domingo, 1 de enero de 2023

DIÁCONO JORGE NOVOA:NO TENGAS MIEDO, SIGUE HABLANDO...


9  El Señor dijo a Pablo durante la  noche en una visión: «No tengas miedo. Sigue hablando y no te calles. (Hech 18,9)

La misión de Pablo en Corinto se abre camino en medio de adversidades, hostilidades de las autoridades que buscan silenciar el mensaje del  Evangelio. El Señor viene en auxilio del apóstol Pablo, para que las presiones exteriores no produzcan inquietudes interiores. Ante tanta adversidad, viene el enemigo a sembrar la pregunta:”lo querrá Dios? Será ésta su voluntad?”. El Señor viene en nuestro auxilio para desbaratar los laberintos maquinados por el tentador.

“No tengas miedo”. El miedo distorsiona la visión, incluso lo que era conocido aparece confuso. El miedo amordaza, paraliza, pone en cuestión el camino emprendido. El miedo esclaviza. “El miedo es una dimensión natural de la vida. Desde la infancia se experimentan formas de miedo que luego se revelan imaginarias y desaparecen; sucesivamente emergen otras, que tienen fundamentos precisos en la realidad:  estas se deben afrontar y superar con esfuerzo humano y con confianza en Dios. Pero también hay, sobre todo hoy, una forma de miedo más profunda, de tipo existencial, que a veces se transforma en angustia: nace de un sentido de vacío, asociado a cierta cultura impregnada de un nihilismo teórico y práctico generalizado”(Benedicto XVI). Y de hecho están muy presentes en la vida moderna, incluso de los creyentes. La libertad “absoluta” que desterró a Dios como un enemigo peligroso, tan enarbolada por algunas ideologías,  sucumbió al grito de los miedos.

Para el creyente, el miedo atenta contra la confianza en Dios. Crecer en la confianza, crecer en el amor, será fortalecernos para enfrentar y vencer los miedos. Si coloniza nuestro corazón de Hijos, e impide la obra de Dios, nos vuelve esclavos.

“Sigue hablando”. La palabra de Dios tiene poder  para liberarnos de todas las esclavitudes que padecemos. Sella las grietas causadas por nuestras dudas e incertidumbres,  y nos fortalece para reemprender el camino. Por qué silenciar la Palabra de Dios? Porque, Ella es la fuente de la “libertad verdadera”, anuncia un Amor que exorciza los miedos de tu corazón. Si permites que la Palabra de Dios crezca en ti, serás “tierra de Dios”, abonada y fecundada por la acción del Espíritu Santo.

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