viernes, 29 de abril de 2011

BEATO JUAN PABLO II

MONSEÑOR JOSÉ IGNACIO MUNILLA: LA CRUZ PEREGRINA YA ESTÁ EN ESPAÑA

Han pasado veinticinco años desde que nuestro inolvidable Juan Pablo II, confiase a los jóvenes del mundo entero, una austera y sencilla cruz de madera, de 3,8 metros de altura. Lo hizo en un marco solemne: era el Domingo de Pascua de 1984 y se clausuraba el Año Santo de la Redención, en el que se habían conmemorado los 1950 años de la muerte salvífica de Cristo. Las palabras del Papa lanzaban un reto que ha resultado ser verdaderamente profético: “Queridos jóvenes, al clausurar el Año Santo os confío el signo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención”.

En la celebración de las bodas de plata de dicho acontecimiento, un grupo de unos seis mil jóvenes españoles peregrinaba a Roma, encabezados por el Cardenal Arzobispo de Madrid y Presidente dela Conferencia Episcopal, D. Antonio María Rouco. Los allí presentes fuimos testigos de un acontecimiento singular, en el marco de la celebración del Domingo de Ramos, presidida por el Papa en la Plaza de San Pedro del Vaticano: el traspaso de esta “Cruz peregrina”, de las manos de los jóvenes australianos a las de los jóvenes españoles.

Preparados para el relevo: ¡recibimos el testigo!

En estos veinticinco años, la “Cruz peregrina” ha visitado los lugares más recónditos de la Tierra: consiguió entrar en los países de la Europa comunista, para terminar pasando por la Puerta de Brandenburgo, una vez caído el muro de Berlín; visitó la Zona Cero de Manhattan tras el atentado de las Torres Gemelas, sin dejar por ello de hacerse presente en los países más pobres; presidió en el año 2000 el memorable Vía Crucis de Juan Pablo II en el Coliseo romano, así como también fue transportada en trineo por los esquimales del Canadá…

Ante todo y, sobre todo, es la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, en las cuales ha estado presente desde su inicio. Su llegada a nosotros, nos trae el impulso de revitalización que la JMJ de Madrid 2011 puede y debe dar a toda la Pastoral Juvenil española.

Hasta ahora, el “testigo” de la fe lo habíamos recibido principalmente, en el seno de nuestras familias, en el contexto de una tradición católica; pero, en el momento presente, es necesario que sean los propios jóvenes quienes también se entreguen ese “testigo” de la fe, unos a otros. Por ello, la “Cruz peregrina” visitará detenidamente la geografía española, derramando las gracias divinas que den cumplimiento a las palabras del apóstol San Juan: “Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes y la Palabra de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al Maligno” (1 Jn 2, 14).

Junto a la Cruz, estaba su Madre

Dos años antes de su fallecimiento, Juan Pablo II entendió que el signo que había legado a los jóvenes en la “Cruz peregrina”, podía ser enriquecido. Aprovechando el momento en que los jóvenes canadienses entregaban la cruz a los jóvenes alemanes, añadió un segundo elemento que completaba el símbolo de la transmisión de la “antorcha” de la fe: un icono de la Virgen María, con la advocación “Salus Populi Romani”.

Lo propio de la Madre no sólo es aliviar el peso de los sufrimientos de sus hijos, sino también enseñarnos a descubrir la presencia del Resucitado en medio de las cruces diarias. El Crucificado y el Resucitado, no sólo son la misma persona, sino que son dos condiciones inseparables de nuestra propia existencia. María se encarga de mostrarnos que ¡no hay rosa sin espina, como tampoco hay espina sin rosa!

La Virgen María ha resultado ser la “embajadora de la Cruz”. Ella nos introduce en esta gran fiesta de unidad y de universalidad de la Iglesia Católica, en la que la “Cruz peregrina” llega desde las antípodas del planeta hasta nosotros. ¡Bienvenida sea!

