, tiene un carácter marcadamente mariano. Se centra la atención sobre la preparación a la venida del Señor en el misterio de la Deípara. Para el Oriente, todos los misterios marianos son misterios cristológicos, esto es, referidos al misterio de nuestra salvación en Cristo. Así, en el rito copto durante este periodo se cantan las Laudes de María en los Theotokia; en el Oriente sirio este tiempo es denominado Subbara, esto es, Anunciación, para subrayar de esta manera su fisonomía mariana. En el rito bizantino se nos prepara a la Navidad mediante una serie creciente de fiestas y cantos marianos.
La solemnidad de la Inmacualada (8 de Diciembre), profundamente sentida por los fieles, da lugar a muchas manifestaciones de piedad popular, cuya expresión principal es la novena de la Inmaculada. No hay duda de que el contenido de la fiesta de la Concepción purísima y sin mancha de María, en cuanto preparación fontal al nacimiento de Jesús, se armoniza bien con algunos temas principales del Adviento: nos remite a la larga espera mesiánica y recuerda profecías y símbolos del Antiguo Testamento, empleados también en la Liturgia del Adviento.
Donde se celebre la Novena de la Inmaculada se deberían destacar los textos proféticos que partiendo del vaticinio de Génesis 3,15, desembocan en el saludo de Gabriel a la "llena de gracia" (Lc 1,28) y en el anuncio del nacimiento del Salvador (cfr. Lc 1,31-33).
Acompañada por múltiples manifestaciones populares, en el Continente Americano se celebra, al acercarse la Navidad, la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe (12 de Diciembre), que acrecienta en buena medida la disposición para recibir al Salvador: María "unida íntimamente al nacimiento de la Iglesia en América, fue la Estrella radiante que iluminó el anunció de Cristo Salvador a los hijos de estos pueblos".
lunes, 1 de diciembre de 2014
DIÁCONO JORGE NOVOA: ESPERAR Y CONFIAR EN EL SEÑOR
Este archivo de audio, propio del tiempo del Adviento nos introduce en la vigilancia del corazón, fundamento de la vida del creyente, velar y orar nos ayudarán a prepararnos adecuadamente...
Ñ SI TÚ SUPIERAS, 770am, RADIO ORIENTAL, 18 a 19 HS.
Ñ SI TÚ SUPIERAS, 770am, RADIO ORIENTAL, 18 a 19 HS.
DIÁC. JORGE NOVOA: EL ECLIPSE DE LA ANTROPOLOGÍA CRISTIANA

Leyes contrarias a la dignidad de la persona humana se suceden en nuestros parlamentos. Incremento de la violencia en las calles. Desenfreno en la utilización de bebidas alcohólicas y drogas. Proliferación de “centros de reclusión para ancianos”, y podríamos, a este recetario que presenta la cultura actual en muchas de nuestras ciudades, con diversos matices según los países, seguirle agregando otros males que la aquejan.
El individualismo, el consumismo, los estados erigidos en dios, y los líderes políticos como si fueran semi-dioses a los que hay que prestar una adhesión cuasi-religiosa, son algunos de los condimentos actuales de nuestra América Latina. La economía es el nombre clave para la felicidad que se denomina bienestar, y los encargados de guiarla son los profetas modernos. Los centros de poder económicos dan las directivas a gobiernos de derecha e izquierda, que las cumplen celosamente.
Está desapareciendo progresivamente la antropología cristiana que sustentaba nuestras culturas, con diversa cooperación desde los mismos centros de estudio cristiano. La secularización imperante ha marcado de modo diverso a los países latinoamericanos, sin prisa pero sin pausa, con nuevos modelos antropológicos. Esos, que ya presagiaban los obispos en el documento final de Puebla.
Esta visión inmanente imperante se torna sofocante. Nos hemos habituado a conversar sobre divorcios, suicidios, drogas, relaciones sexuales entre jovencitos adolescentes, malos tratos, depresión Editary pánico. Babilonia está instalada o en vías de instalación, ella es la prefiguración de la ciudad pagana de todos los tiempos, en donde todo se compra y todo se vende…(Ap 17-18)
Ante este panorama, cabe leer la Escritura y recordar el consejo del libro del Apocalipsis: son necesarias, “la paciencia y la fe de los santos”(13,10). Resistiendo activamente a los modelos antropológicos propuestos en programas educativos, leyes y medios. Con comunidades valientes, dispuestas a dar testimonio de la Verdad. Generando espacios de verdadera libertad para servir al bien común. Sería lamentable, que la caída de la Babilonia actual, cosa que el Señor nos ha prometido(14,8), nos encuentre entre los que la lloran a distancia...
