“Queridos hijos: También hoy os invito para que vosotros seáis como las
estrellas, que con su resplandor dan luz y belleza a los demás, para
alegrarlos. Hijos míos, sed también vosotros resplandor, hermosura,
alegría y paz, y especialmente oración para todos aquellos que están
lejos de mi amor y del amor de mi Hijo Jesús. Hijos míos, testimoniad
vuestra fe y oración con alegría, con la alegría de la fe que está en
vuestros corazones y orad por la paz que es un don precioso de Dios.
Gracias por haber respondido a mi llamada”
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