miércoles, 27 de julio de 2016

MONSEÑOR JOSEFINO RAMÍREZ: ROSAS EN INVIERNO

Nuestra Señora de Guadalupe 12/12/93

Querido padre Tomás

Te estoy escribiendo desde el Santuario de Guadalupe, en México. Es magnífico. Durante mi hora santa estuve pensando,¿qué es mejor, la visita que nuestra Señor le hizo a Juan Diego o una hora santa en presencia de Jesús en el santísimo Sacramento?

Las rosas florecieron en invierno. La imagen de nuestra madre se imprime en un pobre poncho que se ha conservado por siglos. Los científicos no se explican cómo se imprimió esa imagen en tela. Ella es la mujer vestida de sol. El sol es el símbolo de su Hijo Eucarístico. Dos corazones que laten al unísono.

Qué pide al obispo? Construir una Capilla ¿Quién está en la Capilla? Su Hijo Eucarístico! Dos corazones que laten al unísono.

La belleza de Guadalupe está siempre durante nuestra hora santa de oración. No importa cuán frío esté nuestro corazón, las rosas de santidad florecen. La fragancia de santidad perdurará por toda la eternidad. Cada momento que pasamos en su presencia, brotamos, crecemos y florecemos como las rosas en el frío del invierno.

Y con cada hora santa, una imagen nueva y especial se imprime misteriosamente en nuestra alma. Esta imagen es mucho más linda que aquella del santuario, a la que gente de todo el mundo acude y admira su belleza con asombro.

Después de cada hora santa que haces en presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento, todos los ángeles del cielo miran extasiados la imagen impresa en tu alma. Como Juan Diego tuvo que esperar hasta estar ante el obispo para ver la maravillosa imagen, así también nosotros tendremos que esperar. Así como él se sorprendió al verla, del mismo modo nosotros quedaremos pasmados por toda la eternidad al ver el efecto de una sola hora santa de oración.

Esta es la razón por la cual Pablo VI señala que una sola hora santa de oración ante Jesús Sacramentado nos otorga una dignidad incomparable. La gente busca la dignidad en: la posición social, respaldo económico, fama o títulos académicos. Pero la dignidad se encuentra en la presencia de Dios que nos eleva más y más hacia Él. La altura y el prestigio de nuestra verdadera dignidad se encuentran en el grado de unión que tenemos con Cristo en el santísimo Sacramento.

Por eso tengo en mi despacho una imagen de Nuestra señor de Guadalupe para que me recuerde dónde reside mi verdadera dignidad.


Fraternalmente tuyo en su Amor Eucarístico

lunes, 25 de julio de 2016

SANTO TOMÁS DE AQUINO: LA PALABRA DE LA CRUZ ES FUERZA DE DIOS PARA LOS QUE SE SALVAN


"Jesucristo me ha mandado a evangelizar, pero no con la sabiduría de palabras, es decir, con la sabiduría del mundo (1 Co 1, 17). Por sabiduría de palabras entiende el apóstol el arte de la retórica que enseña a hablar de una manera atrayente hasta el punto de inducir a los hombres a asentir a errores y falsedad. Pero desde el momento en que el texto griego se encuentra el término « Logos », que significa « razón » y palabra, aquí se podría entender más convenientemente como dicho de la razón humana, la cual es siempre desproporcionada para evangelizar, ya que los contenidos de la fe la trascienden. Sin embargo, cabe notar que usa legítimamente de la razón humana el que poniendo a la base los fundamentos de la verdadera fe, toma a servicio de la fe aquellas verdades que pueden a veces encontrarse en las doctrinas filosóficas. Ya san Agustín dice: «La técnica de la elocuencia es indiferente en cuanto a inducir al bien o al mal ya que, ¿no la aprenden sea los buenos con el estudio y ejercicio para ponerla al servicio de la bondad, cuanto también los malos la usurpan para su iniquidad?»

Algunas veces el modo de enseñar no es acomodado al argumento, sobre todo cuando no es adecuado para exponer las verdades principales de esa materia, como, por ejemplo, sucedería a quien quisiere avanzar con demostraciones de tipo intelectual mediante metáforas que no sobrepasan el nivel de la imaginación y que, por tanto, por si mismas no expresan un contenido intelectual y abstracto. Lo que es central en la religión cristiana es la salvación por la cruz de Cristo, por lo que dice el Apóstol: Nunca entre vosotros me precié de saber cosa alguna sino a Jesucristo y éste crucificado (1 Co 2, 2). Quien enseñando el cristianismo se apoya sobre todo en la sabiduría humana, por lo que a él mismo respecta, hace ineficaz la cruz de Cristo. Por lo tanto, el enseñar con sabiduría de solas palabras humanas no es un modo conveniente a la catequesis cristiana. Por ello dice el Apóstol: Para no hacer ineficaz la cruz de Cristo (1 Co 1, 17), es decir, para que no disminuya la confianza en la cruz de Cristo al ser oscurecida por medios de sabiduría humana.

