“Queridos hijos, orad en este tiempo de gracia y pedid la
intercesión de todos los santos que ya están en la luz. Que ellos sean
un ejemplo y un estímulo día tras día en el camino de vuestra
conversión. Hijitos, sed conscientes de que vuestra vida es breve y
pasajera. Por eso anhelad la eternidad y preparad vuestros corazones en
la oración. Yo estoy con vosotros e intercedo ante mi Hijo por cada uno
de vosotros, especialmente por aquellos que se han consagrado a mí y a
mi Hijo. ¡Gracias queridos hijos míos por haber respondido a mi
llamada!”
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