El individualismo, el consumismo, los estados erigidos en dios, y los líderes políticos como si fueran semi-dioses a los que hay que prestar una adhesión cuasi-religiosa, son algunos de los condimentos actuales de nuestra América Latina. La economía es el nombre clave para la felicidad que se denomina bienestar, y los encargados de guiarla son los profetas modernos. Los centros de poder económicos dan las directivas a gobiernos de derecha e izquierda, que las cumplen celosamente.
Está desapareciendo progresivamente la antropología cristiana que sustentaba nuestras culturas, con diversa cooperación desde los mismos centros de estudio cristiano. La secularización imperante ha marcado de modo diverso a los países latinoamericanos, sin prisa pero sin pausa, con nuevos modelos antropológicos. Esos, que ya presagiaban los obispos en el documento final de Puebla.
Esta visión inmanente imperante se torna sofocante. Nos hemos habituado a conversar sobre divorcios, suicidios, drogas, relaciones sexuales entre jovencitos adolescentes, malos tratos, depresión Editary pánico. Babilonia está instalada o en vías de instalación, ella es la prefiguración de la ciudad pagana de todos los tiempos, en donde todo se compra y todo se vende…(Ap 17-18)
Ante este panorama, cabe leer la Escritura y recordar el consejo del libro del Apocalipsis: son necesarias, “la paciencia y la fe de los santos”(13,10). Resistiendo activamente a los modelos antropológicos propuestos en programas educativos, leyes y medios. Con comunidades valientes, dispuestas a dar testimonio de la Verdad. Generando espacios de verdadera libertad para servir al bien común. Sería lamentable, que la caída de la Babilonia actual, cosa que el Señor nos ha prometido(14,8), nos encuentre entre los que la lloran a distancia...
miércoles, 26 de noviembre de 2014
HANS URS VON BALTHASAR: PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO (CICLO B)

Is 63,16b-17.19b ; 64, 3-7 ; 1 Co 1,3-9 ; Mc 13, 33-37
MEDJUGORJE 25 DE NOVIEMBRE
“Queridos
hijos! De modo especial hoy los invito a la oración. Oren, hijitos,
para que comprendan quiénes son y a dónde deben ir. Sean portadores de
la Buena Nueva y gente de esperanza. Sean amor para todos aquellos que
están sin amor. Hijitos, podrán ser y realizar todo solamente si oran y
están abiertos a la voluntad de Dios, a Dios, que desea conducirlos a la
vida eterna. Yo estoy con ustedes e intercedo día tras día por ustedes
ante mi Hijo Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado. ”
martes, 25 de noviembre de 2014
DIÁCONO JORGE NOVOA: MEDITACIONES (AUDIOS) SOBRE EL ADVIENTO
MÍRANOS OH MILAGROSA!!!
MÍRANOS OH MILAGROSA,
MÍRANOS MADRE DE AMOR
MÍRANOS QUE TU MIRADA
NOS DARÁ LA SALVACIÓN...
viernes, 21 de noviembre de 2014
SEXTO ANIVERSARIO DEL BLOG
Nuevamente ponemos a los pies de la Virgen nuestro corazón, para que Ella se lo presenté a su Hijo,y nos alcance de Él su bendición...
jueves, 20 de noviembre de 2014
FERNANDO LEIVA EN MONTEVIDEO
FERNANDO LEIVA EN CONCIERTO

Tenemos la enorme alegría de invitarte a compartir con nosotros una noche con Fernando Leiva, el cantautor chileno compartirá con nosotros sus canciones. La comunidad de la Parroquia María Reina de la Paz abre sus puertas para compartir la presencia de Fernando Leiva en Montevideo.
Lunes 24 -hora 20
Parroquia María Reina de la Paz.
Parroquia María Reina de la Paz.
(Entrada gratuita, los que puedan colaborarán con $ 100)
martes, 18 de noviembre de 2014
ENCUENTROS CON JESÚS 22 DE NOVIEMBRE
ENCUENTROS CON JESÚS- 22 DE NOVIEMBRE
PARROQUIA MARÍA REINA DE LA PAZ

"NO MEREZCO LLAMARME HIJO TUYO....TRATAME COMO A UNO DE TUS JORNALEROS"...