El mensa/e de la cruz —es decir, el anuncio de la cruz de Cristo— es necedad, —algo que parece necio— para los que están en vías de perdición, es decir, para los infieles que se creen sabios según los criterios del mundo, por el hecho de que la predicación de la cruz de Cristo contiene tantas cosas que a la luz de la sabiduría humana parecen imposibles. Por ejemplo: el hecho que un Dios muera y que el omnipotente perezca a manos de los violentos. La misma predicación, además, presenta algunos elementos que parecen contrarios a la sabiduría humana; por ejemplo: que alguien, pudiéndolo, no huya de las humillaciones. Es lo que el mismo Festo hizo notar a Pablo cuando éste le anunciaba el poder de la cruz: Estás loco, Pablo, las muchas letras te hacen perder la cabeza, (Hch 26, .24) y Pablo confirma en una de sus cartas: Nosotros unos locos por Cristo (1 Co 4, 10).
Pero para que no parezca que la palabra de la cruz contiene en sí verdaderamente necedades, añade: Para nosotros, es decir, los fieles de Cristo que hemos sido salvados por él, es fuerza de Dios, (1 Co 1, 18), ya que por medio de la cruz de Cristo se manifiesta un anonadamiento divino que tiene el poder de vencer al demonio y al mundo: Ha vencido el león de la tribu de Judá. (Ap 5, 5).

Efectivamente, muriendo junto con Cristo a los vicios y a la concupiscencia experimentan en sí mismos una fuerza superior, según cuanto está escrito: Y los que son de Cristo Jesús han crucificado su carne con sus pasiones y sus deseos (Ga 5, 24), y es esa fuerza de la que habla el evangelista: Porque salía de él una fuerza queloscuraba a todos (Lc 6,19).

 Del Comentario a la primera Carta a los Corintios de santo Tomás de Aquino, (Cap. 1, lect. III, nn., 41. 43. 45. 47, « Super Epistolas S. Pauli lectura », Torino 1953, vol. I, pp. 240-241)

jueves, 21 de julio de 2016

DIOS NO EXISTE!

Para muchos hombres de ciencia, o para sus defensores a ultranza ,es aún válida la antigua afirmación del salmista: "El necio dice: Dios no existe".

Hay pájaros nocturnos, como el búho y la lechuza, cuyos ojos están hechos para ver de noche en la oscuridad, no de día. La luz del sol les cegaría. Estos pájaros lo saben todo y se mueven a sus anchas en el mundo nocturno, pero no saben nada del mundo diurno. Adoptemos por un momento el género de las fábulas, donde los animales hablan entre sí. Supongamos que un águila haga amistad con una familia de lechuzas, y les hable del sol: de cómo lo ilumina todo, de cómo sin él, todo caería en la oscuridad y en hielo, cómo su propio mundo nocturno no existiría sin el sol. Qué respondería la lechuza, sino: "¡Tu cuentas mentiras! Nunca hemos visto vuestro sol. Nos movemos muy bien y nos procuramos alimento sin él; vuestro sol es una hipótesis inútil y por tanto no existe".

Es exactamente lo que hace el científico ateo cuando dice: "Dios no existe". Juzga un mundo que no conoce, aplica sus leyes a un objeto que está fuera de su alcance. Para ver a Dios es necesario abrir un ojo distinto, es necesario aventurarse fuera de la noche. ,

martes, 19 de julio de 2016

PIO XII: LA ERA DE MARÍA


“¿Podemos llamar de otra manera al tiempo, a la época en que vivimos, que tiempo y época de la Virgen Nuestra Señora? ¿No veis en el mundo entero qué lección de amor, de fervor extraordinario , íbamos a decir de santa locura, por la Madre de Dios, por la Medianera de Todas las Gracias, por la Corredentora del género humano, por la divina gobernadora, por la que tiene las llaves de toda gracia, de todo don perfecto, de todo bien que desciende del cielo?

Lo que siempre ha sido verdad, lo que siempre ha sido un dogma católico, se vive ahora más que nunca; es la palpitación de millones de hijos de la Virgen María que la aman, que la veneran, es el triunfo en todas las naciones de Nuestra Señora de Fátima... porque Ella ha querido aparecerse recientemente; es Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de Lourdes, y Nuestra Señora del Pilar; es la Virgen María, es la Madre de Dios, sea cual sea el título con que se la invoque; es aquella a quién aman los cristianos, a quien se encomiendan los católicos, a quien aclaman hasta el delirio las muchedumbres de cristianos del mundo entero. ¡Es la era de la Virgen María!

Pío XII, 1949, al Director del Secretariado General de las Congregaciones Marianas.

SANTA CATALINA DE SIENA: NO SOY DIGNA DE QUE ENTRES EN MI CASA...


Santa Catalina de Siena acudía habitualmente a la iglesia vecina de Santo Domingo para asistir a la Santa Misa. Día a día se intensificaba su «hambre de Cristo». En cierta ocasión, cuando el sacerdote dijo: «Señor, no soy digno de que entres en mi casa...», ella, haciendo eco a aquellas palabras, repitió para sus adentros, mientras fijaba sus ojos en la Hostia: «Realmente, no soy digna». 

Entonces escuchó que Cristo le decía: «Pero yo sí soy digno de que entres en mí», al mismo tiempo que sentía que una hostia estaba sobre sus labios. Esto se repitió en distintas ocasiones. Algunas personas atestiguarían que vieron que la hostia iba por sí sola a la boca de Catalina; atravesando el espacio, buscaba sus labios, «como la abeja busca la flor», al decir de Johannes Jörgensen, el gran biógrafo de la Santa.

(Fuente . Gratis date. P.A. Saénz)

viernes, 15 de julio de 2016

BENEDICTO XVI: MADRE NO ES TÍTULO DE DIOS

Por último queda aún una pregunta: ¿es Dios también madre? Se ha comparado el amor de Dios con el amor de una madre: «Como a un niño a quien su madre consuela, así os consolaré yo» (Is 66,13). «¿Puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré» (Is 49, 15).

