viernes, 5 de febrero de 2021

HANS URS VON BALTHASAR: QUINTO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (CICLO B)

Para eso he venido. Este evangelio nos muestra que el trabajo que Jesús  hizo sobre la tierra era tarea que, dada la situación espiritual y religiosa  del país, era imposible de llevar a cabo y la que no obstante él se entrega con todas sus fuerzas. Cuando cura a la suegra de Pedro, la población entera se agolpa a la puerta de la casa; entonces cura a muchos enfermos y expulsa a muchos demonios. Jesús  se levanta de madrugada para poder por fin orar a solas. Pero sus discípulos le siguen y cuando le encuentran le  dicen  : Todo el mundo te busca. Le buscaban los mismos  de la noche  anterior . Jesús no se excusa diciendo que ahora quiere rezar, sino que evita encontrarse de nuevo con la multitud alegando otro trabajo: en las aldeas cercanas, para predicar también allí, que para eso he venido. Y las aldeas son sólo el comienzo: así recorrió toda Galilea. El auténtico apóstol cristiano puede tomar ejemplo del celo incansable de Jesús: aunque la tarea que tenga ante sí le parezca irrealizable desde el punto de vista humano, trabajará tanto como le permitan sus fuerzas; el resto será completado por su sufrimiento o al menos por su obediencia interior. Pero esta interioridad nunca puede ser una excusa para no hacer todo lo que pueda.

Esclavo de todos. Pablo, en la segunda lectura, sigue el ejemplo del Señor en la medida de lo posible. Ha recibido de Dios la tarea de anunciar el evangelio, y eso es para él un deber, no lo hace por su propio gusto. Pablo  puede, para mostrar a Dios su libre obediencia, renunciar a su paga, pero nada le exime del deber estricto de comprometerse en la tarea que le ha sido confiada. No se presenta como el gran Señor que está en posesión de la verdad, sino como el esclavo que está al servicio de todos. El Apóstol dice que se hace esclavo de los judíos ( se introduce en la mentalidad judía para hablar a los judíos del Mesías), esclavo de los paganos (para anunciarles al redentor del mundo) y finalmente  esclavo de los débiles 8(aunque él se considera fuerte) para ganar también para Cristo, en la medida de lo posible, a los poco inteligentes, a los inseguros, indecisos y versátiles. No se olvida a nadie: me he hecho todo a todos, y esto no con la seguridad del que es ya partícipe de la promesa del Evangelio, sino con la esperanza del que participa también en lo que anuncia a los demás.

Como un servicio (militar): así define el pobre Job, en la primera lectura, la vida del hombre sobre la tierra. El hombre no es un señor, sino un esclavo que “suspira por la sombra”; no es un amo (el amo es Dios), sino un “jornalero”. Se trata de una característica general de la efímera vida del hombre. Cristo y su apóstol no contradicen esta descripción de la vida humana. Sólo que la inquietud, la desazón de que habla Job, se ha convertido en la Nueva Alianza en el celo indomeñable de trabajar por Dios y su reino, ya se realice esto mediante una actividad exter ior  o mediante la oración. Porque también la oración es un compromiso del cristiano por el  mundo, y  ciertamente tan fecundo o incluso más fecundo que la actividad externa.

miércoles, 3 de febrero de 2021

LEONARDO CASTELLANI: EL PROBLEMA DEL MAL

La principal objeción contra la idea de que Cristo fue humano es el problema del mal. Los maniqueos y todos los que de ellos derivaron hasta hoy día. Santo Tomás resolvió el problema. San Agustín ya había dado la solución en una fórmula un poco obscura. Dijo: "Si Dios no fuera tan poderoso y tan bueno qué puede convertir el mal en bien, no lo hubiera dejado existir": Santo Tomás, con mucho trabajo, dio la solución completa a la teoría del mal, que es muy larga, pero voy a decir tres conceptos principales.

Estaba comiendo en la mesa del Rey de Francia (San Luis de Francia); estaba muy pensativo en la mesa; hasta que de pronto dio un puñetazo y dijo: "esto es decisivo contra los maniqueos".

Las proposiciones de Sto. Tomás son las siguientes:

1. El mal no es una sustancia, sino una privación. Es la privación de algo debido en alguna cosa. Por ejemplo un ciego no tiene una cosa que debe tener, que es la vista. Una piedra, por ejemplo, no tiene una privación sino una negación de la vista. Hay tres cosas diferentes que son: la sustancia, la privación y la negación.

2. La segunda proposición es: por lo tanto, el mal no tiene causa eficiente, sino causa deficiente. Es decir, que si Dios no causa el mal ¿quién lo causa? Lo causa la deficiencia de los ángeles y de los hombres. Igualmente el pecado es deficiencia del recto orden de la Creación. El desencaminamiento recto de las acciones es el pecado. El mal no lo puede causar Dios. Ha permitido que el hombre fuera libre. Y así vino el pecado de los ángeles que desviaron el camino para el cual habían sido creados y se desviaron de la razón misma y quisieron ser lo que nunca podían ser. Así cayeron. De manera que no tiene causa el mal; es una deficiencia en una acción de una criatura. También es una deficiencia en las cosas, como la enfermedad, que es una deficiencia de la salud.

3. El mal está en el ser como en un sujeto. El mal no puede existir solo; debe existir algo que lo soporte, que lo sostenga. Es decir que el mal está siempre en alguna naturaleza o en alguna sustancia, inerte o viviente. Esa es la solución del problema del mal de Sto. Tomás, de manera que no se puede achacarle a Dios el origen del mal.