jueves, 27 de enero de 2022

DIÁCONO JORGE NOVOA: LA VIDA EN NAZARET


SILENCIO Y COTIDIANIDAD

La vida de Nazaret es una escuela de constante  enseñanza para todo camino  de santidad, en ella, las personas de la Sagrada Familia nos enseñan a vivir cristianamente en lo cotidiano. Destaquemos dos aspectos a meditar: silencio y cotidianeidad.

La obra de Dios es silenciosa, podemos incluso pensar que Él no está presente debido al peso que ocasiona en determinadas circunstancias su silencio, pero si observamos la cruz, veremos que silencio no supone inacción. Dios obra en el silencio, su acción es subterránea, alejada de las grandes luminarias.

Moisés huyó a Madián, y cuando pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró en el desierto , recibió la visita de Dios, en una zarza que arde sin consumirse. Se había alejado y paradójicamente se estaba acercando. En un lugar apartado, dice el texto, “más allá del desierto”.

Ante el bullicio de la Roma imperial, Dios elige la pequeña Belén. Y todo comienza, en una aldea llamada Nazaret. La Virgen luego de recibir el anuncio del ángel visita a su prima en un pueblito de la montaña, ambas llevan en sus vientres el misterio silencioso y oculto del Dios que obra en medio de los hombres. Que percibamos su silencio no quieren decir que se encuentre ausente.

Dios en Nazaret valoriza lo cotidiano, allí su vida transcurre en lo ordinario de una vida familiar. Las oraciones, limpieza, carpintería, buscar el agua, etc. Viven sirviéndose mutuamente, uno de cara al otro, y cada uno vive de cara al Padre, que “ve en lo secreto”. Vivir lo cotidiano de cara al Padre es ponerse en el camino de la eternidad. Ahora Dios ha compartido la cotidianidad humana penetrándola de eternidad.

No busques lejos lo que está cerca. Aprende a ver a Dios en lo cotidiano. Lo que realizamos todos los días es agradable a Dios, si lo hacemos para glorificarlo. Nazaret nos convoca y espera.

lunes, 17 de enero de 2022

DIACONO JORGE NOVOA: SAULO EN DIRECCIÓN DE DAMASCO



Saulo en dirección de Damasco (vv 1-2).

"1 Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote, 2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén"

¿Quién es Saulo y que significa Damasco? Saulo nació el Cilicia (Hch 31,29), fuera de la tierra de Israel, su padre era ciudadano romano (Hch 22,26-28),y allí entró en contacto con las dos grandes cosmovisiones culturales que se disputaban el control del mundo. Los helenistas con su cultura griega, ya muy desarrollada, habían penetrado en distintos pueblos del Asia Menor y ejercían gran influencia en los tiempos de Pablo. Los romanos, como amos y señores de turno, controlaban esas  tierras y poseían un imperio en plena expansión. Saulo probablemente nació entre en 5-10 d.C, y aproximadamente a los 15 años fue  discípulo del  rabino Gamaliel (Hch 22,3). En su experiencia de joven fariseo, estudioso y severo observante de la ley, se encuentran los tres grandes universos culturales y religiosos de la antigüedad; griego, romano y judío. Dios está, desde el seno materno, preparando a Saulo,  que va a ser llamado a proclamar la Buena Noticia a  los gentiles, conoce ya sus idiosincrasias y podrá escrutarlas de manera nueva  a la luz del Señor Resucitado que se le aparecerá en el camino. Esta síntesis cultural, que se deposita en la existencia en Saulo, vivida inconscientemente por él en su juventud, recibirá la nueva luz del Señor.

Se nos dice que "respiraba todavía amenazas y muertes", la expresión "respirar", muestra claramente que su oposición está asentada en una firme convicción y seguridad. Saulo reconoce que los cristianos, es decir, los discípulos del Señor son un peligro para la sociedad, se encuentra enfrentado con sus enseñanzas y está dispuesto, por el mal que percibe, a no escatimar en esfuerzos para erradicar a los miembros de este grupo peligroso. De forma muy clara, aparecen presentadas en la Sagrada Escritura sus actitudes de confrontación con los cristianos. Recordemos que previamente a este pasaje, aparece mencionado en 7,57-58como un testigo mudo de la lapidación que sufrirá Esteban, y luego es presentado aprobando su muerte (8,1). Al desatarse la persecución, su participación se volvió más activa, entraba a las casas y se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel(8,3).

Los proyectos aún no realizados, comienzan siendo proyectos deseados, que exigen ser amados y servidos en el corazón. Los proyectos nacen siendo deseos que nos mueven a obrar para alcanzar su realización. Debemos preguntarnos ¿Quién me mueve a obrar en esta dirección?¿ Estoy movido por el Espíritu de Dios?¿Cuáles son los medios que debo utilizar para alcanzar tales fines?¿Cuáles me proponen?¿Son de la misma naturaleza: medios y fines?