El misterio del amor maternal de Dios aparece reflejado de un modo especialmente conmovedor en el término hebreo rahamim, que originalmente significa «seno materno», pero después se usará para designar el con-padecer de Dios con el hombre, la misericordia de Dios. En el Antiguo Testamento se hace referencia con frecuencia a órganos del cuerpo humano para designar actitudes fundamentales del hombre o sentimientos de Dios, como aún hoy en día se dice «corazón» o «cerebro» para expresar algún aspecto de nuestra existencia. De este modo, el Antiguo Testamento no describe las actitudes fundamentales de la existencia de un modo abstracto, sino con el lenguaje de imágenes tomadas del cuerpo. El seno materno es la expresión más concreta del íntimo entrelazarse de dos existencias y de las atenciones a la criatura débil y dependiente que, en cuerpo y alma, vive totalmente custodiada en el seno de la madre. El lenguaje figurado del cuerpo nos permite comprender los sentimientos de Dios hacia el hombre de un modo más profundo de lo que permitiría cualquier lenguaje conceptual.

No obstante, aunque en el lenguaje plasmado a partir del cuerpo el amor de madre se aplique a la imagen de Dios, hay que decir también que nunca, ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, se califica o se invoca a Dios como madre. En la Biblia, «Madre» es una imagen, pero no un título para Dios. ¿Por qué? Sólo podemos intentar comprenderlo a tientas. Naturalmente, Dios no es ni hombre ni mujer, sino justamente eso, Dios, el Creador del hombre y de la mujer.

Las deidades femeninas que rodeaban al pueblo de Israel y a la Iglesia del Nuevo Testamento mostraban una imagen de la relación entre Dios y el mundo claramente antitética a la imagen de Dios en la Biblia. Contenían siempre, y tal vez inevitablemente, concepciones panteístas, en las que desaparece la diferencia entre Creador y criatura. Partiendo de este presupuesto, la esencia de las cosas y los hombres aparece necesariamente como una emanación del seno materno del Ser que, al entrar en contacto con la dimensión del tiempo, se concreta en la multiplicidad de lo existente. Por el contrario, la imagen del padre era y es más adecuada para expresar la alteridad entre Creador y criatura, la soberanía de su acto creativo. Sólo dejando aparte las deidades femeninas podía el Antiguo Testamento llegar a madurar su imagen de Dios, es decir, la pura trascendencia de Dios.

Pero aunque no podemos dar razonamientos absolutamente concluyentes, la norma para nosotros sigue siendo el lenguaje de oración de toda la Biblia, en la que, como hemos dicho, a pesar de las grandes imágenes del amor maternal, «madre» no es un título de Dios, no es un apelativo con el que podamos dirigirnos a Dios. Rezamos como Jesús nos ha enseñado a orar, sobre la base de las Sagradas Escrituras, no como a nosotros se nos ocurra o nos guste. Sólo así oramos de modo correcto.

Tomado del libro: Jesús de Nazaret Página 61.

jueves, 14 de julio de 2016

SAN ANTONIO DE PADUA: EL MILAGRO DE LA MULA

En la región de Toulouse San Antonio de Padua, en una disputa pública contra un hereje prepotente que negaba la presencia real de Cristo en la Eucaristía, cuando casi lo había convencido y acercado a la fe católica, el hereje, no convencido dijo:
  
  -    Dejémonos de charlas y pasemos a los hechos. Si tú, Antonio, consigues probar con un milagro que en la Comunión de los creyentes, está el verdadero cuerpo de Cristo, yo abjuraré de toda herejía, y me someteré a la fe católica.

El siervo del Señor con gran fe le respondió:
    -    Confío en mi salvador Jesucristo que, para tu conversión y la de los demás, me concederá su misericordia por lo que pides.

Se levantó entonces el hereje e, invitando con la mano a que todos callasen, habló:
    -    Tendré encerrada a mi acémila durante tres días y le haré padecer hambre. Pasados los tres días, la sacaré en medio de la gente, y le mostraré el forraje. Tú mientras tanto te pondrás delante con lo que afirmas que es el cuerpo de Cristo. Si el animal hambriento, no va hacia el forraje, y corre para adorar a su Dios, creeré sinceramente en la fe de la Iglesia.

En seguida el padre santo dio su aprobación. Llegado el día establecido para el desafío, la gente acudió desde todas partes y llenó la plaza. Antonio se detuvo en una capilla que había allí cerca para con gran devoción celebrar el ritual de la Misa. Una vez acabado salió hacia el pueblo que estaba esperando, llevando con gran reverencia el cuerpo del Señor. La mula hambrienta fue llevada fuera del establo y se le mostraron alimentos apetitosos.

Finalmente, imponiendo el silencio, el hombre de Dios con mucha fe ordenó al animal:
    -    En virtud y en nombre del Creador, que yo, por indigno que sea, tengo de verdad entre mis manos, te digo oh animal, y te ordeno que te acerques rápidamente con humildad y le presentes la debida veneración, para que los malvados herejes comprendan de este gesto claramente que todas las criaturas están sujetas a su Creador, tenido entre las manos por la dignidad sacerdotal en el altar.

El siervo de Dios ni siquiera había acabado estas palabras, cuando el animal, dejando a un lado el forraje, inclinándose y bajando la cabeza, se acercó arrodillándose delante del sacramento del cuerpo de Cristo.

SAN AGUSTÍN: NO LLORES SI ME AMAS..

