“Tu vida está más segura en mis manos que en las tuyas ¿Crees esto?” Todo discípulo en su caminar, junto al maestro, en algún momento de su vida siente que en esta frase se encuentra el núcleo de la propuesta del Señor. Alguno puede pensar, que esto encierra cierta pasividad, lejos está la palabra del Señor de proponernos una actitud irresponsable.
La Iglesia custodia, interpreta y enseña la Revelación de Dios. Allí aprendemos a escuchar “la voz del Señor”, y rápidamente comprendemos que sus caminos difieren de los nuestros, decía Isaías, como dista el cielo de la tierra, así distan mis caminos de los tuyos…
Los caminos de Dios nos invitan a confiar, a no temer, incluso al cruzar valles oscuros nos tranquilizan anunciándonos, que su cayado nos protege. Confía. Esta es la experiencia primera en el camino de la santificación, si no te animas a confiar, siempre estarás atascado en tus propias seguridades. Dios es los único sólido, su amor es fiel y permanece a tu lado invitándote a confiar…“Tu vida está más segura en mis manos que en las tuyas ¿Crees esto?
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