El reto que nos encomienda el Papa

Al día siguiente de esta entrega de la Cruz, el Papa recibía en el Aula Pablo VI a los jóvenes presentes en Roma. ¡¡El encuentro fue una fiesta inolvidable!! Benedicto XVI transmitió un mensaje de calado a los jóvenes, a la par que les trasmitía un ambicioso reto: “Este tiempo de preparación a la Jornada de Madrid es una ocasión extraordinaria para experimentar la gracia de pertenecer a la Iglesia, Cuerpo de Cristo. Las Jornadas de la Juventud manifiestan el dinamismo de la Iglesia y su eterna juventud” (…) “Os invito a formaros en la fe … y a que, en el camino hacia Cristo, sepáis atraer a vuestros amigos, compañeros de estudio y de trabajo, para que también ellos conozcan y confiesen al Señor en sus vidas”. Como popularmente se dice, el Papa “no se anduvo por las ramas”, sino que aprovechó la ocasión para hacernos caer en la cuenta del reto que se nos presenta, de cara a la transmisión de la fe a las nuevas generaciones.

Os deseo a todos una feliz Pascua de Resurrección. ¡Que la peregrinación de la Cruz de los Jóvenes por toda nuestra geografía, siembre entre nosotros la esperanza y la alegría, preludio del gozo eterno al que estamos llamados con Cristo Resucitado!

TRANSMISIONES POR LA BEATIFICACIÓN DE JUAN PABLO II


Buenos Aires, 28 Abr. 11 (AICA)
Imagen de Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro

Imagen de Juan Pablo II en la Plaza de San Pedro

Emisoras y canales católicos transmitirán en vivo y en directo la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II, que presidirá el papa Benedicto XVI este domingo 1° de mayo, en la plaza de San Pedro, a partir de las 3 hora de la Argentina.

También ofrecerán emisiones especiales de la vigilia de oración por realizarse el sábado 30 de abril en el Circo Máximo, de Roma; y la misa de acción de gracias por el nuevo beato que presidirá el lunes 2 de mayo el cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, en la Plaza de San Pedro.

Los programas podrán seguirse, además, a través de Internet:
www.radiovaticana.org/espanol/ ,www.ewtn.com y www.h20news.org

Programaciones
La Red Católica Global EWTN ofrecerá la cobertura completa de la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II.

El sábado 30 de abril, la vigilia de oración se emitirá en vivo a las 12:30 hora de Lima, a las 13.30 hora de Asunción y La Paz, y a las 14:30 hora de Buenos Aires, Montevideo y Santiago. Se repetirá el mismo día a las 19 (Lima), a las 20 (Asunción y La Paz), y a las 21 (Buenos Aires, Montevideo y Santiago). La emisión tendrá una duración de 3 horas y media.

El domingo 1° de mayo, día de la Divina Misericordia, la ceremonia de beatificación se emitirá en vivo a la 1 (Lima), a las 2 (Asunción y La Paz), y a las 3 (Buenos Aires, Montevideo y Santiago). Se repetirá el mismo domingo a las 10 y 17 (Lima), a las 11 y 18 (Asunción y La Paz), y a las 12 y 19 (Buenos Aires, Montevideo y Santiago). Tendrá una duración de 4 horas y media.

El lunes 2 de mayo, la misa de acción de gracias por la beatificación de Juan Pablo II se emitirá en vivo a las 3:30 (Lima), a las 4:30 (Asunción yLa Paz), y a las 5:30 (Buenos Aires, Montevideo y Santiago). Se repetirá el mismo día a las 11 (Lima), 12 (Asunción y La Paz), 13 (Buenos Aires, Montevideo, Santiago). Tendrá una duración de 2 horas y media.

Las mismas alternativas podrán seguirse en vivo por Radio Vaticana, en castellano
www.radiovaticana.org/espanol/ y en www.h20news.org mediante el sistema web TV player, que puede bajarse en forma gratuita.

En Radio María
El padre Javier Soteras, director de Radio María Argentina, se encuentra en Roma desde donde realizará diferentes informes sobre la beatificación de Juan Pablo II.La emisora realizará el domingo 1° de mayo, a las 5, una emisión especial con la cobertura de este acontecimiento, que podrá escucharse a través de su sitio web www.radiomaria.org.ar .+

miércoles, 27 de abril de 2011

MEDJUGORJE 25 DE ABRIL 2011

”¡Queridos hijos! Así como la naturaleza muestra los colores más hermosos del año, también yo los invito a que con su vida testimonien y ayuden a los demás a acercarse a Mi Corazón Inmaculado, para que la llama del amor hacia el Omnipotente brote en los corazones de ellos. Yo estoy con ustedes y sin cesar oro por ustedes para que su vida sea reflejo del Paraíso aquí en la tierra. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

domingo, 24 de abril de 2011

BENEDICTO XVI: MENSAJE PASCUAL 2011


CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 24 abril 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el mensaje de Pascua que Benedicto XVI dirigió desde el balcón central de la Basílica de San Pedro del Vaticano a mediodía del Domingo de Resurrección.