16- Adoración
16.30 Predicación Diác. Jorge Novoa
17.30 Paseo con el Santísimo Sacramento
18.15 Santo Rosario (Jardín de la Virgen)
19.00 Santa Misa (Preside.P. Sebastián Pinazzo)
Desde las 17 hs habrá confesiones, y luego de la Santa Misa tendremos la oración con la imposición de manos.
Retiro espiritual abierto y gratuito.Invita a tus amigos o familiares, especialmente a los que están alejados.
jueves, 13 de noviembre de 2014
OBISPO DE MOSUL, BIENAVENTURADOS LOS QUE LLORAN ..!
La entrevista es en Inglés, pero las imágenes son elocuentes, acongojado por no poder celebrar a Santa Shmuni (madre de los Macabeos), es la primera vez que en 1500 años que no encuentran lugar para celebrar...Bienaventurados los que lloran!
miércoles, 12 de noviembre de 2014
HANS URS VON BALTHASAR: TRIGÉSIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Pr 31,10-13.19-20.30-31; 1 Ts 5,1-6; Mt 25,14-30
En el evangelio se habla de las cuentas que el hombre ha de rendir ante Dios. El Creador ha confiado sus bienes a las criaturas- y el Redentor a los redimidos-: a cada cual según su capacidad, de una forma, por lo tanto, estrictamente personal. Los talentos son importantes cantidades de dinero, pero nosotros hablamos de talentos espirituales, que se dan también a cada cual personalmente: se nos han entregado en calidad de administradores y por eso mismo debemos trabajar con ellos no para nosotros mismos, en beneficio propio, sino para Dios. Pues nosotros mismos, con todo lo que tenemos, nos debemos a Dios.
En la parábola el amo se va de viaje al extranjero y nosotros, sus empleados, nos quedamos con toda su hacienda; pero naturalmente los talentos deben producir algo de ganancia. El empleado negligente y holgazán no quiere ver en esto la bondad, sino la severidad del amo, y se embolla en las contradicciones: Siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Si realmente veía en el talento que se le había confiado una prueba de la severidad del amo, debería haber trabajado con mayor motivo; pero su supuesto miedo le hizo olvidar que en la misma naturaleza de los dones confiados está el que éstos produzcan su fruto. Dios nos ofrece, a nosotros los vivientes, algo que está vivo y que debe crecer. No tiene sentido enterrarlo bajo tierra como si fuera algo muerto, porque entonces ya no podremos devolvérselo a Dios como el don viviente que nos ha sido confiado. A los empleados fieles, por el contrario, a los que le devuelven el don que se les ha confiado junto con sus frutos, Dios les da como recompensa una fecundidad incalculable, eterna.
Pablo nos advierte en la segunda lectura que no debemos demorar nuestras buenas obras, porque no sabemos cuándo llegará el día en que infaliblemente hemos de dar cuentas a Dios de nuestros actos. Nosotros no vivimos en las tinieblas, sino que somos hijos del día, del tiempo en que se debe trabajar. Los demás, los que prefieren dormir, pretenden fabricarse un mundo en el que haya paz y seguridad, en el que se pueda tranquilamente holgar y dormir; pero nuestra vida temporal, privada o pública, no está configurada de ese modo. Precisamente cuando los hombres se han instalado cómodamente en la seguridad, sobreviene de improviso la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta. La paz no viene por sí misma: ésta sólo se puede conseguir, en caso de que pueda lograrse en la tierra, mediante un esfuerzo sobrio y claro como la luz del día. Pero el que realiza este esfuerzo con un espíritu auténticamente cristiano está siempre preparado para dar cuentas a Dios y el día del Señor no puede sorprenderle como un ladrón.
El Antiguo Testamento pone ante nuestros ojos en la primera lectura el modelo de este compromiso genuinamente cristiano en la mujer hacendosa. El cristiano, ante esta trabajadora ejemplar, piensa enseguida en María: Su marido se fía de ella; Cristo puede confiarle todos sus bienes, pues le trae ganancias y no pérdidas. Gracias a su sí, a su perfecta disponibilidad para todo, para la encarnación, para el abandono, para la cruz, para su incorporación a la Iglesia: gracias a todo lo que ella es y hace, puede él construir lo mejor de lo que Dios ha proyectado con esta creación y redención. En medio de los múltiples pecadores que dicen no y fracasan, ella es la inmaculada, la Iglesia sin mancha ni arruga. Cantadle por el éxito de su trabajo. E incluso desde el cielo se ve que a ella se le encomienda la gran tarea de la parábola: Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre.