No llores si me amas,
¡Si conocieras el don de Dios y lo que es el Cielo!
¡Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos!
¡Si pudieras ver desarrollarse ante tus ojos;
los horizontes, los campos y los nuevos senderos que atravieso!
¡Si por un instante pudieras contemplar como yo,
la belleza ante la cual las bellezas palidecen!

¡Cómo!...
¿Tú me has visto, me has amado en el país de las sombras
y no te resignas a verme y amarme en el país de las inmutables realidades?

Créeme.
Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue un día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé, y encontrarás mi corazón
con todas sus ternuras purificadas.


Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz!
ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por senderos nuevos de Luz...y de Vida...

Enjuga tu llanto y no llores si me amas!

miércoles, 13 de julio de 2016

PADRE JORDI RIVERO: QUÉ SON LOS SACRAMENTALES?


Jesucristo instituyó la Iglesia para conferirnos la gracia necesaria para nuestra salvación y santificación. Los principales canales de gracia son la Santa Misa, los sacramentos, la oración.


Los sacramentales son "signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas circunstancias de la vida"

- Catecismo #1667; Cf. Ley Canónica (Canon 1166). Los sacramentales santifican una gran variedad de momentos en la vida de las familias, personas y comunidades. Se pueden celebrar cada vez que hay necesidad de la oración de la Iglesia y la bendición de Dios.

Diversas formas de sacramentales
-Catecismo:
-#1671 Entre los sacramentales figuran en primer lugar las bendiciones (de personas, de la mesa, de objetos, de lugares). Toda bendición es alabanza de Dios y oración para obtener sus dones. En Cristo, los cristianos son bendecidos por Dios Padre "con toda clase de bendiciones espirituales" (Ef. 1:3). Por eso la Iglesia da la bendición invocando el nombre de Jesús y haciendo habitualmente la señal santa de la cruz de Cristo.

-#1672 Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las que están destinadas a personas -que no se han de confundir con la ordenación sacramental- figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la consagración de vírgenes, el rito de la profesión religiosa y las bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc.

-#1673 Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo practicó (Cf. Mc 1:25s), de El tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar. (Cf. Mc 3:15; 6:7.13; 16:17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de una presencia del Maligno y no de una enfermedad (Cf. CIC can. 1172).

Entre los sacramentales hay una gran variedad de oraciones. Los sacramentales aparecen en el catecismo bajo "Otras Celebraciones Litúrgicas": incluyen funerales, exorcismos, bendiciones de personas, consagración y bendición de objetos. También la religiosidad popular: "veneración de reliquias, visita a santuarios, peregrinaciones, procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc." Otros sacramentales son la señal de la cruz, el escapulario y las velas.

Diferencia entre Sacramentos y Sacramentales:

Institución: Los sacramentos: instituidos por Cristo para otorgar gracia. Los sacramentales: instituidos por la Iglesia con la autoridad investida a ella por Cristo para cumplir su misión.

Forma en que la gracia se recibe: Los sacramentos confieren la gracia ex opere operato (por la misma acción del sacramento). Un sacramento no puede dejar de comunicar la gracia prometida por Cristo siempre que se administre validamente. El sacramento confiere gracia mientras la persona que lo recibe no ponga un obstáculo en el camino. La gracia del sacramento no depende de los méritos ni la santidad del ministro. Los sacramentales comunican la gracia ex opere operantis ecclesiae. Literalmente del latín: "por la acción de la Iglesia que obra".

Los sacramentales reciben su eficacia de los méritos de la persona que reza y de los méritos y oraciones de La Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo. Los sacramentales no confieren la gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero por la oración de la Iglesia preparan a recibirla y disponen a cooperar con ella. "La liturgia de los sacramentos y de los sacramentales hace que, en los fieles bien dispuestos, casi todos los acontecimientos de la vida sean santificados por la gracia divina que emana del misterio pascual de la pasión, muerte y resurrección de Cristo, de quien reciben su poder todos los sacramentos y sacramentales, y que todo uso honesto de las cosas materiales pueda estar ordenado a la santificación del hombre y a la alabanza de Dios" (SC 61).

Características de los sacramentales

-#1668: Los sacramentales "han sido instituidos por la Iglesia en orden a la santificación de ciertos ministerios eclesiales, de ciertos estados de vida, de circunstancias muy variadas de la vida cristiana, así como del uso de cosas útiles al hombre. Según las decisiones pastorales de los obispos pueden también responder a las necesidades, a la cultura, y a la historia propias del pueblo cristiano de una región o de una época. Comprenden siempre una oración, con frecuencia acompañada de un signo determinado, como la imposición de la mano, la señal de la cruz, la aspersión con agua bendita (que recuerda el Bautismo)". Los laicos pueden ministrar algunos sacramentales según las provisiones en los libros litúrgicos. Ejemplos: padres bendicen a sus hijos.

#1669 Los sacramentales proceden del sacerdocio bautismal: todo bautizado es llamado a ser una "bendición" (Cf. Gn 12:2) y a bendecir. (Cf. Lc 6:28; Rm 12:14; 1P3:9) Por eso los laicos pueden presidir ciertas bendiciones;(Cf. SC 79; CIC can. 1168); la presidencia de una bendición se reserva al ministerio ordenado (Obispos, presbíteros o diáconos Cf. Ben 16;18), en la medida en que dicha bendición afecte más a la vida eclesial y sacramental.

FUENTE: http://www.corazones.org Padre Jordi Rivero

martes, 12 de julio de 2016

RP.HORACIO BOJORGE SI: ELLAS COMO MAESTRAS DE AMISTAD


Cuando una chica encuentra un varón como amigo, larga a sus amigas y se pega al novio pensando que va a ser el amigo. "Ahora encontré el amigo." Es como si imaginaran que el varón es una especie de amiga masculino.