* * *

In resurrectione tua, Christe, coeli et terra laetentur. En tu resurrección, Señor, se alegren los cielos y la tierra (Lit. Hor.)

Queridos hermanos y hermanas de Roma y de todo el mundo:

La mañana de Pascua nos ha traído el anuncio antiguo y siempre nuevo: ¡Cristo ha resucitado! El eco de este acontecimiento, que surgió en Jerusalén hace veinte siglos, continúa resonando en la Iglesia, que lleva en el corazón la fe vibrante de María, la Madre de Jesús, la fe de la Magdalena y las otras mujeres que fueron las primeras en ver el sepulcro vacío, la fe de Pedro y de los otros Apóstoles.

Hasta hoy -incluso en nuestra era de comunicaciones supertecnológicas- la fe de los cristianos se basa en aquel anuncio, en el testimonio de aquellas hermanas y hermanos que vieron primero la losa removida y el sepulcro vacío, después a los mensajeros misteriosos que atestiguaban que Jesús, el Crucificado, había resucitado; y luego, a Él mismo, el Maestro y Señor, vivo y tangible, que se aparece a María Magdalena, a los dos discípulos de Emaús y, finalmente, a los once reunidos en el Cenáculo (cf. Mc 16,9-14).

La resurrección de Cristo no es fruto de una especulación, de una experiencia mística. Es un acontecimiento que sobrepasa ciertamente la historia, pero que sucede en un momento preciso de la historia dejando en ella una huella indeleble. La luz que deslumbró a los guardias encargados de vigilar el sepulcro de Jesús ha atravesado el tiempo y el espacio. Es una luz diferente, divina, que ha roto las tinieblas de la muerte y ha traído al mundo el esplendor de Dios, el esplendor de la Verdad y del Bien.

Así como en primavera los rayos del sol hacen brotar y abrir las yemas en las ramas de los árboles, así también la irradiación que surge de la resurrección de Cristo da fuerza y significado a toda esperanza humana, a toda expectativa, deseo, proyecto. Por eso, todo el universo se alegra hoy, al estar incluido en la primavera de la humanidad, que se hace intérprete del callado himno de alabanza de la creación. El aleluya pascual, que resuena en la Iglesia peregrina en el mundo, expresa la exultación silenciosa del universo y, sobre todo, el anhelo de toda alma humana sinceramente abierta a Dios, más aún, agradecida por su infinita bondad, belleza y verdad.

"En tu resurrección, Señor, se alegren los cielos y la tierra". A esta invitación de alabanza que sube hoy del corazón de la Iglesia, los "cielos" responden al completo: La multitud de los ángeles, de los santos y beatos se suman unánimes a nuestro júbilo. En el cielo, todo es paz y regocijo. Pero en la tierra, lamentablemente, no es así. Aquí, en nuestro mundo, el aleluya pascual contrasta todavía con los lamentos y el clamor que provienen de tantas situaciones dolorosas: miseria, hambre, enfermedades, guerras, violencias. Y, sin embargo, Cristo ha muerto y resucitado precisamente por esto. Ha muerto a causa de nuestros pecados de hoy, y ha resucitado también para redimir nuestra historia de hoy. Por eso, mi mensaje quiere llegar a todos y, como anuncio profético, especialmente a los pueblos y las comunidades que están sufriendo un tiempo de pasión, para que Cristo resucitado les abra el camino de la libertad, la justicia y la paz.

Que pueda alegrarse la Tierra que fue la primera en quedar inundada por la luz del Resucitado. Que el fulgor de Cristo llegue también a los pueblos de Oriente Medio, para que la luz de la paz y de la dignidad humana venza a las tinieblas de la división, del odio y la violencia. Que, en Libia, la diplomacia y el diálogo ocupen el lugar de las armas y, en la actual situación de conflicto, se favorezca el acceso a las ayudas humanitarias a cuantos sufren las consecuencias de la contienda. Que, en los Países de África septentrional y de Oriente Medio, todos los ciudadanos, y particularmente los jóvenes, se esfuercen en promover el bien común y construir una sociedad en la que la pobreza sea derrotada y toda decisión política se inspire en el respeto a la persona humana. Que llegue la solidaridad de todos a los numerosos prófugos y refugiados que provienen de diversos países africanos y se han viso obligados a dejar sus afectos más entrañables; que los hombres de buena voluntad se vean iluminados y abran el corazón a la acogida, para que, de manera solidaria y concertada se puedan aliviar las necesidades urgentes de tantos hermanos; y que a todos los que prodigan sus esfuerzos generosos y dan testimonio en este sentido, llegue nuestro aliento y gratitud.