El destino de Saulo es Damasco, ella es la ciudad que congrega su mirada, allí saciará el deseo que lleva en su corazón. Damasco simboliza sus sueños, proyectos,  habla de realización, fidelidad y consolidación. Damasco es el polo que le atrae como promesa de realización de sus proyectos. Es su norte. Para alcanzarlo hay que poner a su servicio el corazón, las horas, muchas noches de insomnio y todo su ser en tensión hacia él. Damasco en el inicio, es una realidad futura, pero ya está presente en las opciones actuales de Saulo.

Damasco son nuestros proyectos sin Dios, o lo que es peor, en su contra. ¿Cuantos Damascos nos han cautivado prometiéndonos felicidades que nunca nos entregaron?¿Cuánto esmero y esfuerzo hemos puesto en dirigirnos a nuestro Damasco?

jueves, 13 de enero de 2022

DIACONO JORGE NOVOA: LA COMUNICACIÓN @ DEL MUNDO DE HOY...



El mundo de las comunicaciones!!! Satélites, basura espacial, términos sorprendentementes actuales e inimaginables. Así puede apropiadamente definirse a este siglo. El siglo de los Satélites, la basura, lo sorprendente y lo "actual".

Las distancias se han acortado hasta límites insospechados gracias a los avances tecnológicos. Las noticias llegan inmediatamente, en algunos casos, hemos sido testigos presenciales de guerras en lugares bastante distantes al que vivimos. Uno puede estar cómodamente en su casa cenando y observando en medio de las bombas, como rescatan de los escombros de un hospital a hombres, mujeres, niños y ancianos heridos…

Ya no hay distancias. Este parece ser un principio interesante para el tema de las comunicaciones, basta sentarse frente a un aparato de forma variada, y discar o teclear, y a través de su potencialidad, podemos llegar a comunicarnos con gente que nunca se nos hubiera ocurrido hacerlo. Para nosotros los Latinoamericanos: Rusia, Afganistán, Japón.

Todo ello enmarcado en lo que se llama el proceso de globalización. Una palabra moderna que recomiendo uno la incluya en su vocabulario, aunque no conozcamos claramente sus alcances (no sé si los conoceremos en algún momento). Cuántas palabras nos trasmiten estos medios cuyos alcances reales están ocultos: género, "matrimonio de homosexuales", fecundación asistida, satanismo, globalización, "explosión demográfica",etc… Es decir, las comunicaciones cumplen un papel central en este sistema de globalización que se asoma en el inicio del tercer milenio.

El Santo Padre nos ha invitado a construir bajo el signo de la solidaridad la cultura emergente. Nuestra presencia en los medios de comunicación son un gran desafío, fundamentalmente por los códigos que estos medios tienen y que nos enfrentan con los que Jesús nos propone en el Evangelio.
El teléfono, el fax, el PC, Internet, E-Mail, las video conferencias, etc… son maravillosos inventos del hombre que cumple con el mandato dado por el Creador de "gobernar la tierra". Muchos de estos inventos, luego de producidos, cambian nuestros comportamientos, modificando en nosotros de forma paulatina, nuestra concepción de la vida, el mundo y Dios.

Incluso el concepto de comunicación se ve alterado. Podemos distinguir un modelo, hay muchos más, que por su propagación exige nuestra atenta observación. Lo vamos a llamar, la comunicación @, intentemos conocerla para convertirla (metanoia) en la realidad que el término enuncia.

¿Qué ocurre luego que se apaga el PC?
Estamos en una sociedad de incomunicados, el que durante horas sentado frente a su celular, tablet o PC, se comunicaba con el mundo, ahora no se puede comunicar con su vecino (un hombre al que apenas puede describir, del cual recuerda algunos vagos rasgos de la que cree es su esposa), ha pasado a ser para sus padres y hermanos un visitante esporádico (al estilo del visitador médico, que cuando hay alguna novedad; pasa, deja la "muestra gratis" y se marcha, pues no tiene tiempo).

¿Por qué me comunico con otros por el PC y no logro hacerlo con tanta facilidad en la vida cotidiana? Una observación aguda e interesante de un joven amigo, aunque ciertamente exige una respuesta dolorosa. En toda comunicación hay un componente importante de renuncia y entrega, como toda realidad que hay que edificar en la vida humana, exige perseverancia. En la comunicación entrego mi tiempo, comparto los momentos alegres y los tristes. Hablo y escucho. La comunicación construye puentes de amistad. Esta que llamamos @ y que no se reduce al símbolo del E-Mail, la uso y la desecho, si me aburro es cuestión de apretar un botón, en realidad no exige la entrega de mí mismo. Es una forma de comunicación "light".

La comunicación @, dista y en mucho, de contener los componentes necesarios para que ella nutra las relaciones interpersonales, y ayude a su crecimiento. Los hijos se quejaban, debido a que sus padres estaban atrapados por la televisión, (no pudiendo ver ellos sus programas preferidos) y no les prestaban la atención requerida, el PC vino a llenar este vacío.