En la parábola el amo se va de viaje al extranjero y nosotros, sus empleados, nos quedamos con toda su hacienda; pero naturalmente los talentos deben producir algo de ganancia. El empleado negligente y holgazán no quiere ver en esto la bondad, sino la severidad del amo, y se embolla en las contradicciones: Siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Si realmente veía en el talento que se le había confiado una prueba de la severidad del amo, debería haber trabajado con mayor motivo; pero su supuesto miedo le hizo olvidar que en la misma naturaleza de los dones confiados está el que éstos produzcan su fruto. Dios nos ofrece, a nosotros los vivientes, algo que está vivo y que debe crecer. No tiene sentido enterrarlo bajo tierra como si fuera algo muerto, porque entonces ya no podremos devolvérselo a Dios como el don viviente que nos ha sido confiado. A los empleados fieles, por el contrario, a los que le devuelven el don que se les ha confiado junto con sus frutos, Dios les da como recompensa una fecundidad incalculable, eterna.
Pablo nos advierte en la segunda lectura que no debemos demorar nuestras buenas obras, porque no sabemos cuándo llegará el día en que infaliblemente hemos de dar cuentas a Dios de nuestros actos. Nosotros no vivimos en las tinieblas, sino que somos hijos del día, del tiempo en que se debe trabajar. Los demás, los que prefieren dormir, pretenden fabricarse un mundo en el que haya paz y seguridad, en el que se pueda tranquilamente holgar y dormir; pero nuestra vida temporal, privada o pública, no está configurada de ese modo. Precisamente cuando los hombres se han instalado cómodamente en la seguridad, sobreviene de improviso la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta. La paz no viene por sí misma: ésta sólo se puede conseguir, en caso de que pueda lograrse en la tierra, mediante un esfuerzo sobrio y claro como la luz del día. Pero el que realiza este esfuerzo con un espíritu auténticamente cristiano está siempre preparado para dar cuentas a Dios y el día del Señor no puede sorprenderle como un ladrón.
El Antiguo Testamento pone ante nuestros ojos en la primera lectura el modelo de este compromiso genuinamente cristiano en la mujer hacendosa. El cristiano, ante esta trabajadora ejemplar, piensa enseguida en María: Su marido se fía de ella; Cristo puede confiarle todos sus bienes, pues le trae ganancias y no pérdidas. Gracias a su sí, a su perfecta disponibilidad para todo, para la encarnación, para el abandono, para la cruz, para su incorporación a la Iglesia: gracias a todo lo que ella es y hace, puede él construir lo mejor de lo que Dios ha proyectado con esta creación y redención. En medio de los múltiples pecadores que dicen no y fracasan, ella es la inmaculada, la Iglesia sin mancha ni arruga. Cantadle por el éxito de su trabajo. E incluso desde el cielo se ve que a ella se le encomienda la gran tarea de la parábola: Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre.
martes, 11 de noviembre de 2014
MONSEÑOR DANIEL STURLA: CREEMOS...