Como si pensaran o imaginaran al varón de acuerdo con el patrón de sus amigas. Y aunque se den cuenta de que el varón las mira de una manera muy distinta que sus amigas, no comprenden del todo en qué consiste la diferencia.


En los cuentos de niños que se contaban en mi tiempo -ahora son otros atroces, pero yo tuve la suerte de que nos contaban cuentos de príncipes y princesas, de hadas y de brujas- se decía que la princesa estaba presa en una torre y venía el príncipe y la sacaba de allí. Ese cuento contiene una visión llena de sabiduría respecto de la condición de la mujer. Toda mujer es una princesa presa en la torre de su cuerpo. Todos los asaltantes quieren apoderarse de la torre. Hay uno solo, el príncipe, que la libera de esa prisión a la que los varones ponen sitio por el deseo. Él príncipe la busca a ella, más allá de su cuerpo. Hay una verdad muy grande en esto y si la mujer no se da cuenta de estas cosas, corre el riesgo de convertir incluso al príncipe en un asaltante.

sábado, 9 de julio de 2016

HANS URS VON BALTHASAR: XV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (C)

Anda, haz tú lo mismo. La parábola del buen samaritano es aparentemente una historia en la que Jesús no aparece. Y sin embargo lleva claramente su marca; nadie más que él podía contarla en estos términos: que los que debían practicar la misericordia, el sacerdote y el levita, se muestren indiferentes y pasen de largo, y que sea precisamente el extranjero el que tenga compasión del malherido "medio muerto", lo cure, le vende las heridas, lo cuide y, tras su marcha, siga preocupándose de él. Sólo Jesús puede contar esto así, pero no por sus sentimientos humanitarios, sino porque lo que hace el extranjero con el malherido, él mismo lo ha hecho por todos más allá de toda medida. El samaritano es un pseudónimo de Jesús, y cuando se dice al letrado: "Haz tú lo mismo", se le está invitando a imitar a Cristo. Un humanista habría hecho algo a medio camino entre la omisión descarada de los dos primeros y la maravillosa obra de misericordia del tercero: quizá se habría dirigido a un puesto de guardia de los samaritanos, habría dado su informe y después habría proseguido su camino. En la sobreabundancia de la obra de misericordia se encuentra el sello de Cristo, algo que remite a la respuesta que Jesús había dado cuando se le preguntó que hay que hacer para heredar la vida eterna: " Amarás con todo tu corazón", no sólo a Dios, sino también al prójimo.

Por él quiso Dios reconciliar consigo todos los seres. Jesús, que se oculta tras el extranjero de la parábola del evangelio, es en la segunda lectura "el primogénito" en el que "se mantiene" toda la creación. Sin este primogénito, sin este arquetipo, no habría creación alguna. La creación sólo existe porque "en él quiso Dios que residiera toda plenitud y por él quiso reconciliar consigo todos los seres", eliminar todas las disonancias existentes en el mundo, hacer coincidir a todos los contrarios que pugnan entre sí en su paz, lograda "por la sangre de su cruz". También la injusticia social de la que se habla en la parábola, que un hombre esté malherido en medio del camino, que las clases altas de la sociedad, los acomodados espiritual y corporalmente, pasen de largo sin hacer nada, también esto es expiado y reconciliado en la obra del Buen Samaritano, que ha derramado su sangre por el mundo. Por lo demás, no conviene olvidar las palabras del final: "Anda, haz tú lo mismo". Pero antes de esta acción, está la obra universal de la reconciliación realizada por Jesús, y antes de ésta, su elección como fundamento y arquetipo de la creación entera. La cadena entre estos tres eslabone es irromplible.

El mandamiento está muy cerca de ti. Es precisamente esto lo que inculca ya la Antigua Alianza en la primera lectura, suprimiendo la aparente distancia entre Dios con su mandamiento y el hombre, que debe escucharlo y cumplirlo. La disculpa es tan fácil: el mandamiento del cielo es demasiado elevado, no es aplicable en la vida cotidiana, está demasiado lejos, más allá del mar, sólo pueden ponerlo en práctica los emigrantes y algunos ascetas especiales. No, porque todas las cosas tienen en Cristo su consistencia, el mandamiento está muy cerca de ti: tu conciencia puede percibirlo, está en tu espíritu, puedes comprenderlo, meditarlo, aplicarlo. Si el Logos es el arquetipo de todos los seres, entonces tú eres su imagen, llevas su impronta en ti. El humanismo no niega la posibilidad de poseer esta ley primordial y de obedecer su imperativo; únicamente no ve que el hombre no es más que expresión y no el sello mismo, y que hay que mirar a este último para saber hasta dónde llega el deber del amor.

jueves, 7 de julio de 2016

DIÁCONO JORGE NOVOA: LA MUJER VESTIDA DE SOL DEL APOCALIPSIS...

La batalla narrada en el Apocalipsis guarda clave importantes sobre la lucha entre el bien y el mal, se presenta inicialmente a una Mujer, venida del cielo, está vestida de sol y tiene la luna bajo sus pies...

Podes escuchar y bajar esta Catequesis que s emitió por Radio María en Uruguay

miércoles, 6 de julio de 2016

P. LEONARDO CASTELLANI: ¿QUÉ ES LA VERDAD?

"¿Qué es la Verdad?" -dijo Pilatos. -"Est vir qui adest"- es el varón que tienes delante, podía haber respondido Jesucristo, con las mismas letras de la pregunta "¿Quid est veritas?" En la Edad Media un autor anónimo compuso este ingenioso anagrama: ¿Quid est veritas? - Est vir qui adest."