Que se recomponga la convivencia civil entre las poblaciones de Costa de Marfil, donde urge emprender un camino de reconciliación y perdón para curar las profundas heridas provocadas por las recientes violencias. Y que Japón, en estos momentos en que afronta las dramáticas consecuencias del reciente terremoto, encuentre alivio y esperanza, y lo encuentren también aquellos países que en los últimos meses han sido probados por calamidades naturales que han sembrado dolor y angustia.

Se alegren los cielos y la tierra por el testimonio de quienes sufren contrariedades, e incluso persecuciones a causa de la propia fe en el Señor Jesús. Que el anuncio de su resurrección victoriosa les infunda valor y confianza.

Queridos hermanos y hermanas. Cristo resucitado camina delante de nosotros hacia los cielos nuevos y la tierra nueva (cf. Ap 21,1), en la que finalmente viviremos como una sola familia, hijos del mismo Padre. Él está con nosotros hasta el fin de los tiempos. Vayamos tras Él en este mundo lacerado, cantando el Aleluya. En nuestro corazón hay alegría y dolor; en nuestro rostro, sonrisas y lágrimas. Así es nuestra realidad terrena. Pero Cristo ha resucitado, está vivo y camina con nosotros. Por eso cantamos y caminamos, con la mirada puesta en el Cielo, fieles a nuestro compromiso en este mundo.

Feliz Pascua a todos.

miércoles, 20 de abril de 2011

PADRE FIDEL OÑORO: SEMANA SANTA 2011


La explicación de la Pasión según san Mateo, la cual va en una serie de 6 audios cada una de una hora aproximadamente. Los ha grabado la Emisora Minuto de Dios en Bogotá y se están emitiendo a lo largo de esta semana.


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A partir del Miércoles 20 de abril


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Esperamos que sea de provecho para la escucha de la Palabra de Señor en esta santa semana.

Fraternalmente en Jesús y María,


Hermano y servidor,

P. Fidel Oñoro

MONSEÑOR PABLO GALIMBERTI: MENSAJE PASCUAL


Monseñor Pablo Galimberti, obispo de Salto, entrevistado por Juan Pablo para el programa Camino a Roma, nos comparte sus reflexiones en torno a la Semana Santa, y su saludo pascual...

jueves, 14 de abril de 2011

MONSEÑOR JAIME FUENTES: DESDE EL VERDÚN EN CAMINO A ROMA


Monseñor Jaime Fuentes, obispo de Minas, conversa en el programa Camino a Roma sobre la próxima peregrinación a la Virgen del Verdún, la devoción a la Virgen y la inminente beatificación de Juan Pablo II.

sábado, 9 de abril de 2011

LA VOZ DE LOS PADRES PARA EL V DOMINGO DE CURESMA (A)

San Agustín In Ioannem tract., 49.

Ellas no dijeron, ven y sánalo; ni se atrevieron tampoco a decir: mándalo desde ahí y aquí se hará la curación. "He aquí que el que amas está enfermo"; como diciendo: basta que lo sepas, porque no amas y abandonas.

Porque la misma muerte no era para la muerte, sino para hacer un milagro, mediante el cual los hombres creerían en Cristo y evitarían la verdadera muerte. Por eso el Señor añade: "Sino para gloria de Dios", en donde indirectamente el Señor se llama a sí mismo Dios, contra los herejes que dicen que el Hijo de Dios no es Dios. Escucha las palabras que siguen, y que se refieren a la gloria de este Dios: "Para que sea glorificado el Hijo de Dios por ella", esto es, por la enfermedad.

martes, 5 de abril de 2011

MONSEÑOR HERIBERTO BODEANT: SOBRE LA RECIENTE REUNIÓN DE LOS OBISPOS

Monseñor Heriberto Bodeant, obispo de Melo y secretario de la Conferencia Episcopal del Uruguay entrevistado por Juan Pablo a los efectos de conocer los puntos centrales que la reunión de los obispos recién concluida trató.