NADA HAY MAS NUESTRO QUE NUESTRA MADRE
Y aún los que nos hemos criado entre varios hermanos sentimos que la madre es de cada uno… Aún más los que no han tenido la alegría de esta relación tan especial la sienten en el corazón como una realidad llena de nostalgia …. Por eso estar aquí junto a María nos pone en esta sintonía de hijos con la madre. María es nuestra, es mía… venimos de distintas partes representando a todo el Pueblo de Dios que peregrina en nuestra tierra… Todo el Pueblo de Dios, obispos, sacerdotes, laicos, consagrados,,, venimos con nuestras “cuitas” a la Virgen, yo trato siempre de poner una intención pero se me cuelan dos, tres, cuatro, le digo a María te las presento todas, vos sabrás!!!!! Claro que traemos nuestros pedidos pero que bueno que piropeemos a la Virgen con las palabras de la Escritura, con ésas de la primera lectura dirigidas a Judith: Tú eres la gloria de Jerusalén. El orgullo de Israel, el insigne honor de nuestra raza. Y las completamos con el evangelio, con esas hermosas palabras que Isabel dirigió a su prima que la visita: “Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre…”
La Virgen de los Treinta y Tres
Entre tantas advocaciones marianas
queridas, hoy celebramos a la Virgen de los Treinta y Tres, a esta Madre
la sabemos bien nuestra… Imagencita de madera americana, manos de
indios que la tallaron, gauchos y chinas que la veneraron… nombre
hermoso: Virgen del Pintado, fundadora de la entonces villa de san
Fernando de la Florida, y luego protagonista de la gesta patria… porque
aquí dimos un paso de gigante en esa lucha por la libertad que tanto nos
costó… Y aquellos próceres no dudaron en poner la patria naciente bajo
la protección de María. Fue así que por clamor popular la imagencita del
Pintado pasó a ser, en la voz del pueblo. la Virgencita de los Treinta y
Tres… Junto a ella, podemos dejar por un rato nuestras peticiones
particulares y si hacemos silencio, podemos escuchar un murmullo que nos
viene del centro de esta plaza con ecos más que centenarios…
“Es la voz de la patria pide gloria, yo
obedezco esa voz a su llamado siento en el alma abiertos los sepulcros
que pueblan mi memoria, y en el sudario envueltos de la historia
levantarse sus muertos…!” Así comienza la Leyenda Patria de Don Juan
Zorrilla de San Martín Por primera vez fue recitada aquí en esta plaza
de Florida el 19 de mayo de 1879 cuando se inauguró el monumento a la
independencia del centro de la plaza. La historia nos dice que este
poema había quedado fuera del concurso que se había convocado porque era
más largo de lo estipulado, pero se le pidió a Zorrilla que lo
recitara. Cuando terminó con aquella estrofa solemne… Protege oh Dios la
tumba de los libres, protege a nuestra patria independiente que inclina
a Ti tan sólo, sólo ante ti la coronada frente. Todos vibraban y
vitoreaban al poeta. En medio de la emoción general, el ganador del
concurso literario se quitó la medalla de su pecho y se la colocó a
Zorrilla… Magnanimidad
Recordar hoy aquí esta noble actitud con
el trasfondo de la Leyenda Patria nos habla de una virtud esencial en
los momentos que vivimos en nuestra patria y que queremos pedir ala
Santísima Virgen: Se trata de la magnanimidad… ¿Que quiere decir esta
palabra? Grandeza de alma… alma grande como la que tienen los hombres de
todas las latitudes que no se dejan envolver en lo mezquino, lo
pequeño, el enredo de las cosas, la turbiedad del río revuelto… sino que
miran a lo lejos, apuntan hacia lo que vale la pena, apuestan por la
limpidez del azul del cielo. ¡Las cosas de arriba! Celebramos esta
fiesta de la Virgen entre dos instancias electorales. Hemos dado al
mundo como otras veces un testimonio de ejemplar conducta cívica.
Públicamente se discrepa con altura y la clase política uruguaya con sus
más y sus menos demuestra espíritu de diálogo. Pero es natural que en
estas épocas se dé la polarización. Sin duda es un llamado de atención.
En las redes sociales se cuelan muchas veces expresiones duras,
intolerantes, hasta crueles… y esto mismo a veces se refleja en palabras
de algunos cuando la mirada sobre el otro no es de adversarios sino de
enemigos…. Saber ganar, saber perder, mirar más allá del propio color,
los colores de la patria… ser magnánimos. ¡Cuidado! sabemos lo que es el
enfrentamiento de hermanos… Los tuvimos con dureza durante os primeros
70 años de vida independiente, y luego en los años 60 y 70 vivimos
también enfrentamiento con armas entre orientales… Hoy vivimos en paz,
pero la paz se construye día a día, en el respeto al otro, al que piensa
distinto, al que es distinto…
Respeto a la dignidad de toda persona
No se trata de esa vaga tolerancia que
pretende que todas las ideas valen igual, no… Lo que vale es la persona
humana, la dignidad de cada uno… en el terreno de lo que pensamos,
discrepemos con libertad… No se trata para nosotros cristianos de
palabras “buenitas” o ingenuas, de acuerdo fácil.
