Me preguntaban en un programa radial: la familia está en crisis? La respuesta es afirmativa pero merece alguna consideración sobre lo que afirmamos. Están en crisis las personas, porque no aceptan vivir las exigencias de lo que supone ser parte de una familia. La institución familiar como tal, mantiene su verdad y validez. Si los hombre no llegan preparados adecuadamente al matrimonio y a la conformación de una familia, lo que viven y el modo en que lo hacen, no puede expresar en sus fracasos una prueba de la crisis familiar, debido a que sus decisiones y opciones no son la emergentes de la verdad sobre el matrimonio y la familia. Los fracasos no devienen de la institución familiar o matrimonial sino de las infidelidades de los hombres a la verdad que estas realidades contienen en sí mismas.
Comprender el matrimonio como un mero contrato que alberga en el horizonte, aún antes de unirse, la posibilidad de separarse, supone entrar inadecuadamente en la realidad matrimonial, y por lo tanto, no asumir toda su verdad.
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