San Enrique de Ossó y Cervelló (1840-1896), nacido en
Vinebre, en la Diócesis de Tortosa, destaca entre los sacerdotes
catalanes del siglo pasado por su espíritu teresiano y su ferviente
devoción josefina. Ha sido canonizado recientemente por Juan Pablo II.
Fundó en 1876 la Compañía de santa Teresa de Jesús (Teresianas).
Creador de la Hermandad josefina en Tortosa, el mismo año de 1876, redactó un devocionario josefino completo que con el título El devoto josefino
publicó en 1890.
Enumera siete privilegios de san José:
1º) Tener a
Jesús por Hijo de Dios;
2º) Ser su esposa María, madre de Dios;
3º) Ser
obedecido por Jesús y María;
4º) Haber gozado de los abrazos y caricias
del Rey de la Gloria;
5º) Ser el primer adorador del Hijo de Dios nacido
en Belén;
6º) Morir en brazos de Jesús y María; y
7º) Resucitar con
Cristo en cuerpo y alma a la Gloria.
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