- Creemos con toda el alma en Dios y queremos que nuestra cultura se impregne de evangelio sabiendo que el aroma de Jesús de Nazaret es el mejor perfume que pueden tener nuestra patria, nuestras leyes, nuestros hogares,,,, Pero en la defensa de nuestras convicciones no queremos destruir a nadie, queremos construir entre todos un país de hermanos, con libertad y justicia, con respeto a una verdad que nos trasciende. Una falsa tolerancia hacia la diversidad se ha transformado en intolerancia agresiva hacia convicciones profundas de nuestro ser cristianos…En esta sociedad plural también la Iglesia, forjadora de este Uruguay desde su cuna, tiene una palabra que decir… Ella amamantó a la patria naciente en la leche pura del evangelio, y tiene el derecho y el deber de seguir haciéndolo.Nuestras convicciones de cristianos Con sencillez y sin agravios pero con la firmeza más grande creemos – que la vida es un don del Creador y que nadie es enteramente dueño de su vida, por ello defendemos la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural
– Creemos que la diferencia sexual es querida por Dios y responde a un designio amoroso del Creador, que se hace patente en nuestra naturaleza.
– Creemos que separando lo que Dios ha unido terminamos no en la diversidad armoniosa sino en la uniformidad totalitaria… La sexualidad humana está unida al amor, al compromiso, a la transmisión de la vida, y Dios le ha dado el gozo del placer para hacer mayor nuestra alegría de vivir. Cuando se le van separando uno a uno estos elementos no crecemos en humanidad. Multiplicamos placeres pero no engendramos alegría… Los hijos dejan de ser un don recibido con gozo y pasan a ser una carga para algunos o un derecho a adquirir para otros. – Por eso respetando las situaciones diversas vividas muchas veces con dolor y respetando a cada persona más allá de su orientación, creemos en la familia formada por un matrimonio entre varón y mujer abierto al don de la vida.
- Creemos con toda el alma en Dios y queremos que nuestra cultura se impregne de evangelio sabiendo que el aroma de Jesús de Nazaret es el mejor perfume que pueden tener nuestra patria, nuestras leyes, nuestros hogares,,,, Pero en la defensa de nuestras convicciones no queremos destruir a nadie, queremos construir entre todos un país de hermanos, con libertad y justicia, con respeto a una verdad que nos trasciende. Una falsa tolerancia hacia la diversidad se ha transformado en intolerancia agresiva hacia convicciones profundas de nuestro ser cristianos…En esta sociedad plural también la Iglesia, forjadora de este Uruguay desde su cuna, tiene una palabra que decir… Ella amamantó a la patria naciente en la leche pura del evangelio, y tiene el derecho y el deber de seguir haciéndolo.Nuestras convicciones de cristianos Con sencillez y sin agravios pero con la firmeza más grande creemos – que la vida es un don del Creador y que nadie es enteramente dueño de su vida, por ello defendemos la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural
– Creemos que la diferencia sexual es querida por Dios y responde a un designio amoroso del Creador, que se hace patente en nuestra naturaleza.
– Creemos que separando lo que Dios ha unido terminamos no en la diversidad armoniosa sino en la uniformidad totalitaria… La sexualidad humana está unida al amor, al compromiso, a la transmisión de la vida, y Dios le ha dado el gozo del placer para hacer mayor nuestra alegría de vivir. Cuando se le van separando uno a uno estos elementos no crecemos en humanidad. Multiplicamos placeres pero no engendramos alegría… Los hijos dejan de ser un don recibido con gozo y pasan a ser una carga para algunos o un derecho a adquirir para otros. – Por eso respetando las situaciones diversas vividas muchas veces con dolor y respetando a cada persona más allá de su orientación, creemos en la familia formada por un matrimonio entre varón y mujer abierto al don de la vida.
- Creemos también en la libertad de
enseñanza garantizada por un estado que debe cumplir la constitución que
da a los padres el derecho a elegir la educación que desean para sus
hijos. -La Iglesia tiene experiencia educativa en nuestra tierra, desde
antes que naciera la república. Hoy somos más conscientes que en la
educación se juega un elemento clave de nuestro presente y futuro… Sobre
todo en los ambientes más pobres donde solo desde la educación se logra
que sea cada uno, con la ayuda de otros, artífice de su propia dignidad
y no deudor de fáciles favores. La Iglesia ha demostrado a través de
diversas instituciones que cuando se quiere se puede.
– Creemos que
sobre toda propiedad grava una hipoteca social, que no somos dueños
absolutos de lo que legítimamente poseemos sino que somos
administradores a los que Dios nos pedirá cuenta.
