sábado, 9 de enero de 2010

LIC. JUAN PABLO NOVOA: LA LUZ QUE ILUMINA NUESTRO CAMINO

Un día mientras volvía a casa, después de asistir a una despedida de un compañero que se jubilaba , me puse a pensar sobre los caminos que las personas eligen en sus vidas .

Al llegar a mi hogar, como de costumbre, preparé el mate y me senté en el frente. Al estar ahí, vi pasar a un amigo del barrio que conozco de hace años, y lo invité a tomar unos mates conmigo. Aceptando la propuesta , nos pusimos a conversar y le conté la inquietud que rondaba por mi cabeza.

Él con su manera sencilla de explicar las cosas, me contó que en una ocasión estando en un pueblo del norte de nuestro país, observó una noche, bandadas de cascarudos que giraban en torno a faroles de luz que iluminaban los caminos. Una y otra vez, veía como emprendían su vuelo cíclico, e incluso algunos impactaban contra el vidrio de los focos cayendo rápidamente al suelo.

A la mañana siguiente, cuando recién se asomaba el sol, contempló un reguero de cascarudos muertos en el piso. También vio como los pocos sobrevivientes que quedaban, escarbaban la tierra buscando cualquier hendidura para escapar de la luz del sol.

Entonces, en ese momento, se preguntó: ¿Por qué giran con tanta pasión en torno a una luz mala que solamente produce muerte, y luego buscan ocultarse frente a la luz buena que da la vida?

Después de contarme esta anécdota, hubo un silencio, y mirándome a los ojos me dijo: A veces nosotros vivimos girando en torno a las luces malas que producen muerte y queremos ocultarnos de la luz buena que nos trae la vida.

Qué misterio!!! “Jesucristo es la luz, que vino a los suyos, “y éstos amaron más las tinieblas que la luz porque sus obras eran malas”.

Que nuestro Señor Jesucristo sea la luz que ilumina nuestro camino.

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