Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con él.
Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.» El se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados. (Mc 5,19-20)
Jesús liberó a este hombre, que vivía en la zona de los Gerasenos, poseído por un espíritu inmundo. Son muchas las narraciones evangélicas que dan cuenta de las liberaciones obradas por el Señor. Ya lo había anunciado en la sinagoga de Nazaret, el Espíritu del Señor lo capacita para liberar a los cautivos. Como expresa san Cirilo:"Observemos el invencible poder de Cristo: castiga a Satanás, para el cual son fuego y llama sus palabras, según el salmista: "Derritiéronse como cera los montes a la presencia del Señor" ( Sal 96,5), esto es, los poderes sublimes y magníficos". Como una rayo, venido desde el cielo, irrumpe la orden del Señor : "Sal, espíritu inmundo, de ese hombre".
Algunos han afirmado, que estos exorcismos realizados por el Señor, eran en realidad trastornos mentales de sus interlocutores. Seguramente, existieron muchos hombres con trastornos mentales, al igual que hoy. No parece razonable pensar que Jesús, equivocara sus diagnósticos, y diera una orden como la que aparece aquí, a un transtorno mental. La orden claramente está orientada a un ser personal. Incluso el testimonio, que el Señor le pide que dé, seguramente sería por la liberación que alcanzó por medio de su Palabra.
Cuál es el final de esta historia? Jesús qué le propone? El hombre ha recibido tanto, que quiere irse con Jesús, pero el Señor le revela los planes que tiene para él. Estamos ante un caso claro, de uno que no ha sido llamado a ser de los círculos más cercanos, ni de los 12 o los 72 ( según san Lucas), ha sido llamado a dar testimonio en la región en que vive.
Lo envía a su casa y a los suyos, para que les cuente la compasión que tuvo el Señor con él. Cuánto bien puede obrar el Señor por un testimonio! Cuántos corazones se abren al anuncio del Evangelio,por alguien que nos cuenta lo que el Señor ha hecho en su vida! Que poderosa Palabra se esconde en el testimonio!
Seguramente te cueste compartir con otros lo que Dios ha hecho en tu vida, a veces sentimos sobre nuestras espaldas un peso que nos agobia, creemos no estar capacitados, buscamos como hacerlo de la mejor manera, nos comparamos con otros y concluimos abandonando el intento de dar testimonio.
En realidad, todo es más sencillo, Jesús nos dice que le contemos a los nuestros, en una conversación sencilla, sin buscar palabras especiales, con un diálogo que brote de un corazón agradecido.Cristo va contigo. Tu testimonio vuela hacia el corazón de el otro, custodiado por el Espíritu Santo, que lo potencia.
El endemoniado de Gerasa pudo poner muchos reparos, para realizar lo que le pidieron, ha sido enviado a dar testimonio, lo demás, lo que ocurre con esa palabra al ser escuchada, eso ya corresponde al ámbito de Dios. Únicamente los testigos podrán contar las maravillas de Dios.
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