– Creemos que “la
religión pura y sin mancha delante de Dios es atender al huérfano y a la
viuda” es decir poner en el centro a los que más necesitan… como lo
tenemos en nuestra tradición nacional, es esa frase cargada de
sensibilidad evangélica de Artigas: “que los más infelices sean los más
privilegiados” La belleza de la vida cristiana
Queridos Hermanos: cuando en el evangelio
de hoy se nos narra la visita de María a su prima Isabel vemos plasmado
en este misterio de gozo el servicio y la alegría que son el testimonio
más patente del evangelio. María va a servir y se encuentra envuelta en
el gozo de la presencia del Dios hecho pequeño en su seno y reconocido
por la acción del Espíritu Santo: “¿Quién soy yo para que la Madre de mi
Señor venga a visitarme?” María responde en el colmo de la humildad y
la alegría: “Mi alma canta la grandeza del Señor”. La vida cristiana
está aquí en una síntesis maravillosa… La presencia del Señor en nuestro
interior nos empuja al servicio. Sirvo y vivo la grandeza de la
vocación… sirvo y experimento el gozo de Dios… La vida es servicio y el
servicio es la verdadera alegría… Gracias María, Madre y Maestra,
enséñanos a servir a nuestra patria.
Virgen de los Treinta y Tres – 9 noviembre 2014
martes, 4 de noviembre de 2014
PAPA FRANCISCO: EL DIABLO NO ES UN MITO
La vida cristiana es “un combate” contra el demonio, el
mundo y las pasiones de la carne. Es lo que ha afirmado el papa
Francisco en la misa de esta mañana en la capilla de la Casa Santa
Marta. El Pontífice, comentando un pasaje de la Carta de san Pablo a los
Efesios, ha reiterado que el diablo existe y nosotros “debemos luchar
contra él” con “la armadura” de la verdad.
“Fuerza y valentía”. El Santo Padre ha centrado su homilía en las
palabras de san Pablo que, dirigiéndose a los Efesios, “desarrolla en un
lenguaje militar la vida cristiana”. El Pontífice ha subrayado que “la
vida en Dios se debe defender, se debe luchar para llevarla adelante”.
Por tanto, se necesitan fuerza y valentía “para resistir y anunciar”.
Para “ir adelante en la vida espiritual”, ha señalado, se debe combatir.
No es un simple enfrentamiento, no, es un “combate continuo”. Francisco
ha recordado que son tres “los enemigos de la vida cristiana”: “el
demonio, el mundo y la carne”, es decir nuestras pasiones, “que son las
heridas del pecado original”. Ciertamente, ha observado, “la salvación
que nos da Jesús es gratuita”, pero estamos llamados a defenderla:
“¿De qué debo defenderme?¿Qué debo hacer? ‘Ponerme la armadura de
Dios’, nos dice Pablo, es decir lo que es de Dios nos defiende, para
resistir a las insidias del diablo. ¿Está claro? Claro. No se puede
pensar en una vida espiritual, digamos en una vida cristiana, sin
resistir a las tentaciones, sin luchar contra el diablo, sin ponerse
esta armadura de Dios, que nos da la fuerza y nos defiende”.
San Pablo, ha proseguido el Papa, destaca que “nuestra batalla” no es contra las cosas pequeñas, “si no contra los principados y las potencias, es decir contra el diablo y los suyos”.
San Pablo, ha proseguido el Papa, destaca que “nuestra batalla” no es contra las cosas pequeñas, “si no contra los principados y las potencias, es decir contra el diablo y los suyos”.
“Pero a esta generación --y a muchas otras-- se les ha hecho creer
que el diablo fuese un mito, una figura, una idea, la idea del mal. Pero
el diablo existe y nosotros debemos luchar contra él. Lo dice Pablo ¡no
lo digo yo! La Palabra de Dios lo dice. Pero nosotros no estamos tan
convencidos. Y después Pablo dice como es esta armadura de Dios, cuales
son las distintas armaduras que componen esta gran armadura de Dios. Y
él dice: ‘Estad firmes, pues, estad firmes, ceñida vuestra cintura con
la verdad’. Esta es una armadura de Dios: la verdad”.
