Decía también a la gente: «Cuando veis una nube que se levanta en el occidente, al momento decís: “Va a llover”, y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: “Viene bochorno”, y así sucede.¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?«¿Por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo?
Los hombres naturalmente, con las sensibilidades propias de cada uno , por la comprensión de lo que está ocurriendo en el presente, intuimos las realidades que vendrán. Algo que acontece, "nubes en el Occidente" o" cuándo "sopla el viento sur", son señales que anuncian lo que vendrá, la "lluvia" o" el "bochorno". Y esta lectura la hacemos utilizando nuestras capacidades.
San Basilio al valorar esta realidad en la existencia humana, realiza la siguiente pregunta: "¿quién ignora las ventajas que trae a la vida la conjetura de estos sucesos?"
El adjetivo hipócritas refiere a la simulación, muchas señales Dios envió, para que pudieran los hombres preparase adecuadamente a vivir el tiempo presente, el tiempo de la salvación inaugurado por Cristo. La Antigua Alianza estaba destinada a dar señales, luces que pudieran disponer de la mejor manera a los hombres para vivir en el día de la salvación. Explícita San Cirilo, que "los profetas anunciaron por muchos oráculos el misterio de Cristo" e incluso San Beda va más allá, si los "ignorantes de la enseñanza profética, supusieran que no podían conocer el curso de los tiempos, muy oportunamente añadió: "¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos, lo que es justo?" Dando a entender que aun cuando ellos desconocían la ciencia, podían, sin embargo, comprender por la razón natural, que el que hacía cosas que ninguno otro hacía, estaba sobre el hombre y era Dios. Y por consiguiente que, después de las injusticias de esta vida, habría de venir el justo juicio del Creador."
Y tú, y yo, que nos admiramos del conocimiento científico, y de los emprendimiento que el hombre realiza en el espacio o en las profundidades del mar, reconociendo claramente que hay un orden establecido y una finalidad, responderemos a todos esto, "azar y casualidad". Nosotros que ponemos la inteligencia al servicio de la investigación, dedicando años de estudio fatigoso, y que siempre llegamos a un punto en el que las palabras conducen al silencio, inventaremos teorías tan increíbles solamente por no pronunciar la palabra Dios... Hipócritas, que otra palabra define mejor nuestra postura, que la expresada en el juicio de Jesús.
Muchos hombres de ciencia, luego de las tragedias que sufrió la humanidad, comprendieron que la ciencia, por razón de su método, no puede ser una instancia rectora de la vida humana. Husserl reflexionaba: "El mundo de la objetividad científica —escribió— es un mundo cerrado e inhóspito. La forma en que el hombre moderno se dejó, en la segunda mitad del siglo XIX, determinar totalmente por las ciencias positivas y cegar por la prosperidad a ellas debida, significó dejar de lado las cuestiones decisivas para una humanidad auténtica. Ciencias que solo contemplan puros hechos, hacen hombres que solo ven puros hechos".
En esta misma dirección afirmaba Benedicto XVI: "A partir de estas ineludibles preguntas, surge como un mundo de la planificación, del cálculo exacto y de la experimentación, en una palabra, el conocimiento de la ciencia, que si bien son importantes para la vida humana, no es suficiente. Nosotros necesitamos no solo el pan material, necesitamos amor, sentido y esperanza, de un fundamento seguro, de un terreno sólido que nos ayude a vivir con un sentido auténtico, incluso en la crisis, en la oscuridad, en las dificultades y en los problemas cotidianos".
Mira a tu alrededor, Dios deja huellas, señales de su existencia y de su presencia cercana, el hombre puede encontrar a Dios detrás de cada puerta que intenta abrir. Si puedes por determinadas señales reconocer acontecimientos que sucederán, cómo no ves las señales de Dios que quieren conducirte a su encuentro?
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