En realidad, Pilatos no preguntó en latín, sino en griego vulgar, koiné, y Jesucristo no contestó nada. Al que pregunta: ¿Qué es la verdad? sin muchas ganas de conocerla, la Verdad no le contesta nada. En suma, si Jesucristo hubiese sido criollo (y en parte lo fue) y Pilatos hubiese merecido que Cristo le contestara (que no lo merecía, por cobarde), a la pregunta: "¿Qué es la Verdad?", Jesucristo debía haber contestado: "No te hagás el que no la ves..." Éste es un chiste de Ignacio Pirovano. Así como a mí me cuelgan chistes malos que nunca he hecho, que a veces me dejan bastante mal, así yo uso los chistes buenos de mis amigos.

(SAN AGUSTÍN Y NOSOTROS)

martes, 5 de julio de 2016

DIÁCONO JORGE NOVOA: ENCONTRAR AL SEÑOR EN LA NOCHE..

Nicodemo le dice a Jesús:" Nadie puede hacer las cosas que tú haces, si Dios no está con el". Este diálogo es el inicio de una historia que terminará cuando Nicodemo, pida con José de Arimatea, el cuerpo muerto del Señor para dar digna sepultura...

Podés escuchar y bajar la Catequesis que se emitió por radio María en Uruguay.

METROPOLITA IGNACIO HAZIM: SIN EL ESPÍRITU SANTO...

Sin el Espíritu Santo

Dios está lejano,
Jesucristo queda en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia es una simple organización,
la misión una propaganda,
la autoridad una dominación,
el culto una evocación,
el actuar cristiano una moral de esclavos.

Pero en el Espíritu Santo
el cosmos es exaltado y gime hasta que dé a luz el Reino,
el Cristo resucitado está presente,
el Evangelio es una potencia de vida,
la Iglesia significa la comunión trinitaria,
la autoridad un servicio liberador,
la misión un nuevo Pentecostés,
la liturgia un memorial y una anticipación,
el actuar humano es deificado.

¡ Ven, Espíritu Santo !

                        Amén.

lunes, 4 de julio de 2016

SAN LUIS MARÍA GRIGNION DE MONTFORT: MARÍA Y LA LUCHA FINAL


51. A estas últimas y crueles persecuciones de Satanás, que aumentarán de día en día hasta que llegue el anticristo, debe referirse sobre todo aquella primera y célebre predicación y maldición lanzada por Dios contra la serpiente en el paraíso terrestre. Nos parece oportuno explicarla aquí, para la gloria de la Santísima Virgen, salvación de sus hijos y confusión de los demonios: 

"Haré que haya enemistad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y la suya,
ésta te pisará la cabeza
mientras tú te abalanzarás sobre tu talón."
 

52. Dios ha hecho y preparado una sola e irreconciliable enemistad, que durará y se intensificará hasta el fin. Y es entre María, su digna Madre, y el diablo; entre los hijos y servidores de la Santísima Virgen y los hijos y secuaces de Lucifer. De suerte que el enemigo más terrible que Dios ha suscitado como Satanás es María, su Santísima Madre. Ya desde el paraíso terrenal aunque María sólo estaba entonces en la mente divina le inspiró tanto odio contra ese maldito enemigo de Dios, le dio tanta sagacidad para descubrir la malicia de esa antigua serpiente y tanta fuerza para vencer, abatir y aplastar a ese orgulloso impío, que el diablo la teme no sólo más que a todos los ángeles y hombres, sino en cierto modo más que al mismo Dios. 

No ya porque la ira, odio y poder divinos no sean infinitamente mayores que los de la Santísima Virgen, cuyas perfecciones son limitadas, sino: 

a. Porque Satanás, que es tan orgulloso sufre infinitamente más al verse vencido y castigado por una sencilla y humilde esclava de Dios y la humildad de la Virgen lo humilla más que el poder divino; 

b. Porque Dios ha concedido a María un poder tan grande contra los demonios que como a pesar suyo se han visto muchas veces obligados a confesarlo por boca de los posesos tienen más miedo a un solo suspiro de María a favor de una persona, que a las oraciones de todos los santos y a una sola amenaza suya contra ellos más que a todos los demás tormentos. 


53. Lo que Lucifer perdió por orgullo, lo ganó María con la humildad. Lo que Eva condenó y perdió por desobediencia, lo salvó María con la obediencia. Eva, al obedecer a la serpiente, se hizo causa de perdición para sí y para todos sus hijos, entregándolos a Satanás; María, al permanecer perfectamente fiel a Dios, se convirtió en causa de salvación para sí y para todos sus hijos y servidores, consagrándolos al Señor. 


54. Dios nos puso solamente una enemistad, sino enemistades, y no sólo entre María y Lucifer, sino también entre la descendencia de la Virgen y la del demonio. Es decir: Dios puso enemistades, antipatías y los odios secretos entre los verdaderos hijos y servidores de la Santísima. Virgen y los hijos y esclavos del diablo: no pueden amarse ni entenderse unos a otros. 

Los hijos de Belial, los esclavos de Satanás, los amigos de este mundo de pecado ¡todo viene a ser lo mismo! han perseguido siempre y perseguirán más que nunca de hoy en adelante a quienes pertenezcan a la Santísima Virgen, como en otro tiempo Caín y Esaú figuras de los réprobos persiguieron a sus hermanos Abel y Jacob figuras de los predestinados. 

