miércoles, 22 de octubre de 2014

JUAN PABLO II: LA ZARZA QUE ARDE SIN CONSUMIRSE


Hagamos referencia aquí al acontecimiento bíblico narrado en el libro del Éxodo (3, 1-14). Moisés que apacentaba la grey en las cercanías del monte Horeb advierte un fenómeno extraordinario. 'Veía Moisés que la zarza ardía y que no se consumía' (Ex 3, 2). Se acercó y Dios 'le llamó de en medio de la zarza: "Moisés!. "Moisés!, él respondió: Heme aquí. Yahvéh le dijo: 'No te acerques. Quita las sandalias de tus pies, que el lugar en que estás es tierra santa'; y añadió: 'Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. Moisés se cubrió el rostro, pues temía mirar a Dios' (Ex 3, 4-6).

El acontecimiento descrito en el libro del Éxodo se define una 'teofanía', es decir, una manifestación de Dios en un signo extraordinario y se muestra, entre todas las teofanías del Antiguo Testamento, especialmente sugestiva como signo de la presencia de Dios. La teofanía no es una revelación directa de Dios, sino sólo la manifestación de una presencia particular suya. En nuestro caso esta presencia se hace conocer tanto mediante las palabras pronunciadas desde el interior de la zarza ardiendo, como mediante la misma zarza que arde sin consumirse.

Dios revela a Moisés la misión que pretende confiarle: debe liberar a los israelitas de la esclavitud egipcia y llevarlos a la tierra Prometida. Dios le promete también su poderosa ayuda en el cumplimiento de esta misión: 'Yo estaré contigo'. Entonces Moisés se dirige a Dios: 'Pero si voy a los hijos de Israel y les digo: el Dios de vuestros padres me envía a vosotros, y me pregunta cual es su nombre, ¿Qué voy a responderles?'. Dijo Dios a Moisés: 'Yo soy el que soy'. Después dijo: 'Así responderás a los hijos de Israel: Yo soy me manda a vosotros' (Ex 3, 12-14).
Así, pues, el Dios de nuestra fe -el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob- revela su nombre. Dice así: 'Yo soy el que soy'. Según la tradición de Israel, el nombre expresa la esencia.

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