Qué podría ser mejor para iniciar el año, de este calendario Gregoriano, que hacerlo contemplando a María Madre de Dios!!! La Iglesia asistida por el Espíritu Divino clarificó esta verdad, en medio de las controversias teológicas que aparecen siempre a lo largo de la historia. Algunas más dañinas y virulentas, y otras más solapadas.
Ella es la Teotokos, la Madre de Dios, éste título se aplica plenamente a la Virgen y esclarece el vínculo estrecho que se establece con su Hijo, y con la obra de la Redención. El Verbo Eterno del Padre, se encarnó en el vientre purísimo de María, y allí se fue formando esa naturaleza humana, que estaría unida a la persona Divina. Una persona divina y dos naturalezas, una divina eterna y otra humana, fruto del don de María. María no es la Madre de una parte, debido a la inexistencia de ella, como aquellos que querían llamarla Cristotokos, para atribuirle una relación exclusivamente con la naturaleza humana.
María en orden a la misión de ser la Madre de Dios, recibe otras prerrogativas que se definirán dogmáticamente a lo largo del tiempo. Hay un vínculo estrecho y definitivo, que se estableció con la Encarnación, entre lo humano y lo divino y que tuvo en María un protagonismo esencial...
Te saludamos con la Iglesia María, Madre de Dios. Bendita hija del Padre Eterno. Madre bondadosa de Nuestro Señor y Bellísima esposa del Espíritu Divino...
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