Pero la humilde María triunfará siempre sobre aquel orgulloso y con victoria tan completa que llegará a aplastarle la cabeza, donde reside su orgullo. ¡María descubrirá siempre su malicia de serpiente, manifestará sus tramas infernales, desvanecerá sus planes diabólicos y defenderá hasta el fin a sus servidores de aquellas garras mortíferas! 

El poder de María sobre todos los demonios resplandecerá, sin embargo, de modo particular en los últimos tiempos, cuando Satanás pondrá asechanzas a su calcañar, o sea, a sus humildes servidores y pobres a juicio del mundo; humillados delante de todos; rebajados y oprimidos como el calcañar respecto de los demás miembros del cuerpo. Pero, en cambio, serán ricos en gracias y carismas, que María les distribuirá con abundancia, grandes y elevados en santidad delante de Dios, superiores a cualquier otra creatura por su celo ardoroso; y tan fuertemente apoyados en el socorro divino que, con la humildad de su calcañar y unidos a María, aplastarán la cabeza del demonio y harán triunfar a Jesucristo. 

viernes, 1 de julio de 2016

LAS GENEALOGÍAS EN LOS EVANGELIOS

El árbol genealógico de Jesús lo han conservado solamente San Mateo y San Lucas. Cada uno lo pone en su sitio. San Lucas, a empezar el ministerio público, cuando Jesús empieza a tener personalidad pública. San Mateo lo pone a la cabeza de su libro. Los dos le han dado, pues, un sitio relevante. Los dos han querido mostrar con este hecho que Jesús pertenecía, según la carne, al pueblo hebreo y, de una manera especial, a la familia de David, de quien estaba profetizado que había de nacer el Mesías. La lista genealógica tiene un verdadero valor apologético para los dos evangelistas.

Ya en la misma manera como nos trasmiten esta lista genealógica se observa el estilo propio de cada evangelista. San mateo procede en orden descendente, desde Abraham hasta José, esposos de María, y la distribuye en tres series iguales, de catorce nombres cada una.

San Lucas procede en orden ascendente, empezando con Cristo y sus padres y terminando con Adán, cabeza del género humano, creado directamente por Dios. La verdad histórica de estas listas no ofrece dificultad. Los judíos eran muy exigentes en materia de genealogías, como puede verse en Esd 2,61-63;Neh 7, 63-65; Ro 11,1;Fil 3,5. El caso de san Pablo, que se gloría de pertenecer a la tribu de Benjamín, debía de ser ordinario, y más en los que pertenecían a la tribu de Judá y a la familia de David. San José y la Virgen suben a Belén, porque conocen su árbol genealógico. Las listas estaban escritas en archivos públicos y se conservaban en los propios de cada familia, para exhibirla cuando hacían falta. Por tanto, el hecho de averiguar la genealogía humana del Señor no era difícil.

La dificultad está en conciliar las listas que nos han trasmitido los evangelistas. Los ascendientes que pone Mateo no coinciden con los que pone Lucas. Para explicar estas diferencias existen tres posibles respuestas al problema.

1ª Las dos listas se refieren a San José, pero San Mateo da una genealogía natural; San Lucas, su genealogía legal. Jacob (Mt) y Eli (Lc) eran hermanos de madre. Eli murió sin hijos, y Jacob se casó con la viuda para cumplir la ley del levirato (Dt 25,5-6). De este segundo matrimonio nació José quién fue hijo legal de Elí y natural de Jacob. Por esto figura en cada lista con un padre distinto.

2ª La segunda respuesta explica las diferencias por otro camino. Los dos evangelistas dan dos ascendencias carnales distintas. San Mateo se refiere a la de San José y San Lucas a la de María. Elí sería San Joaquín, el suegro de San José. Los dos tienen su razón. San José era el padre legal de Jesús, y María, la madre virgen. La generación de Jesús según la carne fue un caso único en la historia de la humanidad. El nombre de María en la genealogía de Lc fue sustituido por el de José, pues según el derecho del Antiguo Testamento la mujer no podía continuar la raza.

3ª Algunos modernos prefieren otra explicación. La intención de los dos evangelistas es dar la ascendencia de San José, padre legal de Jesús. Cada evangelista la da de diversa manera, porque Mateo da la ascendencia carnal del santo patriarca y Lucas su ascendencia política la de su esposa. En esto conviene esta respuesta con la segunda. Pero discrepa en dar la ascendencia de hecho de María, no por razón de ella, sino por razón del padre legal. La ascendencia de la mujer había pasado a ser ascendencia legal del esposo.

“Es cierto que la lectura de este registro de ascendientes nos inclina a reflexionar. Además de la dignidad que le confiere la Palabra de Dios, posee también por sí un alto carácter de probabilidad, porque los pueblos antiguos disfrutaban de buena memoria. Además, las genealogías de las familias distinguidas están depositadas en los archivos de los templos. Sabemos, en efecto, que Herodes mandó destruir documentos de esta índole porque era un advenedizo y quería despojar a las familias de viejo linaje de parangonarse con él.