Los grandes con la TV y los chicos con el PC. El ámbito adecuado para el aprendizaje de la comunicación es sustituido. Y los medios que deben colaborar a tal fin, desplazan a los esenciales, volviéndose el "Caballo de Troya" dentro de la casa. Aunque se presentan como canales de comunicación, lo único que logran, es tener a todos en silencio y en muchos casos, operan como el instructor colectivo de la conciencia del auditorio. Estos canales de comunicación familiares, pueden ser suicidas si no se los controla, poniéndolos en un lugar adecuado (las casa de antes tenían su centro en la mesa familiar), no tenemos con ellos lazos de "carne y sangre", ni tienen alma inmortal (más bien arma mortal) que los informe. Pueden ser muy útiles, como muy destructivos.

La Familia es la primera e insustituible Escuela de las Comunicaciones, en ella aprendemos el laborioso decálogo de la comunicación humana. En el futuro, tal vez alguno incluya en su apellido ese @ tan significativo para su existencia, ciertamente tan impersonal como el modo de comunicación que propone.
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sábado, 1 de enero de 2022

DIÁC. JORGE NOVOA: DESPIERTA TÚ QUE DUERMES!!!


Despierta tú que duermes (Ef 5,14)!! El texto de la Escritura quiere ser una campanada amorosa, para que advirtamos la apremiante  llamada de Dios, que nos sacude del sueño en el que estamos sumergidos, ante el bien que nos reclama o el mal que nos asecha.

El mal que nos asecha

Estamos amenazados por los tres enemigos de la naturaleza humana: mundo, demonio y carne. El sueño, frente al mal que nos asecha, designa simbólicamente, la incapacidad que tenemos para reconocer a nuestros enemigos y ver sus estrategias.

Es malo para el hombre, estar 5 horas frente al televisor, la computadora o el play, porque se tornan dueños de mis horas, volviéndome vulnerable e inactivo. El hombre herido por el pecado,  sin Dios y sin su luz orientadora, tiene oscurecida su inteligencia y debilitada su voluntad. La estrategia del mal para destruirnos comienza por desarmarnos. El sueño profundo inicialmente es una somnolencia, que permite el diálogo interior, con una voz que desautoriza la de Dios, que está en nuestra conciencia, poniendo inicialmente la duda sobre lo que es bueno o malo para mí.

La cultura del entretenimiento se instala en nuestro corazón, no como algo que hay que controlar en su justa medida, sino como aquella realidad  a la que le entrego mis horas y días. Viviendo entretenidos, sin medida y verdadera ubicación de estas realidades, me vuelvo incapaz de enfrentar mis obstáculos. El mal que me asecha,  está fuera y dentro de mí, es la propuesta cultural del momento como camino hacia la felicidad, sembrada como tentación por el enemigo  y  que impacta en mi yo herido, dejándome vacío. El mal que me asecha tiene una fuerte impronta espiritual, no podré vencerlo, si estoy desarmado espiritualmente.

Un hombre lleno de conocimientos tecnológicos, extremadamente eficiente  en estrategias sociales, reconocido públicamente por sus logros y su bienestar económico, no está, únicamente con estas herramientas en condiciones de enfrentar el mal que lo asecha. No tendrán solidez alguna, aquellos que han puesto todos su  esfuerzo y confianza en estas cosas.

El bien que nos reclama

La caridad es la llave que abre el camino hacia la felicidad. Dios cuenta contigo, los hombres, incluso los que lo ignoran, necesitan de ti. Vivir en la caridad, es introducir oxígeno en un mundo en polución. “El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios, es ante todo una tarea de cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial…”[1].

La tarea comienza cuando reconocemos y luchamos contra nuestros egoísmos. El yo no quiere ser removido del poder. La promoción del individualismo y el  materialismo, te incapacitan para la percepción del bien, o te  disuaden del compromiso que este comporta, en las renuncias y sacrificios que exige.

Qué quiere Dios de mí? Que me ame y respete, que también esto lo haga con los demás, pero y fundamentalmente, que conozca el verdadero contenido de la palabra “amor”, y para ello debo abrirme a las enseñanzas de Jesús. Debo conocerlas y fundamentalmente, vivirlas. Él me revela el verdadero  “amor”, ese que me busca y quiere habitar en mí, el que” todo lo puede, todo lo espera, todo lo soporta… el que nunca pasará”. Las falsificaciones del amor siempre encuentran razones para no salir de nosotros mismos. Siempre ven asechanzas en toda forma de entrega.

Estamos distraído? Creo que sí. No distinguimos claramente lo importante de lo secundario. No queremos “complicaciones”, y  por ello, no hay compromisos con el amor que nos reclama, ni con la búsqueda de la verdad que nos atrae. La tradición cristiana ha sintetizado siempre en la palabra  conversión,  el programa central de nuestra vida. Volvernos al amor y la verdad de Dios manifestados en Cristo, nos transformará en servidores humildes y atentos del bien que nos reclama y el mal que nos asecha.  De allí, la Escritura Santa,  viene en nuestro auxilio: Despierta tú que duermes!!  El que tenga oídos que oiga, y el que tenga ojos que vea…



[1]
Benedicto XVI, Deus caritas est, N. 20.