domingo, 26 de abril de 2015

MEDJUGORJE 25 DE ABRIL 2015


Medjugorje-Gospa“Queridos hijos, también hoy estoy con ustedes para guiarlos hacia la salvación. Su alma está inquieta porque el espíritu está débil y cansado de todas las cosas terrenas. Ustedes, hijitos, pídanle al Espíritu Santo para que Él los transfigure y llene con su fuerza de fe y esperanza, a fin de que estén firmes en esta lucha contra el mal. Yo estoy con ustedes e intercedo por ustedes ante mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

martes, 21 de abril de 2015

MARÍA CRISTINA GREGORIO: DALE UNA OPORTUNIDAD...

Un Dios que se disfraza de guitarra o de amanecer,
que te quiere cuando haces las cosas bien,
y cuando te salen mal;
que pide prestada la voz de un amigo,
de una madre o de un hermano para hablarte,
que se alhoja en una enfermedad,
y allí te encuentra;
un Dios que cuando estás en la oscuridad más profunda,
tan solo un segundo le basta para elevarte a la cima más alta…

El mismo Dios que derrumba tus saberes y te habla en los sencillos.
El Dios que embriagó de amor a los santos,
el que conquistó el corazón de san Agustín,
y que está esperando conquistar el tuyo.

El que viene a rescatarte,
a devolverte la dignidad.
El que viene a llenar el vacío de tu almohada.
El único que puede hacerlo.

Dejate querer por Él,
vale la pena darle una oportunidad…



lunes, 20 de abril de 2015

NUESTRA SEÑORA DEL VERDÚN: 100.000 URUGUAYOS A PLOS PIES DE LA VIRGEN

Desde el Verdún, ayer una vez más la Virgen convocó a sus hijos, que en  un número estimado por los medios de prensa nacionales, alcanzó los 100.000 peregrinos. 

Monseñor Jaime Fuentes obispo de Minas, pastor incansable,  invitó al cardenal Daniel Sturla a presidir la celebración eucarística que se realizó  en la Capilla que se encuentra al pie del Cerro Verdún. También participaron Monseñor Martín Perez Scremini (Florida), Monseñor Wirtz (Maldonado) que celebraba su cumpleaños.

Luego de concluida la celebración eucarística, Monseñor Sturla bendijo la imagen que vemos en la foto y que presidirá la nueva Capilla, una vez concluida, denominada Madre de la Misericordia.
La multitud de peregrinos venidos desde todos los rincones del país, visitó el Templente sobre el Cerro, que cumplía 114 años, y vieron con alegría, nuevamente colocada la corona sobre la cabeza de la Virgen, luego que un temporal la volara dejándola muy deteriorada.

La imagen que presidirá la Capilla Madre de la Misericordia , aún en construcción fue donada por el Vicario de la Prelatura del Opus Dei a Monseñor Jaime Fuentes, quien al concluir la Misa agradeció a todos los que  están ayudando a que este sueño se haga realidad.

La imagen evoca el momento drámatico en que la Madre recibe a su Hijo muerto luego que lo bajaron de la cruz. La elocuencia de su lenguaje hizo que los peregrinos se detuvieran en actitud orante a contemplar la escena.
Monseñor Sturla se detuvo luego de concluida la Misa con cientos de peregrinos que le pidieron bendiciones y lo saludaron afectuosamente.
Radio María realizándole una entrevista, en la que resaltaba la alegría que sentía por compartir este momento.


sábado, 4 de abril de 2015

DIÁCONO JORGE NOVOA: EL SÍLBATO DEL TREN


Tantas veces me ha ocurrido, al estar presenciando una película, ser testigo de una escena que probablemente todos conocemos, en donde uno de los dos protagonistas del romance, que debía llegar a una hora determinada al aeropuerto, estación del metro, tren o simplemente a un lugar indicado para una cita, aparece corriendo desaforadamente, pero lamentablemente llegando tarde. Y esta historia se repite tantas veces en la vida cotidiana, incluso en la relación de fe, hay personas bautizadas que parecen revivir esta experiencia en sus vidas permanentemente. Uno llega a pensar si verdaderamente su boleto no estará marcado con la hora equivocada, que los desorienta, impidiéndoles estar adecuadamente dispuestos para la hora del Encuentro.

Cuántos hermanos y hermanas, hombres de buena voluntad estuvieron tan cerca pero llegaron tarde. Cuántas invitaciones fueron bien recibidas, provocando ese hormigueo inicial de deseo y ansiedad, que anhela la llegada de la hora del Encuentro. Cuántas invitaciones del Señor malogradas! Buenos deseos sofocados. Cuantas motivos de postergaciones sin sentido! "Lo dejaré para después que me reciba… cuando se solucionen las cosas económicas…crezcan los niños……las vacaciones, o luego de la jubilación…" Estamos siempre dejándolo para mañana, pero realmente,¿habrá para mí un mañana? ¿Por qué falla nuestra decisión inicial o es insuficiente, para mantener encendida en nosotros la intención primera?

Cuántas intenciones se quedan en el andén de nuestra existencia, frente alguna vidriera, observando un partido de fútbol o en medio del noticiero. Estamos inmersos en la cultura del entretenimiento, con una extensa gama de actividades que nos ayudarán a postergar la decisión de llegar a tiempo a la cita. 

Las decisiones duran lo que un suspiro, perdiendo totalmente su consistencia, y así como se han encendido se apagan. Y en el anverso de la moneda están tantos lamentos, con el consiguiente reconocimiento de postergaciones sin sentido, y con la consiguiente nostalgia por los días perdidos.
Hoy suena para ti el silbato del tren, que tiene diversos destinos, puedes ponerte en camino de una reconciliación postergada, una decisión pendiente que duerme en el baúl de tu casa, esperando tu respuesta, una promesa abandonada frente a un periódico sensacionalista, una visita a la cárcel o al hospital. Un silbato del tren que cambiará tu vida. Hoy has reconocido que ese llamado es para ti. Al preparar tu corazón, no olvides la alegría que reina en este reconocimiento. No dejes pasar esta oportunidad.
La voz de Dios, se asemeja mucho a ese silbato del tren, que anuncia su llegada y también su partida, pero podemos nosotros, ante las invitaciones de Dios, ser únicamente espectadores pasivos, que ven como las puertas una y otra vez, se abren y cierran, permaneciendo inmóviles en nuestro lugar. Para decidirnos debemos vencer nuestra comodidad y aparente seguridad. Intenta reconocer en tantas situaciones que la vida te presenta, la voz de Dios que te invita a subirte al tren.