Qué elocuentes son estos nombres! A través de ellos surgen de las tinieblas del pasado más remoto las figuras de los tiempos primitivos. Adán penetrado por la nostalgia de la felicidad perdida del paraíso; Set, que nació después que Caín había matado a Abel; Henoc, del que se dice que había tratado familiarmente con Dios siendo arrebatado por Él. Luego Matusalén, el muy anciano, y Noé rodeado del terrible fragor del diluvio…van sucediéndose como hitos de una senda que atraviesa los milenios desde el paraíso terrenal hasta llegar a Abraham, al que Dios hizo salir con su llamamiento de su país y de su familia a para que formase una alianza con Él. Abraham que tuvo fe y fue amigo de Dios; Isaac el hijo del milagro que le fue devuelto desde el altar del sacrificio; Jacob, el nieto que luchó con el ángel de Dios…,todas estas figuras encarnan el rasgo más potente del modo de ser humano presentado en el Antiguo Testamento, que consiste en estar arraigado en la vida terrena al par que caminar ante la faz de Dios.

Son seres de profunda realidad terrena, muy ligados a todo lo humano; pero Dios está tan cercano a ellos, su existencia y sus palabras, sus buenas y malas acciones revelan a las claras esta proximidad que resultan verdaderas revelaciones…El hijo de Jacob, Judá continúa la estirpe a través de Fares y de Aram hasta el rey David. Con éste empieza la gran historia del pueblo. Se inicia con batallas interminables, para proseguir luego con largos años de paz bajo la magnífica era de Salomón. Durante los últimos años de su reinado la casa real falta a su lealtad. Va hundiéndose luego cada vez más en un camino oscuro que conduce al abismo, alternándose las caídas y las reacciones. La guerra, la miseria, los crímenes, y abominaciones acarrean la destrucción del reino y tienen por consecuencia la cautividad en Babilonia.

Allí queda extinguido el resplandor del linaje real, que desde entonces irá viviendo pobre y oscuramente. José el esposo de María es un artesano tan pobre que el día de la purificación no pudo ofrecer como sacrificio un cordero, sino solamente un par de tórtolas (Lc 2,24).Toda la historia del pueblo es evocada por estos nombres. Y no sólo por estos, sino también por los que fueron suprimidos, como los de Acab y sus dos sucesores, que fueron borrados de la serie por haber sido maldecido por el profeta.

Hay algunos de estos nombres que nos hacen pensar más que otros. Son nombres de mujer, citados como de pasada, intercalados según algunos intérpretes para salir al paso de los ataques de los judíos acerca de la madre del Señor, haciéndoles ver los oprobios de la casa real. Dejemos de lado a Rut, la abuela de David. El judío puro la considera como deshonra de la estirpe real, por ser originaria de Moab y haber introducido sangre extranjera, prohibida por la ley, en las venas de David. Nosotros, sin embargo, vemos su íntima imagen en el librito que lleva su nombre…De Judá, hijo mayor de Jacob, se dice que engendró a fares y Zara con Tamar. Tamar era su propia nuera, esposa de su hijo mayor, que había muerto joven. Luego, conforme a la ley, había sido esposa de su cuñado Onán, pero contra su gusto y sin disfrutar de sus derechos. Entonces Dios se irritó y Onán murió. Judá se negó a entregarle su tercer hijo, temiendo perderlo también. Tamar se vistió de cortesana y esperó a su suegro en una solitaria encrucijada, cuando éste iba a trasquilar el rebaño. Fue entonces cuando concibió a los mellizos Fares y Zara. Fares continuo la estirpe (Gn 38).Dícese de Salomón que engendró a Booz de Rajab. Esta fue la que acogió en Jericó a los mensajeros de Josué. Era pagana como Rut y mesonera o ramera, nombres sinónimos en el Antiguo Testamento (Jos 2).Y otra vez, el rey David engendró a Salomón con la mujer de Urías, David era un hombre de abolengo real. El sello de la elección divina le distinguía desde su juventud. Inspirado por Dios, era poeta y profeta. Mediante prolongadas guerras echó los cimientos del reino de Israel. Era un gran luchador apasionado, generoso al par que duro e intransigente cuando lo creía preciso. Su honor queda empañado por el nombre de Betsabé, esposa de uno de sus oficiales. Urías, el hitita, hombre valiente y fiel. Mientras él estaba en el campo de batalla David deshonró su hogar. Urías regresó para hacer un informe sobre la situación militar alrededor de Rabba. David tuvo miedo y quiso disimular lo sucedido con indignos engaños. Al darse cuenta que no podía lograr su intento, volvió a mandar a Uría al frente con una carta que decía: “Poned a Urías en el punto donde la lucha sea más dura y cuando arrecie el combate retiraos y dejadle sólo para que caiga muerto”. Así se hizo y David tomó a su mujer. El profeta Natán le manifestó la cólera de Dios. David se arrepintió, ayunó e hizo penitencia. Tuvo que ver morir al niño, pero luego se levantó – dicen las Escrituras- y fue cerca de Betsabé.Salomón fue su nuevo hijo (II Sam 11-12).

San Pablo dice del Señor que se hizo un de nosotros, a semejanza nuestra fuera del pecado ( Heb 4,15). Se penetró de todo lo humano. Las series de nombres de las genealogías nos muestran lo que significa haber venido a formar parte de la historia humana, con su destino y su culpabilidad. Él quiso tomarlo todo sobre sus espaldas sin eximirse de nada. En los largos años de silencio pasados en Nazaret, Jesús meditaría sobre estos nombres. Qué hondamente debió penetrar el significado de estas dos palabras: historia humana; lo que encierran de grandeza y de poder, de confusión, de miseria, oscuridad y maldad! Quiso abrazarlo todo con su existencia. Todo esto iba avanzando hacia Él, para que lo tomara sobre sí y respondiese de ello ante Dios.”(Romano Guardini)