“El diablo --ha dicho-- es el mentiroso, el padre de los mentirosos,
el padre de la mentira”. Y con san Pablo, ha reiterado que es necesario
tener “a los flancos la verdad, llevando la coraza de la justicia”. Por
lo tanto, ha indicado que “no se puede ser cristiano, sin trabajar
continuamente para ser justos. No se puede”. Una cosa que “nos ayudaría
mucho”, ha afirmado, “sería preguntarnos” si “¿creo o no creo?”. “Si
creo un poco sí y un poco no”. “¿Soy un poco mundano y un poco
creyente?”. Y ha evidenciado que “sin fe no se puede seguir adelante, no
se puede defender la salvación de Jesús”. “Necesitamos el escudo de la
fe”, porque “el diablo no nos lanza flores”, sino “flechas en llamas”
para matarnos. Francisco ha exhortado, pues, a tomar “el yelmo de la
salvación y la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios”. Y ha
invitado a rezar constantemente, a velar “con oraciones y súplicas”:
“La vida es una milicia. La vida cristiana es una lucha, una lucha
bellísima, porque cuando el Señor vence en cada paso de nuestra vida,
nos da una alegría, una felicidad grande: esa alegría porque el Señor ha
vencido en nosotros, con la gratuidad de su salvación. Pero sí, todos
somos un poco vagos, no, en la lucha, y nos dejamos llevar adelante por
las pasiones, por algunas tentaciones. Es porque somos pecadores,
¡todos! Pero no os desaniméis. Valentía y fuerza, porque el Señor está
con nosotros”.
Ciudad del Vaticano, (Zenit.org)
martes, 28 de octubre de 2014
PAPA FRANCISCO: CRISTIANOS DE LA LUZ O LAS TINIEBLAS?

Los hombres se reconocen por sus palabras. San Pablo – afirmó el Papa – al invitar a los cristianos a comportarse como hijos de la luz y no como hijos de las tinieblas, “hace una catequesis sobre la palabra”. Y dijo que hay cuatro palabras para entender si somos hijos de las tinieblas:
“¿Es palabra hipócrita? ¿Un poco de acá, un poco de allá, para estar bien con todos? ¿Es una palabra vacía, sin sustancia, llena de vacuidad? ¿Es una palabra vulgar, trivial, es decir mundana? ¿Una palabra sucia, obscena? Estas cuatro palabras no son las de los hijos de la luz, no vienen del Espíritu Santo, no vienen de Jesús, no son palabras evangélicas… este modo de hablar, hablar siempre de cosas sucias o de mundanidad o de vacuidad o hablar hipócritamente”.
¿Cuál es, por tanto – se preguntó Francisco – la palabra de los Santos, es decir la de los hijos de la luz?
“Lo dice Pablo: ‘Háganse imitadores de Dios: caminen en la caridad; caminen en la bondad; caminen en la mansedumbre. Quien camina así... ‘Sean misericordiosos – dice Pablo – perdonándose recíprocamente, como Dios los ha perdonado a ustedes en Cristo. Háganse, por lo tanto, imitadores de Dios y caminen en la caridad’, es decir, caminen en la misericordia, en el perdón, en la caridad. Ésta es la palabra de un hijo de la luz”.
El Santo Padre observó además que hay cristianos “luminosos, llenos de luz”, que tratan de servir al Señor con esta luz y añadió que hay “cristianos tenebrosos” que conducen “una vida de pecado, una vida alejada del Señor” y que usan esas cuatro palabras que “son del maligno”. “Pero hay un tercer grupo de cristianos”, que no son “luminosos ni oscuros”:
“Son los cristianos grises. Y estos cristianos grises una vez están de esta parte, y otra vez de aquella. La gente dice de éstos: ‘Pero esta persona ¿está bien con Dios o con el diablo?’ ¡Eh! Siempre en el gris. Son los tibios. No son ni luminosos ni oscuros. Y a éstos Dios no los ama. En el Apocalipsis, el Señor a estos cristianos grises les dice: ‘Pero no, tú no eres ni caliente, ni frío. Ojalá fueras caliente o frío. Pero porque eres tibio – tan gris – estoy por vomitarte de mi boca’. El Señor es fuerte con los cristianos grises. ‘Yo soy cristiano, ¡pero sin exagerar!’ dicen, y hacen tanto mal, porque su testimonio cristiano es un testimonio que, al final, siembra confusión, siembra un testimonio negativo”.
No nos dejemos engañar por las palabras vacías – fue la exhortación del Papa Francisco – “oímos tantas, algunas bellas, bien dichas, pero vacías, sin nada adentro”. Comportémonos en cambio como hijos de la luz. Y concluyó diciendo: “Nos hará bien hoy pensar en nuestro lenguaje y preguntarnos: ¿Soy cristiano de la luz? ¿Soy cristiano de la oscuridad? ¿Soy cristiano gris? Y así podemos dar un paso adelante para encontrar al Señor”.
(María Fernanda Bernasconi - RV).
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